Login to ManoBook
icon 0
icon Recargar
rightIcon
icon Historia
rightIcon
icon Salir
rightIcon
icon Instalar APP
rightIcon
El regreso de Wendy Martí

El regreso de Wendy Martí

Flagranti Amore

5.0
calificaciones
46.2K
Vistas
133
Capítulo

Wendy Martí, regresa con todo su equipo para resolver un verdadero enigma, la muerte de un hombre que, cuando sabe que está por morir, la contrata para que descubra quién lo asesino. Un importante CEO, la contrata para que descubra su crimen y envíe a la cárcel a quién lo haya envenenado, con bismuto radioactivo y cesio-137 radioactivo. Al hombre le quedan pocas horas de vida y le hace una transferencia por varios millones de pesos a la cuenta de Wendy, para que se haga cargo de encarcelar al asesino o a la asesina. Wendy, se preocupa más por la salud del hombre que se ve muy enfermo, así que en compañía de la “China”, lo llevan a la Cruz Roja, donde los atiende la enfermera que es admiradora de Wendy y de inmediato les consigue un doctor. El médico lo revisa y Wendy le explica lo que les dijo que tenía, en ese momento el hombre muere y el doctor hace una revisión y confirma lo dicho por el hombre, envenenado con material radioactivo. Al día siguiente, Wendy y su equipo se reúnen, Lucía ya corroboró el depósito, Lina ya buscó en la red y descubrió que el hombre era un importante CEO de una prestigiosa farmacéutica. Mateo, le dice que no pueden aceptar el caso ya que el hombre murió y que no podrán lidiar con sus familiares, además que ellos no son el ministerio público y no tienen las facultades de estos. Germán, le ofrece todo su apoyo y le confirma que la apoya en todo. Wendy, dice que la contrató antes de morir y que su deber es cumplir con ese compromiso, descubrir al asesino o a la asesina y dar parte a las autoridades, con las pruebas en las manos, para que actúen. Los principales sospechosos son: La joven esposa del muerto, que tiene un amante, el cual resulta que es el socio del CEO asesinado. El amante de la esposa, y socio del muerto, lo despojó del puesto de CEO en la Farmacéutica. La amante del muerto, que funge como su asistente en la empresa y que tiene un negro pasado. El doctor en física y química, jefe del departamento de investigación, con el que tuvo un fuerte altercado por los derechos de un descubrimiento, unos días antes de morir. Y entonces se ponen a investigar, todos en equipo, mientras Wendy, va enfrentando uno a uno de los sospechosos, a los cuales interroga y confronta. Durante el proceso de investigación, se van descubriendo los secretos que faltan por revelarse del grupo, como la historia de la “China” y el motivo por el cual se encuentra tan desubicada y la tan esperada reconciliación de Wendy y Germán, ¿se casarán? También sabremos qué hay detrás de Roxy Luna, la reportera estrella de la televisión.

Capítulo 1 La muerte firma contrato

Sentada, detrás de su escritorio, en el privado que ocupaba en el bufete, la abogada Wendy Martí, trataba de concentrarse en aquellos escritos que debía presentar al juzgado, les daba una última revisada para que todo estuviera en orden y no tuvieran complicaciones con nada.

De pronto, la puerta de su privado se abrió y ella levantó la vista para ver quién era, Germán Domínguez, entró y cerró la puerta tras de sí, se veía más varonil y guapo que nunca, avanzó unos pasos hasta situarse frente al escritorio de la litigante.

—Necesito hablar contigo de manera urgente —le dijo Germán, viéndola a los ojos.

—Estoy con el escrito del juicio que tenemos encima… además debo revisar la apelación que vamos a presentar, así como el cambio de abogado que debemos efectuar para que…

—¡Ya basta, Wendy! Deja de escudarte tras el trabajo y enfrenta la situación como es —dijo él con un tono de voz contundente y directo— ya no eres una estudiante, ya eres toda una mujer.

—¡Yo nunca me he escudado de tras de nada! —dijo Wendy, poniéndose de pie y saliendo de su escritorio— siempre he sabido enfrentar la situación y mucho más, veces que tú.

—¿Entonces por qué me niegas el derecho a que hablemos y aclaremos las cosas?

—Porque no tiene caso volver a lo mismo… no eres consistente y…

Ella ya no pudo seguir hablando, Germán la tomó por la cintura y la jaló hacia él para besarla con toda ese amor y esa pasión que esa hermosa mujer le despertaba.

Por un momento, la abogada se quedó confundida, sin saber exactamente qué hacer, hasta que de pronto comenzó a corresponderle a la caricia, dejándose llevar por las emociones que sentía.

