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De Prosti a CEO

Capítulo 3 Sirviendo a un empresario

Palabras:1957    |    Actualizado en: 30/07/2023

desprenderse del nudo de su corbata con tanta desesperación, como si se tratara de un león hambriento frente a una atemor

ando a aquel hombre embelesado por el tamaño de estos. Él no pierde tiempo y de un solo bajón se saca el pantalón, dejando a la vista un boxer blanco que se amolda hermosamente hasta la parte baja de su entrepierna, lo cual me roba el aliento, hace que pierda el susto y

á conteniendo las ganas de enloquecer con mi cuerpo. Se detiene frente a mí y lleva las puntas de sus dedos sobre mis hombros, luego baja deslizándolos lentamente hasta navegar

laga sin apartar la vista d

ído y adentro mis pulgares bajo el elástico de su b

spero acostada mientras le veo gatear hacia mí. Cuando ya lo tengo sobre mí, me agarra de l

s labios—, en especial porque la que traías puesta

abios entre mis dientes y, al lograrlo, muerdo su labi

res la primera ranita dor

e ranita dorada,

engua bajan desde mi cuello hasta mis hombros, sigue avanzando hasta llegar a mis pechos y permanece ahí chupando alrededor de mis pezones. Deja libre mi otra mano para usar la suya sobre mi humedecida zona íntima, sus dedos alcanzan un ritmo exquisito, una fricción casi nula

saboreado de esa manera». No p

lado. Aún acostada en la cama, contemplo el momento exacto en que se quita el boxer, abre el envoltorio

ita forrada; sus brazos cruzan bajo mis rodillas y me abre para da

s, eres basta

bastante, tanto que hasta ha tardado un p

s que me ha traído Murgos, l

i este tipo se caya? Está baja

entre jadeos—. De pron

o podré relajarme —res

eras para darme vuelta y ponerme en cuatro. Vuelve a penetrarme, con sus man

y luego baja de la cama. Me quedo sentada en el colchón y me le que

y sin decir una sola palabra. Ni siquiera gira a ver cómo me dejó sobre la cama. Me hace sentir un poco

mesita de noche, saca su billetera del pantalón y lanza un fajo de di

s. No hay propina

r sus servi

ación de que le ha

sos aun estando desnuda y desde la entrada de la rec

dejado

na, no sé por cuanto tiempo está reservada la suite. Aquel hombre ha d

anto tiempo ha sido reservada la suite. El recepcionista me confirma que la suite

pero si una noche en

alidez de la suite y de una copa de champán mientras contemplo la belleza del

a en la enorme suite d

universidad. Un mes más buscando empleo, porque tengo claro el hecho de que todos los meses se s

e no pagar parte de mi deuda dentro de quince días, por tal razón se me hace difícil concentrarme en mi clase de ingeniería económica

ás para escuchar lo que tenga por decirme

sorprendernos, esta mañana lle

iene a hacer aquí es a p

ozco mucho de él ni tampoco hemos cruzado palabras —y espero no hacerlo—, lo único que sé de él es que es un estúpido engreído y que v

buscarlo con la mirada—, ni siquiera está prestando

stá utilizando un bolígrafo de tinta negra; no puedo negar que es un

os nosotras, mejor prest

acteriza la oscuridad de su lacio y abundante cabello, no puedo negar que también me interesó aquel lujo en el que vive, pero fue el verde y frío pant

mo para querer estar en su mismo mundo. Giovanni Paussini no es de buscarle el habla a las personas, las personas lo buscan a él, jamás deja que los demás sepan de sus calificaciones, pero lo

mos del campus y caminamos por los jardines de la universidad rumbo a los estaciona

igación al profesor de mercadeo —dice Danna llevándose l

s, ella sabe que detest

ve. Yo t

do esperarla sentada en una banca que está bajo la sombr

los temas que vendrán en el examen de mañana. No pasa ni un minuto, cuando

rme en rectoría que eres la studentessa de negocios con mayor índice —informa con suma seriedad, con aquel acent

es el segundo universitario

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1 Capítulo 1 La chica de mi perdición2 Capítulo 2 Una propuesta para mis problemas3 Capítulo 3 Sirviendo a un empresario4 Capítulo 4 Una nueva competencia5 Capítulo 5 Decisión difícil6 Capítulo 6 La rana que baila7 Capítulo 7 La entrevista de trabajo8 Capítulo 8 Perspectiva de Madame Esther9 Capítulo 9 El camerino compartido10 Capítulo 10 Preparándome para la hora cero11 Capítulo 11 El primer cliente12 Capítulo 12 El segundo cliente13 Capítulo 13 De regreso a la universidad14 Capítulo 14 El consejo de Nadina15 Capítulo 15 Travesura16 Capítulo 16 Perspectiva de Murgos Hikari17 Capítulo 17 Consejos incluidos en el servicio18 Capítulo 18 Electrosex19 Capítulo 19 Reunión de ranitas20 Capítulo 20 La práctica de pole dance21 Capítulo 21 Golpe a la nariz22 Capítulo 22 El cliente ruso23 Capítulo 23 El talentoso Paussini24 Capítulo 24 Noche de disco25 Capítulo 25 Perspectiva de Marthuski26 Capítulo 26 Desaparecida27 Capítulo 27 Situación complicada28 Capítulo 28 El debut29 Capítulo 29 Declaraciones en otoño30 Capítulo 30 El cliente favorito31 Capítulo 31 Conociendo la mansión Paussini32 Capítulo 32 Tarea de dos33 Capítulo 33 Perspectiva de Giovanni Paussini34 Capítulo 34 La verdad sobre Gabriel35 Capítulo 35 Nuestros secretos36 Capítulo 36 Miradas37 Capítulo 37 El disfraz anhelado38 Capítulo 38 La revelación de la noche39 Capítulo 39 Acosador40 Capítulo 40 Un italianísimo41 Capítulo 41 Perspectiva de Yonel Hikari42 Capítulo 42 Un mal día... o tal vez no43 Capítulo 43 Retos de la vida44 Capítulo 44 La luz45 Capítulo 45 No soy una muñeca46 Capítulo 46 Pasión en la biblioteca47 Capítulo 47 Su segunda visita al club48 Capítulo 48 Un viaje a Ashbourne49 Capítulo 49 Te presento a mis padres50 Capítulo 50 Dotes culinarios51 Capítulo 51 De regreso a Londres52 Capítulo 52 Paussinipatía53 Capítulo 53 Un maestro en aquello54 Capítulo 54 Ultima semana en el club55 Capítulo 55 Perspectiva de Danna Taylor56 Capítulo 56 El día de la exposición