—¿Debería volver a jugar?»
Lleva 5 años jugando las ediciones de Pokémon Rojo Fuego, Esmeralda, Diamante, X, Sol y Ultra luna. Aunque salió una nueva consola con nuevas ediciones de su saga favorita, económicamente no se lo puede permitir, así que vuelve a jugar los mismos juegos una y otra vez.
—Suspiro. ¿Dónde lo tenía guardado?
Encuentra sus audífonos y conecta todo lo necesario para comenzar a jugar.
—Mm..
Por alguna razón empieza a sentirse cansado.
Oak: ¡Tu propia leyenda Pokémon está a punto de comenzar! ¡Te espera un mundo de sueños y aventuras con los Pokémon! ¡Adelante!
Al terminar la introducción pierde el conocimiento.
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—… Demonios, me quedé dormido.
Somnoliento fuerza abrir sus ojos, el escenario a su alrededor lo deja confundido. Comenzando que frente a él hay una computadora que parece sacado del sótano de su abuelo, no había rastro de su computadora por ninguna parte.
―¿Qué es este lugar?.
Se levanta del asiento y mira a todos lados, definitivamente estaba en casa comenzando una nueva partida cuando de repente se quedó dormido.
Rápidamente pensó en muchas cosas.
"¿Acaso fui secuestrado?"
Era poco probable, si fuera un secuestro al menos esperaría estar atado en una silla con los ojos vendados, para ser un secuestro hacían falta muchos detalles.
Al visualizar toda la habitación sintió una especie de familiaridad, había un armario de ropa cerca de una estantería de libros, una cama ordenada con sábana de color blanco y rayas verdes, un pequeño televisor y una NES encima de una alfombra color verde con círculos amarillos.
Era algo que había visto muchas veces antes, estaba seguro de que este lugar era una réplica perfecta de la habitación donde comienza el juego, pero ¿Cómo era eso posible?
Por un momento pensó que era alguna clase de broma de un amigo, pero lo descarto rápidamente, ya que no harían algo tan elaborado para sorprenderlo.
Se acerca a la estantería para revisar el contenido, pero al tomar uno de los libros se da cuenta de que su mano es pequeña.
―¡¿A-ah?!
Estupefacto, examina su cuerpo y descubre que lleva puesto una pijama de color negro. Cuando se acerca al televisor y ve su reflejo, un niño desconocido aparece.
Se pellizca la mejilla y hace una mueca de dolor.
―No es un sueño, ¿Qué demo— ¡Ah!
Al retroceder tropieza con una mochila, viendo el techo desconocido, respira profundamente.