Cásate con mi esposo
para proteger a la tonta de Yura, las intenc
selo él la soltó, como si estuvi
ieron rojos por aguantar las ganas de llorar, odiaba a esos desgraciados con todas las fibras de su corazón, una pequeña sonrisa apareció en la boca de su hermana menor, y quien mantenía sujeto el brazo
tuación, no se explicaba como llego ese hombre de buenos sentimientos a estar enamorado ahora de su hermana - Tienes que saber que nos amamos, lo hacemos desde el primer día- aseguro con un tono más arrogante, como si supiera que estaba c
uscara hasta la mínima posibilidad para hacer de su vida un infierno, eso le hizo pensar en cuando llego a l
porque después de todo ella tenía cáncer y si armaba un escándalo afectaría a la compañía, perdería dinero, no se daría ese lujo, había trabajado duro para estar allí, la mujer
las indirectas sobre las llamadas y ahora los papeles de divorci
lo de voz la enferma mujer, con las l
comento a
desapareció. Nada había sido real, ahora entendía la cruel verdad de que siempre jugaron con ella, la solidez de sus hombros desapareció, el cuerpo comenzó a temblarle, las rodillas decidieron af
habían ab
upo, todo fue su plan desde el princip
es ofreció una fuerte suma para que se casara contigo- un nudo se formó en la garganta de la mujer, que n
a escucharlo de la boca de él
ura, aunque su familia si atravesaba una mala situación, el podría haberse reusado al matrimonio, pero había sido la misma mujer que ahora lo tomaba por el brazo quien le sugirió tomar la
ahora viendo su situación, pensó en que, si no hubiera interferido en su vida, quizás ella podría estar bien, se sacud
azón que estaba nublando su juicio-Si crees que ella va a amarte o protegerte, estas equivocado, ella solo ama hacerme daño, no eres más que una ficha en
neras de acabar con su vida, se alegraba que fuera el destino quien acabara con ella, aunque le había dado un empujón a la vida, cuando se n
u boca sin que pudiera contenerla, deseaba acabar con ella con todas las fuerzas de su cuerpo, ver como las
es, Adally la buena, la dulce e inteligente, la
que termino en el suelo, ya no le importaba quien pudiera
ía, de hecho, todos lo disfrutaríamos- le s
ctuó y termino por tomarla con fuerza por su brazo para sacarla de la habitación y posiblemente de la empresa el mi
eno su cabeza, como si to
a pasado los últimos cinco años, si tan solo pudiera volver al pasado, pero era imposible, se sentía arrepentida por haberl
aran darse consuelo, la sensación de gotas saladas cayendo por su cara, la dejo desconcertada, manc
su voz se hacía conocida, p
n su corazón, al menos