Damián
sus ojos reflejando una mez
spondÃ, dejando caer la t
secarle el cabello con movimientos cuidadosos. La agradable fragancia que emanaba de sus hebras doradas me envo
rmuré, aún envuelto e
rimaverales, según la etiqueta -dijo ella, una
culpé, aunque en mi interior ansiaba continua
ién estás muy mojado -dijo ella, se
tado de que estaba escurri
jándola en ese punto, avanzando directo a las regade
una, sintiendo cada prenda deslizar
. El agua descendÃa por mi cuerpo con una serenidad
ón, grabando en lo más profundo de mi mente ese m
mi cuerpo ya no era cristalina, sino roja. Un rojo profundo y oscuro que manchaba todo a su paso
or el agua ahora vibraba con una sensación de placer perverso, mientra
na mueca demente que se reflejaba en el espejo. Me vi a mà mismo, el reflej
fuera del baño. Era amarilla, un color que siempre me habÃa resultado desagradable. Pero ahora, lo único que impo
a visión de esa mancha, mientra
podÃa ignorar el llamado irresistible que me instaba a volver a casa,
a una eternidad en la que mi mente se debatÃa entre la
gó mi hora favorita
ner mi determinación de alcanzar la cima. QuerÃa ser capitán, y
entrenador, sacándome de
corriendo hacia la cancha para sumergirme una
lugar, perdida en la imagen de Chloe parada al final de la cancha,
ó uno de mis compañeros, sacu
en mi visión, reemplazado por la imagen fu
segundo más, me sumergà de nuevo en la vorágine del juego, dond
o de un juego de prácti
rreglado. Los demás pueden retirarse -dijo
r del cuerpo y luego me dirigà h
l, mirando su tabli
-pregunté, coloc
ar entre los jugadores, pero tú estás utilizando eso como excusa para desquitarte con tus compañeros. Lo siento mucho, pero me
ipo, entrenador? -pregunt
aunque no lo maté para ser expu
expulso, enfrentaremos proble
e no seré el capitán?
ami
tenso y una sonrisa siniestra se dibujaba en mi rostro mientras sostenÃa un bate que no recuerdo habe
jo el entrenador, exten
sa de ser el capitán, pero en cuanto las cosas se complican, me
ándose la mano y soportand
eaba sin piedad. Su cuerpo yacÃa en el suelo,
z en la cabeza, haciend
un lugar tan pequeño es deprimente. Tendré que solicitar a la Dirección que me asig
azo el vestuario
mi camino hacia allÃ, m
r mi perfil, seguir la novela y