La Esposa Abandonada

go muy

con Alice, pero nunca pensó en la muerte de esa criatura y más ahora que sabía que

encerrados, siendo inconsciente de que podría necesitarlo

e habría prestado al menos una poca m

ido por s

la que él tomó la noche anter

a embarazada, culpa mía no puede ser.» Decía a sí mismo para no cargar con ese peso, camino hacia el hospital donde ella se encontraba, viéndose ya con la resp

no habían cesado des

, se encontró con

o, recibirlo con tremend

la

a dejar a mi hermana sola en un momento así?! ¡Tú hijo murió! Y no est

, no teniendo otra que fuera muy válida, porque mientras se

Mantenías a mi hermana encerrada, mientras a ella la exhibías de tu mano por todo el maldito país, sin tene

a mi esposa,

ció su boca al hablar, escuchando aquella ridícula o

fía. Y mira ver si cuidas tu tono al hablar

a y quería darle privacidad a ambos, sabiendo que en esos momentos la presencia d

mucho rato y Alice no lo había sacado de la habitación, indic

edo verla, tengo qu

Vete por donde viniste, no era ahora cuando hacías falta. Tu hijo tuvo algunas horas de vida, y ni así lo pudiste conocer. Y por si te interesa, su nombre era Ethan. Un hermoso bebé, que desde luego no merecía

alhumorada cuñada que hasta se había atrevido a pegarle. No creía sus amenazas porque un divorcio no dependí

cuñado.—Muestra un poco más de respeto y deja que sea su esposa quien le de el reproc

tocando su mejilla en la q

ealmente mucho qué pensar. Su esposa estaba recostada al pecho de su mejor amigo, Jared, mientras ambos lucían de manera muy relajada, con sus ojos cerrados, él acari

s ojos en él, mostrándose enf

uí, Robert?—le pr

quí? ¿Por qué acunas a mi esposa de esa manera? ¿Por qué estas

ando a Alice en ella.—Me di cuenta que Alice había dado a luz y quise pasar a visitarlos a los tres, pero lu

mujer estaba entre tus brazos? ¡Es que no lo entiendo!—señ

Jared y yo

contra él, obligándola a no terminar el beso y haciendo que Jared se diera la vuelta, dándoles privacidad. Y continuó con aquel beso forzoso por casi todo un eterno minuto.—¿No crees que debes de guardar un

?—limpió su boca, evitando mirar a alguno de los dos. Y sab

o llegaba Robert? Ella no lo querí

o, es una charla e

omo te dije, Alice también es mi amiga, tení

bebé allí dentro, su cara seguía tan gruesa como la recordaba y esos brazos llenos de grasa. No, no era atractiva para él, de vez en cuando pensaba en cómo fue que pudo acostarse con ella y dejarla embarazada. Pero era su esposa, ¿no? Ella subió las sábanas sobre su cuerpo y lo ocultó, sintiendo la mirada crítica que le daba

ia la puerta en sile

Robert tomó asiento en la

a necesaria, Robert

bebé.—dijo.—¿Qué fu

n esa posibilidad.—No hice nada malo, lo amé como a mí misma y puede que más, cuidé m

un nombre sin mi

i hijo

bién

ó horas con vida, quizás también en espera de poder conocer

s que puedes imaginar. Pero repond

refieres, Robert?

ás hijos, a ser posible que salgan vivo

than cuando ya Robert hablaba de otros h

ría, no

Una vez que sea posible, tienes que quedar embarazada, otra vez. Y quiero que te quede claro, tu amistad con mi amigo no me gusta. Y si no me gusta…tienes que al

mi

Ya

lo porque tú lo

go, no tu amigo. Que te quede claro. ¡Es mí amigo! No tuyo. Tu amistad con él y cualquier