Otro día y otro problema esperando la mercancía que ya llevaba una hora de atraso, a mi lado se encontraban mis dos hombres de confianza Ricardo y Manuel estaban tan enojados como yo y no era para menos ya que esperábamos un cargamento de armas BHI 5.7 mm y algunos otros rifles de asalto toda un belleza. Apenas se divisa el pequeño bote suspiro de alivio, no sería la primera vez que pierdo dinero por perder un embarque por el mar revuelto.
-Por fin- Exclama Ricardo-
Nos empezamos a acercar con cautela al muelle, mientras Manuel ponía hombres a vigilar y otros a descargar, teníamos que ser cautelosos ya que la policía estaba más atenta a los traficantes que de costumbre.
-Listo todo guardado y pronto para salir- Afirmo Ricardo-
-Me voy con la mercancía, nos vemos en la estancia-
-Nos vemos hermano cualquier cosa que ocurra me llamas-
Ricardo y yo subimos a la camioneta rumbo a mi apartamento para llamar a los compradores y afinar los detalles de las ventas.
Después de largas horas ya teníamos todo organizado, guarde todo cuidadosamente y me dedico a descansar en el sillón prendo la televisión y tomo mi teléfono personal, nueve llamadas perdidas de mi hermano Cristian, esto era raro el no solía ser tan insistente. Marco su número y no contesta por la hora calculo que debe estar en la universidad, intentare más tarde. Estoy agotado no tengo una vida fácil, si es verdad que soy traficante pero comencé en esto por necesidad ya que a la edad de dieciséis años me quede solo con mi hermano pequeño seis años menor que yo, mi madre era una cualquiera que cada tanto se iba con algún viejos que tuviera algunos billetes en el bolsillo y mi padre ni idea nunca lo conocí.
A mis veintiséis años ya tengo un imperio propio y soy temidos por muchos, tengo un carácter difícil lo sé no me tiembla el pulso para matar a nadie, por esa razón me apodan el diablo.
Mantengo a mi hermano lo más alejado posible de este mundo, el cree que soy un empresario y es lo mejor ya que el podrá estudiar para tener una vida digna y tranquila, no como su hermano delincuente. Mujeres tengo muchas solo para el rato ya que son todas unas interesadas, amigos dos Manuel y Ricardo se han ganado toda mi confianza, nos conocimos en el mismo barrio y la misma mierda nos salpico, desde peleas clandestinas asta carreras ilegales, siempre nos cuidábamos las espaldas era la forma de sobrevivir en las calles.
Mi teléfono comienza a sonar lo tomo sin mirar.
-Por fin atiendes hermano- Cristian ataca-
-Lo siento estaba trabajando ¿Cómo estás?-
-Estoy feliz Gabriel tengo mucho que contarte, me he enamorado, he conocido a la mujer de mi vida y ella acepto ser mi novia- Algunas veces era refrescante escuchar la inocencia de mi hermano-