Una esposa para mi hermano
Yo soy tuya y tú eres mío
El camino a reparar tu corázon
Vuelve conmigo, amor mío
El regreso de la heredera adorada
La segunda oportunidad en el amor
Tener hijo con mi mejor amigo
Enamorarme de ella después del divorcio
El amor predestinado del príncipe licántropo maldito
¿Quién se atreve a cortejar a mi reina encantadora?
Por Aby
Siempre lo miré desde lejos, él era muy distante con el personal de servicio.
Es uno de los mejores cirujanos del planeta.
No creo exagerar, continuamente está saliendo en las revistas internacionales, las de medicina, y el mundo entero habla de sus logros siendo tan joven.
Yo no compro esas revistas, están en su casa, en su despacho y cuando me toca limpiar ese sector, las miro rápidamente, no quiero que alguien me vea husmeando en algo que no corresponde.
En general no limpio las habitaciones.
Mi madre trabaja para la familia del doctor Gonzalo Davel, desde que era muy joven, mi padre había sido el capataz de mantenimiento de la regia mansión.
Se conocieron allí con mi madre, ella era una hermosa muchacha de 19 años, se enamoraron y se casaron.
Mi padre falleció en un accidente laboral, no le estoy echando la culpa a nadie, sé que los accidentes pasan, y tengo entendido que lo asistieron desde un primer momento, y contuvieron a mi madre, dándole el tiempo que necesitaba para recuperarse, y luego la ascendieron a ama de llaves.
No es que la quisieron comprar, no pienso eso, bueno, en este momento no lo pienso, pero debo confesar, que cuando le dieron ese cargo, que es bastante importante, lo pensé.
Felipe Davel, el padre de Gonzalo, también era médico cirujano, pero dicen que es mejor persona que su engreído hijo.
Aún es un hombre joven, tiene 59 años y es sumamente amable, hasta con el personal de servicio de la casa.
Está separado desde hace muchos años.
Su esposa, o ex esposa, está viviendo en Italia desde ese momento.
Yo no la puedo recordar y vivo allí desde que nací.
Cuando cumplí 18 años, mi madre le habló al señor Felipe para que yo trabaje para ellos, aunque explicándole que yo pretendía seguir estudiando.
No tuvo problema y hasta se alegró, cuando mi madre le contó que yo iba a seguir medicina.
Le dijo que sí yo tenía alguna duda sobre mis estudios, le podría consultar.
Se lo agradecí mucho, por supuesto que jamás me atrevería a consultarle nada.
Como tenía estudios secundarios y estoy cursando en la universidad, me ocupaba de la parte administrativa de la mansión, me reunía una vez por semana, con el contador, le pasaba los horarios del personal, por supuesto que si faltaba personal, me ocupaba de cubrirlo yo misma.
El contador es un señor que tiene la misma edad que el doctor Felipe y tengo entendido que son bastante amigos.
Por lo que sé, el doctor Gonzalo tiene su propio departamento, aunque suele quedarse a dormir en la mansión, a veces pasa varios días que no aparece por aquí.
Tengo 22 años, estoy bastante adelantada en la facultad, es que no suelo salir y realmente el trabajo no me lleva mucho tiempo, salvo cuando cubro al personal.
Como vivimos dentro de la mansión, no podemos llevar amigos, ni estar saliendo y entrando como si fuera nuestra casa, aunque tenemos entrada de servicio, alejada de la entrada principal, inclusive ni siquiera se entra por la misma calle, sino dando vuelta a la esquina.
Es una mansión realmente grande.
Incluyéndome, somos 10 personas las que nos ocupamos del orden y la limpieza, aunque una mucama y una cocinera suelen trasladarse al departamento del doctor Gonzalo, cuando él lo requiere.
Al doctor Gonzalo, normalmente, no le gusta ver al personal de servicio, ni acá ni en su mansión, por lo que a veces, es un verdadero problema complacerlo.
Quiere ser servido y a la vez mantenerse alejado de las mucamas.
En el cuarto y en el estudio de él, el que se halla en la mansión, solo tenemos permiso para entrar, tres personas, Maria, una de las mucamas, mi madre y yo.
En su departamento, la cuestión se complica aún más, la cocinera no puede salir del sector de servicio y la mucama solo lo puede hacer, si es reclamada por él o por su novia.
La limpieza se hace en el momento en que él no se encuentra presente.
Todo se complicó más desde que está saliendo con Ruth Andujar, la reina de las engreídas.
Ella es una maltratadora serial hacia todos en general y hacia el personal de servicio en particular.
Mi madre sufrió infinidad de agravios, injustificados, en manos de esa mujer.
No nos podíamos quejar con el doctor Felipe, porque le traeremos problemas con su hijo, el doctor Gonzalo.
Más allá de su novia y de su trato con todo aquel que no sea de su misma clase social, admiro profundamente a Gonzalo Davel.
Nunca nos vimos frente a frente, mi madre tuvo mucho cuidado, cuando yo era pequeña o adolescente, que no me cruzara en su camino, las reglas de la casa eran claras, el personal de servicio no se podía pasear por la casa.
Aunque el doctor Felipe no había puesto esas reglas.
Esas reglas fueron impuestas por su ex esposa.
Gonzalo Davel las seguía a rajatabla.
Todo lo déspota que era, se hacía sentir con el personal, muchos le tenían pavor.
Según escuché una vez, en una clínica en donde me tocó presenciar una clase, con otro médico, por supuesto, con las enfermeras era peor, maltrataba a camilleros, enfermeras y hasta a algunos colegas.
Las enfermeras siempre hablaban de él, aunque las maltrataba, Gonzalo era un hombre muy apuesto, imponente, increíblemente atractivo.
No sé si hacía gala de su atractivo, pero existía, porque dejaba suspirando a toda mujer que se cruzaba con él…y yo me incluyo.