Login to ManoBook
icon 0
icon Recargar
rightIcon
icon Historia
rightIcon
icon Salir
rightIcon
icon Instalar APP
rightIcon
Todo por ti amor

Todo por ti amor

Dallana perez

5.0
calificaciones
94.9K
Vistas
49
Capítulo

Dos jovenes que no conocian lo que es el amor, lo experimentaran juntos sin saber que el pasado de sus padres sera su mas grande obstaculo, Él es un joven que no quiere saber nada del amor, ella una chica inesperta que toda su vida se la ha pasado presa de su propio padre, juntos deberan vencer todas esas barreras para poder relaizar su amor, en esta continuacion de la historia trampas del destino, acompañame a descubrir en qeu termina esta linda aventura llamada Todo por tí...

Capítulo 1 CAPITULO 1

POV KATERIN

Que te quieran obligar a casarte con un tipo mayor es una maldita desgracia, mi padre está perdiendo sus empresas por un mal negocio que lo ha llevado a la ruina, tanto es su desesperación que me casara con un empresario Italiano, no quiero tener que casarme con ese hombre, tengo mucho miedo de que mi vida termine de esa manera, jamás he conocido el amor, jamás he interactuado con un chico de mi edad, mis padres me mantienen encerrada en esta mansión, no sé por qué o con miedo de que, ahora dicen que lo mejor para mi es casarme con ese hombre que me llevara a vivir a otro país con un idioma diferente.

Estoy decidida a escaparme y no volver a saber nada de mi familia. No dejare que terminen con mi juventud de esa manera solo tengo diecisiete años, no me parece justo que me hagan esto.

Salgo por el jardín de atrás solo con mi bolso, en el llevo mi celular y algunos dólares que pude tomar del bolso de mamá y de unos ahorros que tenía, también llevo una ropa de cambio, creo que no sacare nada mas de aquí, pues no quiero recuerdos de este maldito encierro, de esta cárcel en la que he vivido por tantos años.

Voy por la autopista, no se para dónde coger, ni que hacer, lo único que se me ocurre es ir para la playa, viviendo en un lugar tan hermoso como lo es Miami, no he visitado mucho el mar, pues las pocas veces que lo hacía era con mis padres cuando aún era una niña, después de que crecí no me trajeron más por temor a que algún hombre me mirara, eso es una estupidez, pero sé que es así, que por eso mi padre no me volvió a dejar salir de casa.

Llego a la playa y me dedico a caminar cerca del mar, a observar lo hermoso de todo este lugar, necesito pensar a que parte me iré, pues apenas mi padre se dé cuenta que me escape me buscaran y me llevaran de vuelta a casa.

Veo que hay unos hombres que me observan muy raro, siento algo de miedo así que corro, pero ellos son más rápidos que yo, me toman a la fuerza y uno de ellos me quita mi bolso, mientras los otros intentan ultrajarme, quieren besarme a la fuerza, lucho con todas mis fuerzas, pues jamás permitiría que mi primer beso fuera con un bastardo como esos, caigo en el suelo, mientras un chico los golpea, y recupera mi bolso, quedo como una estúpida mirando los hechos, me siento como una princesa a la que la rescatan, pero este príncipe es algo diferente, no sé qué tiene que me siento muy rara al verlo.

No puedo evitar estar nerviosa y derramar algunas lágrimas, pues jamás había vivido una situación como esta.

-Tranquila, todo está bien, no te preocupes, yo te cuidare -dice aquel muchacho desconocido, no sé qué me pasa, pero en un impulso lo abrazo fuerte, siento que en sus brazos estaré segura.

Me invita a un lugar donde vende sodas y nos sentamos, bebo un poco de la mía, pero no puedo parar de mirarlo, él me sonríe y siento mucho bochorno de que sepa que lo observo.

-Quiero agradecerte por lo que hiciste por mi hace un rato -expreso

-Eso no es nada, no podía dejar que esos tipos se aprovechen de ti, ¿pero dime quienes eran y que querían? -pregunta muy curioso.

-No lo sé, jamás los había visto en mi vida, es solo que me escape para estar un

rato sola en la playa y ellos al verme quisieron aprovecharse -explico.

-Que miserables, pero no te preocupes, yo te llevaré a tu casa y así estarás bien.

-No, por favor, no quiero ir para mi casa, iba a llevar un poco de sol y broncearme,

antes de volver, estoy muy pálida -señalo mi piel, creo que es la excusa

perfecta, como le diría la verdad a un hombre desconocido.

-Qué tal si te invito a una fiesta en la playa, mi familia y yo estamos celebrando los quince años de mi hermana y … así no estarás sola -indica.

Acepto encantada será la primera fiesta a la que valla además aun no decido que hacer ni a donde ir.

-Me puedes decir cuál es el nombre de mi salvador -pregunto curiosa sonriendo.

-Me llamo…

-Julián, ¿Por qué rayos dejaste sola a tu madre que no te pedí que le ayudaras? -dice un hombre mayor, que juraría es igual al chico que ahora conozco su nombre, Julián.

El señor desconocido me mira algo extraño, pero no me da miedo, pues se nota que en este lugar todos son muy buenas personas.

Paso un rato increíble, este lugar esta de ambiente, la familia de Julián es muy divertida, sobre todo sus primos y hermanas, sus padres se ven que se aman mucho, no se separan ni un segundo, son todo lo contrario de los míos, pensé que eso solo sucedía en los libros que leo.

