Deja Vu

En el epilogo de la humanidad; los hombres ya no se dirigen la palabra los unos a los otros. Ellos prefieren hablar con la idealización de una persona, un perfil, la sombra de una persona real; como si vivieran atados, cuales esclavos sin mente, en el interior de una caverna oscura.

Los humanos ya no ven la realidad a través de sus propios ojos, ahora la observan y entienden por intermedio de máquinas. Peque?os y medianos ordenadores a los que llaman; Computadores, Tabletas y Teléfonos inteligentes, los cuales distorsionan su visión del mundo y la de sus semejantes. Estas máquinas son dise?adas y fabricadas por corporaciones que pertenecen a una elite tecnócrata. Este peque?o aquelarre redise?a los pensamientos de la masa como ellos quieren. La elite se comporta como un pastor, el resto de la sociedad como ganado. Gracias a este método de control mental, los humanos ya no piensan por ellos mismos. Ahora, ellos necesitan preguntarle a una maquina como pensar, que pensar. Que hacer, que no hacer. Estas máquinas se están haciendo más inteligentes. Ellos, sin embargo, se hacen cada vez más... estúpidos.

Sin embargo unos pocos humanos se reúsan a perder el control de sus decisiones, y le hacen frente a estas máquinas mostrando su individualidad. A esta minoría, cada vez más peque?a, se les conoce como librepensadores.

En los últimos meses, muchos de estos individuos libres han desaparecido como si algún poder superior los hubiera borrado de la historia. Las Autoridades, aquellos guardianes celosos de la realidad, no han investigado ninguna de estas desapariciones.

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ACTO I:

"Despierta Esclavo"

La tenue luz del alba se escabulle por en medio de las cortinas del cuarto. Una suave brisa hace zozobrar todo objeto contenido en la habitación. De pronto un inesperado y abusivo "Beep" rompe con la tranquilidad y quietud imperante.

- Beep... Beep... – Suena el teléfono.

Scott, quien duerme muy cómodo en su cama, frunce su ce?o y se tapa la cara con su almohada.

- Beep... Beep...

Scott, aún con la almohada en su cara, le habla al teléfono, como si este fuera una persona real:

Fija la alarma para las 08:34. Le dice.

- Beep... Beep... Negativo. Contestó el teléfono que yace en la mesita de noche.

Scott remueve lentamente la almohada de su rostro.

- Beep... Beep... "Hoy no puedes dormir más tiempo" le dice el teléfono con una suave voz femenina metálica. "Hoy tienes la presentación ante la junta directiva, recuérdalo" Concluyó la máquina.

Tapándose la cara con la almohada, Scott le contestó: Fija la alarma para las 08:34, te repito...

Las luces del cuarto se encendieron. La televisión hiso lo mismo. Incluso la ducha del ba?o se abrió sola.

- Beep... Beep... "Scott debes repasar la presentación para que no cometas errores ante la junta directiva"

Scott recordó que esas misma palabras las grabo, la noche anterior, él mismo en su teléfono a manera de alarma por si la pereza lo invadía, a rega?adientes se levanta.

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Ya vestido y acicalado, Scott prepara el desayuno en su cocina; unos huevos revueltos con tomate y cebolla, un par jugosas tocinetas, que desprenden un olor que hace que la boca se le agüe, "Umm" Dijo Scott, al voltear los pedazos de cerdo, y un jugo de naranja con mucha pulpa, al cual le coloca una gran cucharada de azúcar.

- Beep... Beep... "Te has sobrepasado en calorías Scott" replicó el aparato. "Recuerda tu dieta, tus propósitos de fin de a?o"

-Tengo hambre – Contestó incomodo - ayer no comí más que verduras... y en la noche un vaso de esa cosa blanca que...

- Beep... Beep... "...Suplemento alimenticio" Le interrumpió.

-?Está bien! Ese "suplemento" que nos obliga a tomar el gobierno.

-Beep… Beep… "Si el gobierno te obliga, es por tu propio bien, las autoridades siempre piensan en tu bienestar"

Como si fuera un ni?o rega?ado. Scott toma la comida que preparó y la guarda en la nevera. De la misma nevera saca un tarro enorme metálico que tiene un polvo blanco en su interior.

-?Contenta! ?Voy desayunar con esta cosa! Le gritó al teléfono.

- Beep... Beep "Es por tú bien, y tu seguridad alimenticia, Scott. Tú sabes muy bien que las autoridades recomiendan el suplemento alimenticio para que el ciudadano sea muy eficiente en su trabajo." "Las autoridades nunca se equivocan" Beep...

-?Nunca se equivocan! – Murmuró imitando la voz de la máquina.

- Beep... Beep... "?Dijiste algo...?"

-?Yo? ?NO! Nada...

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En su carro. Scott se ajusta su cinturón de seguridad. Coloca el teléfono sobre el tablero, justo al lado del timón, y da arranque. El teléfono se enciende.

- Beep... Beep... "Scott, se te ha hecho algo tarde"

-Lo sé, lo sé... – Contestó con algo de condescendencia hacia sí mismo.

- Beep... Beep... "He fijado esta ruta..." Muestra una ruta en su pantalla "Para que llegues más rápido al trabajo"

-No, no, por esa calle no puedo ir... cerca de allí vive mi exnovia...