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Ella Es Mí Mussa

Capítulo 2 Capitulo 2

Palabras:4469    |    Actualizado en: 27/10/2023

NTR

mogene se sintió avergonzada y horrorizada a p

ndo a sus invitados no era una experiencia que quisiera repetir. Se había hecho ami

conversación con el señor Hargreave bajo la atent

a a recordar sus modales. Había tratado de mostrar un sincero interés por la velada, pero lo cierto era que no sabía si asistiría a la misma. Ese baile sería su primer evento formal tras dejar el luto. ¿Estab

boda de Mina y el señor Everley. Quizá incluso fuera familiar de él. Por mucho que le gustaría ign

ra una invitada. A pesar de que sabía que la querían, su vida no era la misma y no volvería a serlo. El contraste entre Wilton Court y la casa d

ría el enlace de Philippa, sin imaginar ni por un momento lo que estaba por venir. Suponí

ual caos reinante e

a a ese perro lleno de

lodo como el anim

elos al unísono antes de precipitarse ha

udo reprimir

cuerda mucho a

nos mal. Estábamos em

más de lo habitual

ré con un corderito huérfano. Así que fui a Kenil

onadas. —Su tía le acarició la cara—. Como eres una jo

o evitarlo. —Se e

imos del señor Everley para la boda. Me atrevería a decir que esta noche habrá nuevas presentaciones, querida, así que ponte tu vestido más e

—Al oír mencionar a sus padres, sint

az. Sé que su mayor deseo sería que su amada hija encuentre la felicidad y su propio lugar en la vida como hizo tu hermana. Ha llegado el momento d

? Venga… ¿me das una sonrisa

taré. —Abrazó a su

a besó en

a. Deprisa, ve

n de brocado con filigranas de hilo de oro. Se puso también los obligatorios guantes blancos, así como una gargantilla de perlas y diamantes que había pertenecido a su madre. La joya era muy antigua y estaba compuesta por cuatro vueltas

las diferentes danzas y, como solían hacer las mujeres, preguntándose quienes podrían ser sus parejas de baile. Una vez en el camino de acceso, el resplandor de las farolas encendidas iluminaba los escalones de acceso al patio. Imogene se vio tra

ciados en primer lugar, seguidos por

—La voz del lacayo reso

os ojos se clavaban en ella. Reunió cada mota de

e, se acercó de inmediato, tendiéndo

latado los acontecimientos que te ocurrieron esta mañana y que nos quedamos sorprendido

e una forma muy agradable esta noche. Eres muy amable al elogiarme de esa

espíritu es extraordinariamente fuerte. —La voz

bre que había permanecido sobre la escalera de Kenilbrooke esa misma mañana, observándola. «Es él»

señor Hargreave —respondió fin

los honores—, le presento a mi amigo, Graham

o una re

Roth

ner algún tipo de parent

ene un título. Y sus

le se incli

a culparle, ella misma lo estudiaba de la misma forma. Él sonrió un poco, l

o ella con una sonrisa—. Cuénteme, l

ste y me está favoreciend

para susurr

ta mañana mientras car

nrojó y ba

en la escalera. Lo que quería decir es ¿cómo sabe que está recuperándose? —

hermoso rubor resultaba delicioso hasta el punto de que sentía que se le hacía la boca agua, pero cuando ella alzó la

, ¿verdad? Bueno, su Terra ya no cojea, y el corderito que rescató está sano y salvo. ¿Se da

milord. Gracias por i

s de poder contener las palabras—,

ligero destello de sus o

atrevería a decir que una conversación en e

para conversar de for

simplemente mirar… e

Sin embargo, no se preocupó; ella había aceptado y eso era

se unieron a ellos. Mina tendió las man

edas disfrutar de la velada después de l

o muy agradable. —Esbozó una sonrisa para la pareja, y Graham se contentó con obse

a realmente era evitar el baile. Animar a nuestra hermana pa

rofundamente agradecida por poder contar con su amistad. —Clavó la mirada en Mina y Jules—. Si me p

Cole —respondió Jules—. S

; somos felices. —Besó de fo

dad. —Jules puso la mano en el hombro de Graham—. Acab

argo, ¿es quien posee el títul

disfruto de una casa más grande y

os ojos en blanco ante la forzada broma de su primo—. ¿Nabos más g

e para dos de los bailes, ya que como bien sabes, no puedo bailar más de tres c

era su propósito, Graham pensó que quizá Jul

e ha pedido el primer bail

ndo, el cuarto y el último están libres, señor Everley. —Imogene resp

interr

á pedido. —Sus ojos se

idido a co

le parece esto? —Jules se

ederme el segundo baile

Mina en el segundo y de la s

pareja con Elle para el otro

odo el mund

ero tampoco se negó. Por ahora era suficiente. La misteriosa

, sin

e le ardía la mano cuando tocó su piel. Él la miraba mucho, y ella encontraba gratificante que pe

