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Cautiva de las sombras.

Capítulo 5 Te siento.

Palabras:2322    |    Actualizado en: 03/06/2023

joven no salía de la mansión, dos botones rozados que se pusieron duros ante el aire frio recibido, provocaron que el hombre lamiera sus labios y bebiera un poco de vino, las bragas que llevaba la jov

año, hasta depositarla en el cesto de ropa sucia, dándole una vista única a Alessandro de su redondo trasero y luego de su muy bien depilada vagina, lo que lo llevo a pensar

como que podía sentir la piel sueva de la joven, sin pensarlo demasiado desabrocho su pantalón, lo bajo junto con sus bóxer y tomo su pene entre sus manos, la punta del mismo tenía unas gotas de líquido trasparente de lo excitado que estaba

de dejarse ir, cuando Vicky sumergió su cabeza, para retirar cualquier rastro de Shampoo, cuando emergió, sin perder tiempo, la inocente muchacha se levantó, para salir de la bañadera, quedand

do evitar hablar en su lengua natal, lo que salió de sus labios, sol

entana de su habitación, Alessandro simplemente abrió la puerta, él era el dueño de aquella finca, podía entrar a donde quisiera,

quivocaron? — Alessandro camino hasta su lado y siguió la direcci

ro me gusta engañar a los idiotas como tú. — S

tras se acercaba peligrosa

de los demás, digo, por más que me repitas mil veces que soy ciega, es algo que no puedo cambiar, por lo que

a que haces e

me dio a entender que vendrías o enviarías a alguien por mí para la

prendiste cuando abr

además t

a la ventana y encontró más hombre

ero pensar que Eros podrá liberar antes a tu amigo y si ese no llega a ser el caso, pre

nar por la habitación, como si la conociera de toda la vi

pero o s

la casa, de todas formas, no podrás esc

lado. — Alessandro noto en su voz la molestia que eso le

pero no podía dejar de ver como se aclimataba una persona ciega a un lugar desconocido y con el estré

hija está a punto de regresar

una persona de palabra. — y realmente lo era, todos los Zabe

gente no encontró mucha información de ti.

que sea solo un poco y me veras mor

ngieras cuales serían

itales las consigues. — antes que Alessandro d

e se levantó para recibirla. —Wou, ¿ella es mi muñeca? Es hermosa. — Vict

soy V

a su hija quien fue a su lugar mientras él esperaba a que su h

cada vez que alguien lo pronuncia me siento especial. — Alessandro miro a Vicky, su suave voz, desde que llego ella

on así? — pregunto l

erdes y algunos de mis hermanos también, y mi padre los tiene azules, al igua

ven, eres ciega no puedes

pre, eso me hace feliz, que no reflejen la oscuridad en la que vivo. — A pesar de que

, pero deberás usar ves

como q

are y te pi

un hombre joven irrumpió en el comedor

, pero el joven no lo escucho, ni lo mir

que su hermano pronuncio el nombre de la jove

ordar esa voz, y era muy raro, ella había

dad, est

irigiéndose a ella, se levantó para quedar de pie al lado de la silla, lo que nunca imagino fue que el joven, aún desconoc

óname, por fa

o estaba haciendo en ese momento, hasta Estefanía se quedó muda de la impresión, mientras Victoria quiso consolar al joven, aun sin entender nada, hasta que paso su mano por el rostro del muchach

ada que perdonarte, f

ado Luis mientras se levantaba

icie tantas veces que

voz emocionada de Estefanía l

compañeros de colegio. —

amiga, la única que le

s ojos de la joven se achicaron un

tuvieras a mi lado, mi querida amiga. — Alessandro no le gustó nada la forma en como su joven her

stia era evidente y Victoria decidió obedecer de inmediato. — ¿Por qué le pid

e un susurro cargado de culpa y pena. Y

l a la pelota, eras un niño, no tení

nes recuperarías la vista, yo… luego de ese año, le

convencerme de ir a Cuba y tratar una vez más me opuse, ya no tiene sentido, me acostumbre a vivir así, no quería que me siguieran viendo con pena, no la necesito, no

uiste la mejor de los niños dorados. —

dorados? — la curiosidad

colegio, a mis hermanos y

ores amigos? — la curiosidad bai

ás de mi mal humor, por eso comenzó a decirme demonio. — las car

, incluso una

ero Ricky me dio mi merecido, él está enamorado de ti, aunq

do Vicky dejo de sonreír L

Ant

lir, para su desgracia se le dio por hablar, ya sabes a él nunca se le dio bien el pensar, es solo múscul

ensar que lo en

dañe. — dejo salir la amenaza para que LA SOMBRA se d

omento de shock y la alegría por verla, Luis cayo en

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