Apesar de la Oscuridad (serie reencuentro 3)
siempre se encuentra con que la oscuri
Prat
casa, salgo de esta y le doy una sonrisa a boca cerrada mientras me cubro con la
a su encuentro y lo saluda, al parecer le cae muy bien, quizá sea el
e mi pequeño, -eres un buen chico Raptor -lo sigu
en -su mirada celeste
s muy juguetón -limpia su ropa deportiva, se a
ida contigo, de verdad ne
, la relación que tiene con ella es algo extraña no podemos descifrarla, no parece ser romántica, pero a veces si l
me llame en cuanto tenga
sto en físico si es más sen
ni siquiera tiene celular, usa
como cayendo en cuenta de algo -debo irme, tu
de su parte ayudarme con esto. Y no es que seamos los mejore
pienso entre emo
uando entramos a la cocina mi hermana esta ent
iosa y sé que, de ser legal, me mantendría
zos me rodean inmediato, acariciando mi cabello como lo hacía
con algo de dolor, tem
, aprieta su abrazo -sé que eres fuerte y lo quiero ser p
idad, con un camino agrietado, lleno de baches, con muchas piedras, pero vivas -quiero que vea la convicción de mis palabras reflejadas e
y se recompone -¡Cierto
har
*
difícil de
a maleta que necesito para estar u
on esta nueva etapa de mi vida. Y no es que no haya vivido sola
-Valentino cierra la puerta del maleter
o roce de dedos, junto a un guiño que lo sorprende. Kathy sonr
los días a
ranoia. -sonrío con nerviosismo espero no tra
Raptor sube de inmediato sacando la cabeza por la ventanilla, Kat
zo a ambos por el espejo retrovisor, mi cuñado abraza a mi hermana y yo e
firme el volante, pisó el acelerador y ar
munica que falta poco para llegar. El viaje sin detenerme es agotador, excepto cuando Raptor necesitaba hacer s
gua y sodas en un recipiente con hielo para mantener las bebidas frescas. No pienso detenerm
minutos más y est
elero más y minutos después al fin puedo o
ica en una cafetería de nombre particular, il gusto
do entramos a la urbanización, los diferentes ruidos provenientes del exterior lo animan, los vehículos, los tintineos de las
rnos aquí amigo -Lame m
ín. Mamá lo amaba y era la mejor compañía para nosotras. Ayudábamos a preparar ch
as cosas o situaciones a tu alrededor te lo
eran de su agrado hoy me hacen sonreír al recordarlo, odiaba las
uaje que encajaba acorde a las situaciones que se presentaran, nos decía: "cuando s
nar el auto junto a la cafetería, apago el motor del vehículo, busco un cartel que diga que
obvio que alusivo a la próxima festividad. El rojo me encanta y e
racias a las ventanas enormes de vidrio. -Vamos - halo la correa que le he puesto por cualquier persona que se sienta intimidad, ahora
iciente tener la cremallera hasta casi tocar mi garganta
erónica, hola ca
unos segundos a
-debo saber si nunca nos hemos visto, n
imaginé que eras tú, y recordando que me dijiste que eras pelirroja. Vamos a sentarnos,
ado como todo niño bueno en sil
perdería entre tanto bullici
aquí no pasa ni una bicicleta -ambas reímos -se cierra por c
! Llegamos en