CAPÍTULO 01
—¿Te irás ya…? —preguntó con esa gruesa voz masculina, un hombre alto, musculoso y sin nada de ropa, que se encontraba recostado en una cama matrimonial—, acabamos de terminar de hacerlo.
La mujer que le daba la espalda, sentada al borde de la cama, volvió a ver hacia atrás, posando sus hermosos ojos azules claros en él.
Una risita altiva se mostró en el rostro de esa belleza rusa.
Seguidamente ella se puso de pie mostrando su figura ejercitada y sin ni una prenda encima.
El hombre de cabello oscuro semi largo exhaló con un poco de molestía, mientras a su vez alizaba hacia atrás su cabellera con su mano.
—Estamos lejos del pueblo más cercano. Deberías quedarte, es noche —decía él en un intento por retenerla entre sus brazos hasta el amanecer.
—No puedo perder mi tiempo aquí contigo, Alexei —le respondió ella, poniéndose su ropa interior de tonalidades negras.
La chimenea cercana así como las luces de esas lámparas a batería, iluminaban el interior de la acojedora cabaña del lago, esa noche de otoño, en las afueras de la ciudad capital Rusa.
—Eres tan aburrida como siempre, Tatianna~ —una pequeña sonrisa curvó los labios de Alexei Kéldysh.
Apenas Tatianna Lavrov terminó de vestirse, sus ojos azules claros se posaron con detenida atención en la mano izquierda de ese hombre ahora sentado sobre esa cama.
El anillo de oro que resaltaba en su dedo anular, esa prueba de que él ya tenía dueña…
Esa dueña, que no era ella.
—¿Cómo está tu esposa…?
Alexei frunció el ceño ante tal pregunta.
Hace año y medio contrajo matrimonio por beneficios mutuos.
Hace tres años estaba en una relación secreta con Tatianna Lavrov.
El alto hombre se puso de pie poniéndose su ropa interior y pantalón, seguidamente se dirigió a un mueble donde tenía unas copas y una botella de vodka.
El hombre se sirvió un poco, tomando un trago.
—Milena está embarazada —confesó—. Ella fue al médico la semana pasada, tiene siete semanas.
Tatianna se sorprendió, pero rápidamente borró esa expresión de su fino rostro de apariencia delicada y mostró una sonrisita maliciosa.
—¿Y estás seguro que es tuyo? —bromeó Tatianna de mala manera.
—Tan mío como si tú te quedaras embarazada hoy~ —respondió él sonriente.
—Eso nunca va a suceder —recalcó Tatianna seriamente—. Me cuido muy bien —añadió.
<< Lo nuestro no significa nada. Es solo diversión sexual. ¿Lo sabes, cierto? >>
Las palabras que hace un año y medio atrás, ese hombre le dijo a Tatianna al informarle que se casaría con otra.
Cruzaron fugazmente por la mente de esa mujer de cabello castaño ondulado.
Sin embargo, ella no podía darse el lujo de dejar de ser el juguete de ese poderoso líder de una organización criminal.
¡Tenía que vengarse!
¡Tenía un propósito para estar en la organización y fingir sumisión a ese loco líder!
No le importaba si no había amor…
Después de todo…
Él la desilusionó con esas palabras antes de que ella comenzara a sentir amor.
…..
El hombre ruso, caminaba por esa habitación en la acojedora cabaña, cuando se asomó por una de las ventanas al creer mirar una extraña luz a distancia en el bosque.
Alexei, quien usaba el nombre falso de "Mikhail" por su propia seguridad, comenzó a vestirse con rapidez.
Tatianna que le daba la espalda, tomando de la botella de vodka, no notó lo que él hacía.
—Tati, ¿alguien más aparte de nosotros, sabe que veníamos aquí? —preguntó él, colocándose su gabardina oscura.
—No. Absolutamente NADIE. No podemos darnos el lujo que sospechen de nuestra relación secreta, nuestra posición en la organización podría peligrar —informó ella dejando la botella de vodka en su lugar y volviendo a ver a ese hombre.
"¡No estoy loco, alguien ví!"
Pensó Alexei, yendo por sus armas.
"Si nadie sabe de lo nuestro… ¿Cómo saben que estamos aquí?"