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Apuesta Por Un Amor

Apuesta Por Un Amor

Diana Grijalba

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Capítulo

¿Qué pasará cuando Isabela se dé cuenta que es parte de una apuesta?, ¿será que lo podrá perdonar? y ¿será que el al final de todo esto Julio aceptará que está mas que enamorado de la linda chica a la que le destrozó el corazón?

Capítulo 1 Toda Historia Tiene Un Comienzo

"Hay amores tan bellos que justifican todas las locuras que hacen cometer".

-Plutarco-

Julio era éxtasis en su estado más puro. Fue un huracán en mi vida, derrumbo en un momento todo lo que creía construido para obligarme a crear cosas nuevas. ¿Saben que fue lo mejor de todo esto? Que el cambio mi vida para siempre, le dio alegría a mi alma que cayo rendida ante su amor y abrió la pasión que pensé que no tenía, simplemente volví a vivir.

20 de Septiembre de 2010

Los primeros rayos del sol se asomaban por el horizonte en medio de las nubes, dándole a la ciudad algunos minutos de oscuridad, esa era una de las cosas que más me gustaba de despertar temprano y es justo por eso que no pude evitar admirar las maravillas de ese paisaje que desde este día me acompañaría cada mañana.

En el lugar donde crecí suelen decir todo el tiempo que no existe una mejor etapa de la vida que la adolescencia, que es la etapa que marca una transformación y por ello las preocupaciones parecen ser menos graves y los recuerdos que construimos son los más importantes pero en verdad esperaba que estuvieran equivocados, no estaba preparada para tantos cambios, ni siquiera sabía si sería capaz de afrontar que con tan solo diecisiete años debía empezar a construir una nueva vida en un país diferente. Quizás por eso aquella mañana corría de un lado a otro para estar lista y poder llegar a tiempo a ni nueva escuela, sabía que no me podía liberar del primer día pero al menos podía hacerlo agradable.

—Alba: hija se hace tarde para tu primer día de clases por favor apúrate — no tiene que recordármelo, Como dije antes seré positive y tratare de sacarle el mejor provecho—

—Isabela: ya se mamá quédate tranquila, casi estoy lista — mi vestido y mis zapatos están bien puestos, solo me falta poner la mejor de mis sonrisas y todo esta listo para darle a este día el toque especial que necesita—

—Bernardo: Isabela yo sé que todo esto es difícil pero lo hice por nosotros así que pórtate bien — eso lo se, tratare de no causar problemas—

—Isabela: lo sé papá, sé que la familia es lo más importante y por eso es que te quiero tanto —

Aún no lo sabía pero ese día cambiaría mi vida para siempre, aún no recuerdo muy bien cómo empezó todo y cuántas lágrimas derrame por él, pero lo único de lo que tengo certeza es que siempre lo ame, desde el primer día en que llego a mi vida.

Mire la hora en mi teléfono, solo para darme cuenta de que el tiempo había corrido demasiado rápido. Tome mi bicicleta y pedaleé a toda velocidad hasta mi nueva escuela.

La subida de la colina que estaba cerca del lugar donde vivíamos se hizo pesada, la bicicleta que tenía no era muy nueva y le costaba un poco moverse. Aproveche para tomar un poco de aire fresco y asegurarme por milésima vez de que mi aspecto era decente, una vez más creo que debí escoger unas zapatillas blancas. Por suerte no tarde más de quince minutos en llegar. A mitad del trayecto me cruce con dos chicos, observe atentamente a los dos mientras caminaban cerca de mí. El primero era alto, llevaba el cabello despeinado y su suéter sobre los hombros, el segundo era un poco más bajo y a diferencia del otro llevaba bien puesta toda su ropa.

— Julio: hola Linda, parece que vamos por el mismo lugar si quieres puedo acompañarte para que llegues Sana y salva— Este quien se cree, yo ni siquiera lo conozco—

— Isabela: En primer lugar mi nombre es Isabela no Linda y en segundo lugar no tengo una buena razón para dejar que me acompañes así que no molestes por favor—

Recorrí los pasillos del instituto viendo uno que otro salón de clases hasta que me encontré con la puerta de la oficina del director. El me guio por todo el lugar hasta que llegamos a uno de los salones del segundo piso. — Buenos días, profesora — la salude antes de entrar. Ella buscaba algo entre los papeles de su escritorio, estaba un poco agitada, como si ese "algo" fuera importante. Paro de buscar por un momento para posar su mirada sobre mi.

— Profesora: parece que el día de hoy tenemos a una nueva estudiante — Bueno al menos no me hizo una larga y aburrida presentación —

—Julio: parece que la suerte está de mi lado esta mañana — lo que me faltaba, el engreído de la mañana será mi compañero —

— Profesora: no seas tímida, aquí tenemos un lugar libre para ti linda — es momento de sonreír y dar lo mejor de mí para que este día salga perfecto —

El tiempo transcurrió lentamente y pasaron muchas horas de clase mientras sostenía una batalla conmigo misma para no cerrar mis ojos y caer en un sueño profundo. El sonido de la puerta abrirse llamo mi atención, eran mis compañeros saliendo del salón y por suerte la profesora no se dio cuenta que no preste atención. Todos se dirigían a la cafetería para almorzar, a mi aun me daba un poco de pena pero necesitaba alimentarme para aguantar las siguientes horas de clases.

