La debilidad de Santori

art

balsa en mar abierto a la deriva, sin agua, ni comida, sin sal

por algo q

a despreciable ver morir a alguien. Si tan solo recordará esa

rter— habla en voz alta y clara un oficial del juzg

error una broma de cámara escondida, ¡que por favor griten corte! y todos se rían, pensé en m

expresa como cada vez que entra —estamos aquí para escuchar el veredicto al que llegó el jurado pres

enzo a sudar, le pasan el sobre al juez y cu

nkeljohann, por la muerte y desaparición de

escone

e si te pellizcas despi

mamá cuando le decía que no viera esas películas de adultos, para calmar mi mente mi madre me decía que si me pellizcaba podía despertar y me verí

en la vida real y me a

monstruo del

para despertar, no era un sueño,

brazo, golpeaba mi mejilla frente al esp

e preguntaba mi

ía la pregunta mientras

e de lo que te

ra yo la que me devolvía

sus reclamos y exigencias, pero yo no fui. Ya no sé cómo re

haberl

o soy esa cla

i esposo,

esa noche. Esa

que pasó me tiene totalmente tambaleante psicológ

no quiero más esto. Esto tiene que ser un mal sueño, mi esposo está vivo y a mi lado cuando me despiert

a acusada culpable —retumbó la voz de la vocera

señoría —hablé e

soy. Soy

ódico que yo conocía personalmente tomando notas y me miraban angustiados y c

gritar como una desquiciada po

unto de vomitar, aunque

astante bien y aun así una película de sudor cubría mi frente, apreté mi mono naranja para mantener

a cárcel hasta dictar su sentencia— el juez se toma s

to, puntos negros aparecieron en mi visión, perdiendo el control de mi cuerpo, no sentí dolor

an a trabajar en eso —me decía mi jefe s

s impotent

hij

s, m

Dieg

rdad desde mi celda mientras lloraba

que mi hijo me extraña igual

las presas gruñían molestas

hina molesta mi compa

on vehemencia —no maté a

uí son culpables de algo —argumentó molesta —son culpables po

, yo lo sé —murmuré

uero —se burló y bufó perd

enía trenzas en su cabello oscuro, ojos también oscuros y enigmáticos, una boca volup

gaba, no peleaba y en ocho años de matri

amente curiosa —entonces... —ladeo la cabeza y m

ucee al punto del llanto nue

elda conmigo, cuando quieras, habla...

meses mi es

raña mi vida entera, porque por los pró