bello castaño era liso, y caía hasta la parte superior de los hombros, aunque lo llevaba recogido en una coleta, siguiendo el viejo estilo, asegurado con una cinta. Era algunos años mayor que ella, poseía un aire intelectual que la llevaba a imaginar que era un individuo cultivado. Su aspect

arecedor. El primo de lord Rothvale era un perfecto caballero, pero per

e gustaría mucho presentarle a mi hermana, Ellenor

da su amistad aquí, en Shelburne, durante las semanas que

ley. Para mí sería un pla

cer a otra persona que aprecie

pareció satisfecho de que su hermana hubiera encontrado compañía de su misma edad. Las dos estaban disfrutando de u

dado el evidente parecido existente entre ambos, así que no supu

hermano pequeño. La

una pequeña venia. «Tiene los m

ñorita Byron-Cole? —Él tam

ó a los cua

de la última vez que es

sde hace más de un año — repuso Julian. Su rostr

liar, disfrutamos de la alegría que supon

la cabeza a modo

siento un poco de envidia al verlos juntos esta noche. Es una bendición qu

ó a clavar en ella

que nos reunamos para una ocasión tan feliz. Ha

usted h

casó con el doctor Brancroft. Su marido ejerce la medicina en el nuevo hospital de la localidad. — Imogene percibió la excitación que teñía su voz cuando conti

icho W

ord, ¿lo

mi hogar. Gavadon se encuentra situado en el borde más occidental del sur d

o al que había visto por primera vez esa mañana y que le habían presentado formalmente por la noche. Cuando la miraba, se sentía diferente, notaba un alborozo que provocab

de nuevo cuando se

ganas de vol

o al otro en tranquila armonía, pero para su sorp

ntó él sin embargo, rompiendo por fin el

evó la mano a

nto… cerca de ella cuando me las pongo. La perdimos hace ocho meses. — Al instante se preg

erdido a nuestra madre, hace poco más de un año. —Permanecieron en silencio un mom

a cuchara y se

no me gusta hablar de mi pérdida, pero me resulta curiosa la sensación liberadora que me produce mantener esta conversación con usted. — Imogene consideró cómo se comportaba él con ella. Era directo, pero n

es y ella hubiera jurado que estaba pensand

ir que me interesa el a

n fascinado, desde que era niño, molestaba de manera constante a mis padres para que me contaran lo que sabían sobre los retratos de algunos antepasados

s retratos proporcionan una información esencial. ¿Ha

ivocaba! Es

adre encargó un retrato d

tor era John Opie, y lo terminó justo antes de su muert

, quería más. Mucho más. Los pensamientos que se agolpaban en su cabeza eran salvajes, absolutamente inespera

era. Percibió que si no actuaba rápido,

l arte. Me gustaría much

. —«Pero yo lo que quiero es un retrato tuyo, Imogene»—. Le haré una pregunta técnica si no le import

ipio para captar nuestros rasgos faciale

en un cua

el dis

r talento, pero puede ayudarse de esa manera con la escala y la proporción. —Graham sonrió y trató de mostrarse calmado cuando lo único que podía imaginar era a ella en reposo, apenas cubierta mientras u

arece,

utado anteriormente con Julian Everley. El señor Hargreave era un hombre muy

versación que mantuvo con

cido muy agradable. Ha

lord Rothvale,

Jules, Graham y yo estudiamos juntos en Eton, y ya en

revo a decir que se habría dedicado en exclusiva a actividades artísticas si el desti

heredero po

ntarias en la Cámara de los Lores… como puede imaginar ha sido un trabajo bastante completo. Su hermano, Colin, es casi cinco años menor. Está también aquí para la boda, pero le queda un año en Cambridge, el Trinity, antes de completar sus estudios. Colin es todo un estudioso, lo suyo son las matemáticas y la astro

es por el lado mate

do lo posible sobre lord Rothvale y su familia. Estaba interesada en él, pero aun así, aquella velada estaba resultando muy diferente a l

othvale se detuvo para devolver a la señora Hargreave a

me concede el honor del

me lo había pedido formalme

ligeramente

disculpas por mi presunc

destrozado si se negaba. Se apiadó de él de inmediato

cusan de ser demasiado solemne, milord, así que si tengo que ser

le regaló una sonrisa radiante que l

ba esa sonrisa a menudo, por lo que el hecho de que se l

rtamiento que ya se había permitido unas cuantas veces a lo largo

ar la visualización de escenas que le atraían y tenía vibrantes sueños mientras dormía. Esa noche una nue

iones eran honorables, otras no se podían mencionar, pero siempre estaban allí, contundentes, excitantes y convinc

-Cole estaba

do. Perdido

a pensar —soñar— lo único

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