Navidad en Greensfield

realidad lo hizo casi de inmediato, me sorprendió tratándose de él. Habíamo

ra. Deseaba, por mucho, que no me dejara plantada o de lo co

tía un traje gris que ceñía su cintura y espalda ancha. Su cabello rubio se veía desordenad

alzaron o eso creí ver, luego

ank, que

frente a mí y él acepto la invitación dej

o verte,

igo. - Sonr

e siendo la misma. Eres como un minion. - Ahí esta

se ha hecho

esa chispa pequeña niña f

dejar de

lzó sus cejas mientras

co para las fiestas. Max me comentó que dirigirás la reconstrucción de la villa y quiero seguir e

Qu

que me estés p

ra desesperada

e, pero no me estaba funcionando. Su tono sarcástico era algo que me sacaba d

favor. ¿Vas a

darás a

brazos mirándolo fijamente. El rubio

s lo q

ezca denigrant

divertido a

ufé y él solo se encogió

diré u

Cu

iques tu not

ahora o

con la nota. - Sentí que mis mejillas se pon

tendió su mano. Pensaba que estaba a punto de hacer un trato

trato e

.

mos venir a este sitio. Pasé mi infancia durante las navidades en este lugar junto con Max y sí, el tonto de Thomas. Mis padres habían fallecid

iar en la universidad y además, me dejaron mi propia casa. Una casa que se sentía vacía todos los días. Por ello, Max se mudó conmigo, lo cual le agradecí b

que me sobresaltara. Al darme la vuelta se encontra

es hacer

se encontraba desarmando las antiguas piezas que servían pa

seguí

sacar fo

ho. - Señaló las botas con tacón que llevaba. Ahora que lo veía mejor, él

tes darme

llames cuand

stalar piezas nuevas. Llegué a la mitad del recorrido de la villa y me di cuenta que estaba el asiento de la reina y el rey de la villa. Recordaba que eran elegidos por l

se le estaba haciendo costum

ejar eso pa

as que poner. Quiero decir, ahora hay muchos adoles

ideas. - Me mir

e encender el árbol. - Asentí. No sonaba mala i

mente? Cómo ayudar

res en mente, si tienes alguna sugerenci

unas deliciosas galletas de jengibre, podrías unir su ne

a persona indicada. Pero, ¿cr

años que no te ve y para el

ntador. - Bufé po

rla a la hora del a

ó a los hombres con las máquinas. Asentí y lo observé irse. No podía creer que