Vicky es una pequeña que es activa e inteligente, cursaba su primer grado, su padre y madre estaban orgullosos de ella, siempre la mimaban, Vicky recibía el amor de su madre, más que el de su padre. Vivían en una humilde casa, que a pesar de la pobreza, ella nunca le hizo falta el alimento. Situada en un pueblo de florida, la pequeña pasaba horas jugando a la orilla de la hornilla de tierra donde su madre solía cocinar.
Como era costumbre de todos los días, la madre cocinaba y la pequeña jugaba con su muñeca de trapo que su madre le hizo. Ese día en particular su madre no se sentía bien de salud, sin embargo, no le dijo nada a su hija, ya que al ser muy pequeña no comprendería, la pequeña de tan solamente seis años de edad, quien inocentemente jugaba alrededor de la hornilla. Su padre trabajaba en las afueras del pueblo, cuidaba una propiedad y hacia algunos trabajos dentro de ese sitio.
—Vicky. —Grito su madre, la pequeña corrió al escuchar el ruido que su madre hizo dentro de la casa, logro llegar hasta donde ella está, la mira en el suelo con su rostro pálido.
— Mamá, mamá, mamá, ¿Que tienes? —Grito con todas sus fuerzas, hasta perder la voz, por ser tan pequeña no tuvo el alcance de pedir ayuda algún vecino, quienes vivían retirados de ellos.
Al oír los gritos desgarradores de la menor, los vecinos que pasaban por ahí llegaron y la asistieron, lamentablemente la señora estaba ya sin vida, uno de los colindantes le avisó al marido de ella, quien con el corazón roto regresó a casa. Cuando llego vio su casa llena de personas, a su mujer la estaban velando, se desplomó y lloró amargamente sobre el cuerpo de su esposa, al secárseles las lágrimas su frustración y enojo fue dirigida hacia su inocente hija, quien lloraba a su madre junto a él.
— Por tu culpa murió ella, mocosa del demonio, No sirves para nada, maldigo la hora en que naciste. —Hizo el mate de pegarle, pero un vecino se lo impidió.
Desde ese momento la pequeña perdió su brillo y alegría, nunca más fue enviada a la escuela, el padre se desatendió de ella, no le compraba absolutamente nada, ella vestida de la caridad de los vecinos que la miraban con gran lástima, sentía que su mundo se había venido abajo, su vida perdió sentido con el paso de los años.
Mientras los meses y años pasan, su padre se sumerge en la bebida alcohólica, la pequeña creció sin decir una sola palabra, viviendo en el silencio, por muy duro que la castigara su padre no se quejaba, ella se convirtió en una joven silenciosa. Se las ingeniaba para comer, su padre no aportaba nada a la casa, que día a día se deteriora por el descuido, su padre se marchaba por meses de la casa, sin dejarle ni una moneda para ella.
Vicky cumplió sus dieciocho años. Aun sin poder hablar, aprendió a comunicarse con los vecinos a través de señas, ellos le comprendían lo que ella quería decirles, todos sentían lástima por ella, le regalaban ropa usada que ellos no necesitaban, eran holgadas largas y algo gastadas, pero era peor que anduviera desnuda, pensaba ella.
Vicky no peinaba su cabello largo, el cual nunca se lo ha cortado, solo lo amarraba con un cordón de zapatos de los que su padre ya no utilizaba, y se hacía un moño para que su cabello no le estorbaba a la hora de hacer oficio. Siempre que su padre llegaba ella trataba de servirle lo poco que conseguía, más su padre le escupía y maltrataba, el odio que le tenía era grande.
El padre sumergido en el alcohol visitando bares, gastaba el dinero que ganaba, se quedaba en moteles de paso, para no verle el rostro a su hija, a quien odiaba mucho. Deseaba llegar a la casa y no encontrarla, aunque quien la iba a querer, es fea y mal oliente. Reflexionaba.
Vicky siendo una chica extremadamente delgada, por la falta de una buena alimentación, lo único que sobresalen y se le ven preciosos, son sus grandes ojos grises y sus encrespadas pestañas. De ahí no hay gracia alguna en ella, por su extrema delgadez.
—Vicky, puedes ir a lavar una ropa a mi casa, de paso comes algo. —ella le agradecía a señas, las cuales varios ya le entendían.
La joven desempeña múltiples trabajos para sus vecinos que, al verla desprotegida, le encargan cosas para que ella se ganara el alimento. Vicky les hace mandados a ellas y lava la ropa a sus vecinos a cambio de comida y ropa vieja para usar, desde que su madre murió y su padre prácticamente la abandonó, tiene que ver como subsistir.
Ella mantenía bien barrido el piso de tierra de su casa, le gusta ser hacendosa, a pesar de que todo está en su contra, lucha día tras día por sobrevivir, un día se levantó temprano para hacer su rutina. La casa se está cayendo a pedazos por falta de mantenimiento, ese día de la nada llegó su padre muy contento, tratándola con amabilidad, algo que le asombro a ella, diciéndole que la llevaría de paseo. Ella se quedó extrañada del cambio repentino que su padre tiene.
—Hija, quiero llevarte a conocer algunos lugares, ponte lo mejor que tienes y arréglate ese cabello, que ya parece nido de pájaros. — con las manos le dijo que era todo lo que tenía, lo que miraba era lo mejor que podía lucir.