Una novia falsa para el CEO
DR
ocho, pero siempre llego quince o veinte minutos antes, solo que hoy
que se tome el tiempo y la molestia de decírmelo y mucho menos ll
l pasillo, debía sacar unas copias antes
un momento -¿Qué
do llegaste, es que pasaste tan d
aratón que me eche hace un
isculpo -Es que teng
mente -Oh, se trata de Jonathan, el director de publicidad. Pidió que alguien se hiciera car
xnovio? No soy su empleada, no es mi tra
encargado de dirigir todo lo que es los modelos, la imagen de la
como amigos, y entre eso y otro, comenzó nuestra relación amorosa, pero todo se acabó cuando lo ascendieron de pues
taba nada en nuestra relación, no obstante él decía que sí y eligió su trabajo en v
sas carpetas, pues yo también tenía que entregar unas y esas tenían cifr
epartamento de publicidad. No me quedo de otra más que mandar a Ne
de todo, solamente obtengo la información necesaria para realizar mis tareas,
lgo de la sala y le aviso a mi jefe. Los hombres comienzan a llegar, voy y preparo unos cafés junto con
na hora es lo que dura la junta, los pies me duelen de tanto estar de pie, cuando me da el permiso d
se hacen de recorrido hasta el pequeño rest
horas de descanso el día de hoy, no puedo darme el lujo de tomar una hora más, con la junta que hubo unos minutos atrás, se me cargó más
espedirme de mi amiga, subo el elevador y me voy direct
ador. Llegó a mi área y tomo asiento en mi silla frente
os al campo de golf, eso me daba tiempo a tener lista la nueva carpeta con las nuev
dora que se encuentra a lado de la pequeña cafetería que tenemos en este piso. A
dejara sobre su escritorio, qu
, puesto que él no se encuentra adentro, así que con m
da normal. Es como un ¿quejido o gemido? Levantó la vi
-digo horroriz
a cara con ambas manos para no continuar viend
mire nada -digo torpemente
a los ventanales grandes mientras su pantalón está un poco debajo de sus caderas, pero lo que me dejó sorprend
en, tampoco es que lo haya observado del todo, sin embargo
parada? -vocifera en direcci
me muevo, aún con las manos en la cara.
ia mí. Cuando me levanto el hombre ya tiene su pantalón en su lugar, pero con el cinto y la bragueta aún desabrochados mostrando sol
rme de la impresión, y en ese momento pude ver el rostro de él luego de levantar mi mirada de su entrepierna. Carajos. Sacudo la c
? ¿Y por qué me quedé
de afuera, yo qué sé. ¿Pero quién es ese hombre y por qué se notaba muy relajado allí adentro? Bueno, es claro que en parte era por la rubia que tení