Helena.
Han pasado ocho años desde que empezó la guerra con los demonios, en ese tiempo he visto a mi padre menos de lo que realmente me gustaría.
Un tiempo en el que he visto a mi pueblo sufrir y sobre todo a mi madre, siempre en silencio aguardando la visita de mi padre o por lo menos noticias.
Parece que la guerra está apunto de terminar, todos hemos perdido en esta maldita guerra. Como dice mi padre aquí no hay vencidos ni vencedores. Ambos bandos han perdido hombres.
Dicen que los demonios son fríos, calculadores y carentes de emociones. Se dice que no conocen el amor, la compasión o el compañerismo.
Pronto lo descubriré, se ha convocado una reunión en un lugar neutral. Donde cada jefe o Alfa en el caso de los lobos, deberá ser acompañado por su predecesor. Este es mi caso al ser la primogénita.
Cuando nací mi padre lucho con uñas y dientes para cambiar las leyes, por primera vez en toda la historia yo me convertiré en la Alfa de una Manada.
Mamá y papá llevan todo el día juntos, encerrados en su habitación. No quiero saber lo que están haciendo pero estoy segura de que no están echandose una siesta...
Mis hermanos, están con mis tíos han aprovechado para hacer un picnic, gracias a la tregua. Ojalá que no sea temporal y sea el final de esta estúpida guerra.
Voy de camino a la cafetería he quedado con dos amigas, son las únicas que tengo, con todo el tema de la guerra apenas si he salido de la Manada.
Mis estudios han sido online toda la secundaria ha tenido que ser así. Por suerte me he graduado aunque me hubiera gustado poder estudiar una carrera no se ha dado el caso. "Quizás algún día" con ese pensamiento lleno mi corazón.
Sofía y Gaby ya me están esperando se las ve felices creo qué se debe a que la guerra está llegando a su fin.
Me siento a su lado, pido a la chica que sirve las mesas que me ponga un refresco de cola. Me hace una reverencia para después marcharse a por mi pedido.
En esto me parezco a papá no me gusta nada eso de las reverencias y menos que agachen la cabeza a mí paso.
Soy igual que ellos la única diferencia en la que no soy igual es mi sangre!! por mis venas corre sangre de Alfa. Pero eso no me hace ser mejor que nadie.
- A qué se debe tanta felicidad? pregunto curiosa. Veo como las chicas se miran, sus miradas son cómplices, voltean su cabeza hacia mí mientras me sonríen.
Yo sonrío con cara de no saber lo que está pasando, espero a que me cuenten que es lo que les hace tan felices. La primera en hablar es Sofía, coge su pelo y lo enrosca una y otra vez, eso solo puede significar una cosa está nerviosa.
- Yo.. yo.. bueno nosotras... No termina de hablar cuando Gaby la interrumpe y la deja con la palabra en la boca.
- Helena, nosotras hemos encontrado a nuestros mates!! No te lo vas a creer, no te puedes ni imaginar quiénes son. Dice Gaby loca de contenta.
Vaya, oficialmente me convertí en una solterona!! yo que pensaba que no me iba a quedar sola y en tan poco tiempo mis dos únicas amigas van y encuentran a sus almas gemelas.
-Sabes que ayer regresaron los guerreros del frente? Pues.. eso nosotras teníamos curiosidad y salimos a recibir a las tropas... Gaby interrumpe a Sofía y vuelve a tomar la palabra.
- Hel, parecía como en las leyendas, no parecía real, derrepente dos chicos no mucho mayores que nosotras, rompieron la formación y se lanzaron al grito de Mía. Sofía termino despatarrada en el suelo con un hombre encima. Jajajaja...