Las manos de él comenzaron a despojarla de su ropa, sin dejar de besarla y de acariciar sus perfectas formas, ella también intentó quitarle la ropa, amaba a ese hombre y lo deseaba más que nada en el mundo, así que ya no iba a luchar más contra ella misma.

Cuando ambos, quedaron en ropa interior, Germán la sujetó por las caderas y la levantó un poco, ella lo abrazó con sus torneadas piernas, al tiempo que, con un manotazo, Wendy, despejó su gran escritorio de madera, ya que Germán, buscaba un lugar para depositarla y continuar.

Domínguez, la acomodó de manera tierna y suave en el escritorio y luego, dejó los carnosos y sabrosos labios de ella, para comenzar a besar su cuello, sus hombros, sus mejillas, con una dulzura que hizo que la piel de Wendy, se estremeciera de pasión y deleite, luego siguió besando, lamiendo y chupando, sus hermosos y bien formados pechos.

Con la habilidad que lo caracterizaba, le desprendió el brasier y sin prisas, probó el sabor de aquellos senos deliciosos, firmes, tersos, suaves, incitantes, paladeando cada uno de sus contornos, disfrutando de su tersura y de ese aroma tan especial que ella emanaba.

Sin medir el tiempo que los disfrutaba, sin importarle repetir las mismas caricias, pasó de uno al otro, disfrutando con un profundo deleite y arrancándole gemidos de pasión a la abogada, al tiempo que notaba que su virilidad aumentaba con potencia motivada por el deseo, que sentía.

Wendy Martí, se sentía flotar, se cimbraba mientras recibía aquellas sabias caricias y se dejaba hacer recostada en aquel escritorio en el que pasaba largas horas laborando.

Ella no pudo evitar el hacerle sentir que quería que siguiera, y por eso le acarició la cabeza para motivarlo e indicarle que iba por buen camino, lo que lo enardeció más.

Germán, siguió descendiendo con sus labios por el vientre plano y firme, llegó al ombligo y le aplicó ese intenso tratamiento, mientras que el vestido caía al suelo y él, se posicionaba del resorte de las elegantes pantaletas de lencería y las bajaba.

Cuando el delicado calzón, quedó en los tobillos de ella, su boca ya había llegado al sitio preciso que buscaba, y su lengua se abría paso hacia la fuente de placer que lo esperaba anhelante, mientras sus manos acariciaban aquellos tersos y torneados muslos de marfil.

Las palmas y sus dedos, recorrían desde las rodillas hasta las carnosas y deliciosas caderas, con suavidad, sin prisas, como si buscara alguna imperfección en aquella tersa piel, para ese momento, Viridiana, ya era un volcán a punto de hacer erupción, había levantado una de sus piernas para poder abrirla, dejando en el piso su vestido y sus delicadas pantaletas.

La boca de Germán, al ver que el paraíso que buscaba abría sus puertas para facilitarle el acceso, no se detuvo un solo momento y con su anhelante boca y su inquieta lengua, comenzó a recorrer todos los ocultos rincones de su intimidad, paladeando las mieles del placer y del deleite.

Ahora las manos de Viridiana, rendidas ante aquel hermoso tributo, acariciaban la cabeza de él, para presionarlo más contra su cuerpo, contra ese punto en el que sentía la lengua y los labios, llenándola con un deleite que jamás se imaginó, con un placer sublime y enloquecedor.

Hasta que de pronto sintió que todo su cuerpo se tensaba, que todo su ser se estremecía, que en su cabeza hacía explosión un fuego que había subido desde su intimidad, pasando por su vientre, siguiendo por su pecho, recorriendo por su garganta y estallaba en su cerebro, haciéndola ver lucecitas de colores y arrancándole un profundo gemido de placer y satisfacción.

Aquella hermosa sensación que la desquició, que la hizo vibrar y estremecer, que le proporcionó un deleite que jamás soñó, duró algunos minutos y él siguió en su labor, mientras las manos de ella, oprimían con mayor fuerza su cabeza y sus gemidos aumentaban.

Martí, se estremecía con las caricias que estaba recibiendo, todo su cuerpo era un volcán esperando el momento propicio para hacer erupción, disfrutaba de manera intensa aquel momento tan especial en el que no había nada ni nadie más que su amor y su deseo.

Ese deseo que había mantenido reprimido por tanto tiempo, ese deseo que le gritaba desde el fondo de su ser que quería salir a la luz, manifestarse y convertirla en toda una mujer en esa mujer plena y temperamental que esperaba el momento para darse a conocer.

Seguir leyendo

Quizás también le guste

Otros libros de Flagranti Amore

Ver más
Capítulo
Leer ahora
Descargar libro