Donde vive el milagro
omas blancas salió volando de la iglesia,
r, denle la bienv
ó el ambiente mientras las grandes pu
entró tranquilamente a la iglesia con un ramo de flores
nterior, su expectativa
a invitada, sino que el p
us manos, su única compañía era su madrastra G
dó congelada y miró a Glend
la como si nada estuviera mal, la agarró del brazo
mos", l
eñorita Ariana Edwards, ¿acepta a Theodore Anderson como su esposo y promete perma
ese nombre, Ariana pen
heodore era su hermano mayor. Hacía tres meses, sufrió un terrible accidente aut
conmigo! ¿Cómo puede ser Theodore?". Presa del pánico, Ariana se tambaleó hacia a
desde el principio. Como ahora está discapacitado y solo le quedan unos días de vida, se debe realizar una operación
te permitirá que hagas eso!", espetó Ari
a. Los guardaespaldas que acechaban en las sombras salieron inm
intrincado vestido se despedazó y ensució mientras su cabello se desparram
e sus garras. Luego, corrió a la puerta del salón tan rápido como sus pierna
ana jadeó por aire mientra
detrás de ella, pero no se atrevió a detenerse para mirar atrás. Con un
, así que intentó permanecer en sile
asó por la primera habitación
bierta y se escuchó una
ndose el vestido y conteniendo la respiración, se acercó
en la garganta. La mujer encima del hombre era su hermanastra, Brielle Edwards. Y el hombre que estaba
sando en Ariana?", se quejó Brielle, agarr
en ella? Solo tengo miedo de que algo salga mal. No estaré seguro a menos que yo esté ahí en perso
rlo apasionadamente. "Mi madre está ahí", dijo apartá
izaba una mano debajo de la ropa de Brielle. "Una vez que termine la boda, inventaré otra mentira para consolarla
ente en sus brazos y se echó a reír. "Ariana está muy enamorada de ti. Ha estado esperando esta boda d
se dio la vuelta, presionó a Briell
y fueron reemplazadas
e de la puerta. Sus piernas
a artimaña planeada
s dulces solo para utilizarla y engañarla! ¡Incluso
ntes lágrimas de los ojos. Era una verdad tan cruel
escuchaba los gemidos de la habitación. El sonido era como
de derrumbarse. Pero debía salir de ahí. Como si estuviera en un trance, caminó
aminó abatida hacia el jardín. Los guardaespaldas la e
mecida. Bajando la cabeza, se rio amargamente de sí misma. Luego, miró a los guardaespaldas con ojos frí
no podía escapar, pero
el odio estall
por la propiedad de los Anderson y quería