LA MENTIRA: ENGAÑO AL CEO
Amber, miraba de lado a la Directora del Retén, con desprecio y desdén, murmurando entre dientes…
—¡Todos pagarán por el daño que me hicieron!
«Además, de hacer que paguen los que mataron a mi bebé», pensó ella, cruzando su mirada con la directora, sin expresarlo en voz alta, para no revelar más información delante de la implicada.
Posteriormente, ella fue a la Fiscalía para gestionar el traslado de la detenida y asumió su defensa, igual que hizo en el caso anterior. Una vez llevada a cabo la diligencia, logró la libertad de la detenida. Quien a pesar de haber salido libre, no se encontraba feliz, puesto que no sabía que haría la abogada con la declaración que firmó.
Por su parte, Amber no se conformó con estas dos declaraciones por escrito, sino que contrató a alguien para que le ayudara a dar con el paradero de los otros involucrados, especialmente con Mendoza.