— Julio: eres una chica muy afortunada, parece el destino nos quiere juntos Linda; deberías permitir que te acompañe — que fastidio con este chico —

—Isabela: en primer lugar ya te dije que mi nombre es Isabela no linda y en segundo lugar también te dije que no tengo una buena razón para dejar que me acompañes así que no molestes por favor—

—Julio: por supuesto que hay una razón, soy muy guapo — creo que alguien tiene un ego demasiado alto—

—Isabela: yo digo que eres un presumido, porque lo guapo no lo veo; estas pálido, despeinado y algo flacuchento, deberías comer más engreído —

Por desgracia, no pensaba detenerse. El no dejaba de verme como una nueva presa para su colección, nada más. Recordé las palabras de mama, quizás ella tenía razón cada vez que me decía que tenía que dejar de ser tan débil y dejar que las personas entren en mi vida antes de juzgarlas para que todo cambie de una vez por todas. No obstante, la idea de ser amiga de Julio me aterraba. Probablemente el insistiría mucho más en sus intenciones que a decir verdad no eran de mi agrado.

—Julio: oye Isabela — escuche su voz atrás de mí —

—Isabela: ¿acaso no te cansas de molestarme?, deberías buscar otro pasatiempo porque esto ya no es divertido —

— Sara: es verdad, búscate otra persona a quien molestar Julio y deja que Isabela se acople a la escuela — no se quien sea pero le debo un favor.

—Isabela: muchas gracias, ese chico me ha seguido por toda la escuela

—Sara: no hay problema, todos sabemos que mi hermano puede llegar a ser fastidioso cuando se lo propone — ¿hermana?, ahora si estoy sorprendida—

—Celeste: aun no nos presentamos ella es Sara y yo me llamo Celeste, te vimos cuando llegaste a la primera clase y suponemos que necesitas amigas. Abrí mi mochila y saque mi libreta de apuntes, más exactamente la de la clase de literatura; no era mi materia favorita. Recuerdo el día que trate de escribir un poema para esta misma clase en mi anterior escuela, fue todo un desastre y pase una gran pena; sin embargo, opte por tomarla porque Sara y Celeste me la recomendaron para cubrir algunos créditos extra.

— Profesor: silencio, el día de voy vamos a dejar un trabajo para que lo hagan en parejas que yo mismo voy a designar y deberá ser entregado en dos semanas

—Julio: ¿Qué pasó linda? ¿Ya estas más tranquila?, espero que ese trabajo podamos hacerlo juntos — otra vez el para variar —

—Isabela: mira odioso ya te dije que mi nombre es Isabela no linda y quítame tus horribles manos de encima —

Por suerte no faltaban más de media hora para que terminaran las clases y al menos por hoy no tendría que verle más la cara a Julio.

— Profesor: las parejas para realizar el trabajo serán las siguientes:

▪Carlo - Sara

▪Lucia - Esteban

▪Celeste - Andrés

▪︎Luis - Mariana

▪︎Isabela – Julio

El me dedico una sonrisa, supongo que por su actitud tan arrogante le divertía mucho esta situación. Tenía dos opciones; aguantar a Julio por dos mesanas mientras realizábamos el trabajo para asegurar una buena calificación o intentaba de alguna manera evitar que él sea mi compañero.

— Isabela: ¿qué? no puede ser, profesora por favor cámbieme de compañero se lo suplico. — Profesor: pero ¿Qué paso Isabela? me puedes decir ¿Por qué gritas tanto? — tengo que hacer que me cambie de compañero —

— Isabela: profesor por favor cámbieme de compañero, no puedo hacer la tarea con alguien que oxidado el cerebro.

— Sara: por fin alguien que te entiende de verdad Julio — bueno, mi intención tampoco era ofenderlo—

— Profesor: Isabela ya no hables así de tu compañero, tienes que aprender a trabajar en equipo con todos, ahora con más razón hacen el trabajo juntos — al menos lo intente —

Julio tenía una amplia sonrisa dibujada en su rostro. Sus ojos color miel permanecían abiertos y muy alegres. Estaban rodeados de una combinación de colores cálidos que hacían que su iris brillara más, si no fuera porque sé que es un egocéntrico diría que en verdad le dio gusto hacer ese trabajo conmigo.

—Isabela: te veo en la biblioteca a las cuatro para iniciar con el trabajo. — Julio: no hay problema, pero ¿Qué te parece si mejor nos vemos en el café del parque? — No es mala idea—

—Isabela: está bien y por favor no llegues tarde Julio porque no me gusta perder el tiempo —

Me dirigí hacia mi casa tan pronto como mi última clase termino. Recorrí las calles con rapidez, temiendo llegar tarde a mi casa y por ende a mi cita con Julio para realizar el trabajo. Sin embargo, cuando llegue a casa mire el reloj de mamá y aún tenía tiempo para hacer algunas cosas. Todavía era muy temprano.

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