Jamás había probado cocteles con alcohol, son deliciosos, pero me siento algo ligera, mareada.

Un joven se acerca a hablar conmigo, se llama Cristian, es muy simpático, me invita a bailar, y no para de insinuarme que le gusto, pero la verdad, no estoy muy interesada.

-Cristian, ella viene conmigo -dice Julián en un tono bastante fuerte, el chico se aleja alzando sus manos en forma de derrota.

Julián me invita a caminar por el lugar y yo acepto, creo que necesito algo de paz.

Me siento muy mareada, creo que el alcohol hace estragos en mí.

-Tú me pareces muy divertido y muy guapo -digo y lo beso, siento como mi cuerpo se estremece y mi corazón late fuerte, se quiere salir de mi pecho, sus labios son tan suaves, me siento, perdida en ellos, me dejo llevar por su boca, nuestras lenguas se encuentran, y todo en mí se altera, me separo de él al sentir que ya no tengo aire, lo miro a los ojos y son tan hermosos, reflejan sinceridad, su cabello, es algo cobrizo, un corte ni tan corto, ni tan largo, sus labios son en un tono rosa, su piel es muy blanca , tiene un arete negro en sus orejas, una nariz perfecta, es alto y de cuerpo atlético, es maravilloso.

Tú ya sabes mi nombre, pero yo no sé cuál es el tuyo -indica mirándome fijamente.

-Me llamo Katerin Meyer – mucho gusto digo extendiendo mi mano, él la toma, pero me acerca a él, y me besa nuevamente, disfruto de ese beso.

-Creo que ya es tarde, gracias por todo, jamás olvidare lo que has hecho por mí, ni lo bonito que fue conocerte -digo, despidiéndome.

- ¿Te iras, así, nada más? - indaga, pero no entiendo su pregunta.

-Es lo mejor para los dos -expreso y corro para evitar que me persiga.

De la prisa, no me doy cuenta y un hombre me golpea con su moto.

Despierto en una habitación, que parece de hospital, miro a mi alrededor, y Julián, está a mi lado mirándome con ternura y angustia.

- ¿Qué haces aquí, yo que hago aquí? -indago hablando con dificultad.

-Es que te atravesaste a un señor en una motocicleta y pues, gracias a Dios vas a estar bien, solo fue el golpe.

-No sabía a quién llamar y tu celular está apagado, por eso te acompañe, no podía dejarte sola.

-Gracias por tu amabilidad, pero quiero irme de aquí, no puedo estar aquí o me encontraran -señalo.

- ¿Te encontraran, de que hablas, quien? -interroga.

-No quiero ser grosera contigo, pero no es algo de lo cual debas saber, solo ayúdame a salir de aquí por favor, no me pueden encontrar, ayúdame -ruego.

Ok, te ayudare, pero debes de contarme la verdad, no quiero meterme en problemas con mis padres -señalo.

-Es que mi padre me debe de estar buscando, me quieren…

-Hija, gracias a Dios, estas bien, te hemos buscado por todas partes -dice mi madre entrando a la habitación.

Miro la cara de Julián, quien está algo sorprendido.

- ¿Usted quién es, y que hace aquí? -pregunta mi madre de forma grosera.

-Él es quien encontró a su hija y la trajo al hospital -explica el medico entrando y no dejándolo hablar, mi padre entra a su lado.

-Hablaremos en la casa -dice mi padre furioso.

-Ya se pueden llevar a la paciente, solo tienen que darle esto para el dolor y va a estar bien -expone el médico.

-Joven, le agradezco lo que hizo por mi hija, pero ya puede marcharse nosotros nos haremos cargo -dice mi padre de forma muy grosera.

-Papá, no sea tan grosero, ¿le puedo agradecer al joven? -pregunto, pero a solas.

-No hay problema -dice el medico ayudándome, pues creo que se imagina algo de lo que pasa.

Se lleva a mis padres a firmar unos papeles de la salida.

-Mira Julián, no tengo forma de agradecerte lo que has hecho y…

Me interrumpe besándome, dejándome probar esos deliciosos labios por última vez, pues ya sé cuál será mi destino después de esto.

- ¿Dime rápido de qué quieres que te salve, como puedo ayudarte? -pregunta.

-Ya nadie puede ayudarme, pero gracias por todo, quiero que sepas, que me agrado conocerte y que contigo compartí algo especial, gracias por dejar que mi primer beso fuera tan hermoso -digo y ese momento entran mis padres y lo sacan de la habitación, el me mira sorprendido y se despide sacudiendo su mano.

Esa fue la última vez que lo vi, ahora estoy en casa con custodia, me vigilan día y noche, le ruego a mis padres todos los días para que no me obliguen a casarme con ese hombre desconocido, pero no me escuchan.

Solo me quedan dos semanas para ese matrimonio, hoy en la noche conoceré al que será mi futuro esposo, con el que viviré una pesadilla, lo único que agradezco a la vida es que me permitió conocer a Julián, gracias a él, pude ver algo nuevo, pude disfrutar de un beso, un beso que me hizo sentir, cosas inexplicables, no sé si sea amor, pues eso para mí es algo desconocido, pero Julián es inolvidable…

Seguir leyendo

Quizás también le guste

Otros libros de Dallana perez

Ver más
Capítulo
Leer ahora
Descargar libro