El camino a reparar tu corázon
Yo soy tuya y tú eres mío
Una esposa para mi hermano
El regreso de la heredera adorada
La segunda oportunidad en el amor
Enamorarme de ella después del divorcio
Vuelve conmigo, amor mío
Tener hijo con mi mejor amigo
El amor predestinado del príncipe licántropo maldito
Atraído por mi mujer de mil caras
Antes de comenzar a trabajar como cam-girl, su vida era completamente normal, una persona de un pueblito alejado donde conocía a todos y todos la conocían a ella; asistía a la escuela y aunque no se trataba de una estudiante sobresaliente no era alguien mediocre. No es que el dinero comenzó a escasear y por ello accedió al servicio erótico, sino más bien porque lo quiso, porque por alguna razón lo tomó como el escape de la realidad debido al trauma ocasionado el 21 de septiembre.
El día de la primavera hallaron el cuerpo de Eve como si fuera únicamente un saco de huesos y carne, allí fue donde adquirió otra personalidad. Eve no era originalmente ella, sino que se trataba de un él, de Alex, pero luego lo conocían como "la loca esa, la travesti del barrio" que ahuyentaba a las personas en los comercios. Alex no se consideraba una señorita, sino que le agradaba travestirse, decía que la ropa efectivamente no tenía género.
" Ya sabés, todos dicen eso ahora, pero después me ven a mí y se espantan". Todos eran tan amplios, tan abiertos, tan progresivos, sin embargo les daba pudor acercarse a ella. Se llamó a si mismo Eve, la del Edén, la que la comió la manzana del pecado, aunque tenía otra perspectiva respecto a eso, pensaba que tal vez se aburrió del paraíso, aún si fuera aquello que el humano codiciaba con ansias, menos para ella, porque quizás se trataba de una pesadilla.
Allí Rose conoció su primer amor a los dieciséis años, sus ojitos brillaban por Eva, por Alex, por ambos; no le importaba su apariencia porque sabía que su amor era algo puro, inocente, genuino, tan genuino como alguien que recién conoce la menstruación, en aquél momento, él tenía dieciocho años. Le gustaba el café, pero después de la escuela esperaba a Rose con una taza de té en la cocina de su hogar, y en este mismo sitio compartieron el primer beso tímido. Fueron uno, dos, tres veces, pero nunca sucedió nada más que eso lamentablemente, porque se lo arrebataron de sus brazos.
Cuando Eve comenzó en la prostitución con la carita pintarrajeada y la peluca dorada, la madre de Rose decidió alejarla de él, pero la misma Eve lo hizo por su cuenta ya que podría poner en aprietos a su amada. Rose, por su parte, lamentaba muchísimo los climas inhóspitos y la explotación a la que se sometía su muchachitx ideal. Todo el pueblo odiaba a Eve, odiaba observarlo en las esquinas del centro con las medias de red negras parecidas a una telaraña bajo los focos incandescentes de los autos.
Una tarde de agosto, Rose se animó a cuestionarle su trabajo y un por qué brotó de sus labios casi en un susurro.