OBSESIONADO CON ELLA

o, como para soportar este tipo de humillaciones, tenía miedo sí

estar rondándola, pero si él hubiese querido

n que encontró al azar. Sin quitarle la mirada partió unos huevos dire

los sirvió medio crudos en un plato, y luego

provecho —Iván bajó la mirada a la comi

o… ahora

amedrentar, luego tomó el tenedor, y se metió los huev

uisi

, queriendo ahorcarla, pero prontamente r

cuando él pronunció sin irse d

mal, pero ella sent

con su mismo pulso, pero ni loca e

ar… —Iván cortó la llamada, y

asiado grande para su gusto. Habían tenido que subir unos pisos cortos,

jos se quedaran pegados a su cuerpo, y detallara a

a nueva… y una cor

mario que ya era una habitación aparte. No pudo evitar s

pisoteara, incluso cuando t

el hombre estaba de pie, pero Iván n

tirse alguna vez? Yo apr

os problemas… como torturar a tu pa

rataba de no tocarlo mucho, pero notó que cuando sus dedos ro

tes había visto negros, pero que en esencia no lo eran. Sus o

ó a abotonar rápido hasta que llegó a su cuello, pero

Ella no parecía asustada, sino fastidiada. Pero cuando tocó su g

ando se dio cuenta, fue evidente que nada combinaba en su elección. Tomándola de l

To

e dio tiempo cuando Iván la sacudió de la cama, y apretó

, entonces abrió los ojos para mirarlo—. No corto mis uñas, y t

—Ella

igo, Sibel… cada vez que hagas algo más,

a, y tomando rápido la lima d

ue reprimir sus ojos cuando una o

r el aliento y tomó su p

ldía a la vez, parecía que la humillación no era suficiente en ella, pero est

e Armand, viendo lo miserable que estaba si

do pre

a a sus ojos, cuando ella inter

nsamie

no pu

el estaba refutando cuando un

eñora Vasíli

estremeci

mbre era

y ni siquiera guardó las cos

no de Iván la estrelló un poco c

una cosa? No te refieras a mí como igual… ¡Tú eres mi maldit@ sirvienta! Que no

ado, mientras Sibe

ta apretada ante las ganas de llorar menguó, ella caminó ha

ibel se escurrió por las escaleras,

idadas, abrazó a Iván y le dio varios besos en las mejilla

i vida… ¿Cómo

á ella? —los latidos

el mo

ienta en el suelo, debajo de mis pies… qu

ue esto es un juego estúp

ayor se abrieron como

ecesitamos videos diarios, porque la vida

de Iván ampliarse, y con

y por supuesto que los

se encogió, y solo sintió

erlo, y debía

hora cuando Iván pasó a su

, además, recuerda que la c

a informarle, cuando uno de

pero la señorita Ma