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Todo Comenzo con una Solicitud de Amistad!!!!

Todo Comenzo con una Solicitud de Amistad!!!!

Díaz Tamy

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Capítulo

Martina Rogers es una chica trabajadora, alegre y hasta un poco torpe. Es mesera en un bar "Palermo Hollywood", tiene 23 años. Decidió estudiar abogacía por injusta indenización que percibió su padre al caerse en una fabrica de lácteos. Su amiga Beatriz Ceballos Echegaray, "Betty" la cual conoció en la universidad, su familia es dueña de una importante empresa por lo que es millonaria. Martina conoce a su hermano porque frecuenta su casa, desde que lo vio quedo enamorada sin que su amiga supiera de tales sentimientos. Hasta que lo descubra. Le envía una solicitud por Facebook con un perfil falso. Por tantos likes que le da a sus fotos, él le escribe entablando una conversación. Conforme van pasando los días se hacen amigos. Se cuentan con detalles sobre la vida privada de cada uno, todo cambia desde una fiesta de difraces y él quiere conocerla. Ella entra en pánico que no sabe como resolver el dilema. Martina descubrirá que su "supuesto amigo" ya tiene pareja y que pronto se va a casar. Pero sus planes cambian cuando descubre la verdadera identidad de su "amiga de Facebook". Eso la toma por sorpresa, pero ya se encuentra lejos de toda posibilidad de tener una relación con él. Aunque nada es imposible sí de verdad se aman.

Capítulo 1 1: El día a día

Martina.

Suena el despertador a la 07:00 am, doy vueltas como un trompo hasta que decido por levantarme. Me higienizo antes de ir a desayunar, ya estando cambiada voy a la cocina. Preparo un café bien cargado, tomo unas tostadas de la mesa y unto mermelada con manteca.

Después de terminar subo a mi habitación por la mochila para ir a la universidad. Vuelvo y mamá ya está sentada tomando café. Le beso la frente en forma de despedida saliendo a tomar el autobús.

Demoro en llegar como una hora, las clases comienzan a las 08:30 am. En la entrada ya me espera Betty, mi amiga, sonrío a lo lejos por su presencia.

-Hola ¿Cómo estás? – me pregunta. Es una morocha alta, pelo castaño claro y ojos color miel. Ella es muy simpática, aunque tiene un carácter difícil de llevar.

-Hola bien ¿tú cómo estás? – contesto y preguntó porque su cara lo dice todo. Seguro volvió a pelear con su novio que para mí es un patán, que solo la hace sufrir.

- ¿Otra vez peleaste con Jesús? – así se llama su“futuro marido” como dice ella.

-Si. Creo que ya no quiere volver conmigo – lágrimas empiezan a salir de sus ojos. Le doy un abrazo, para que no se derrumbe frente a todos.

-Ya verás que pronto volverá a rogarte como la última vez- Llevo serenata a su caca, Tian enfureció. Tampoco soporta a su cuñado lo hace por el amor que le tiene a su hermana.

Cuando ya se encuentra más calmada ingresamos a clases. Aún falta llegar el profesor, así que esperamos un par de minutos. Luego de muchas horas en la universidad vuelvo a casa. Betty ya le paso la tristeza porque ya volvió con su amado novio.

Almuerzo para tomar una pequeña siesta antes de ir a trabajar.

Estando en la cama ingreso a mi perfil de Facebook, reviso si tengo mensajes, pero no hay nada. Busco si mi amigo está conectado, si lo está. Me atrevo a mandarle uno.

Púrpura: Hola ¿cómo has estado?

No tarda nada en responder, llevamos mucho tiempo de amistad porque no sabe quién soy.

Tian Ceballos: bien. ¿Qué haces?

Aunque no sabe de mi identidad muchas veces pregunta cosas que no sé qué contestar o las evito preguntando otra.

Por un tiempo largo conversamos hasta que me asusto por la hora. Mi objetivo era dormir por un rato y lo que hice fue todo lo contrario. Cierro la conversación, corro al baño no me da tiempo a bañarme, así que solo me cambio de ropa lo más rápido posible.

Todo lo hago a una velocidad presurosa que al bajar las escaleras casi me estrello con mi mamá. Que me mira con suma extrañeza por mi actitud.

-Hija ¿Por qué corres? – yo voy directo a la puerta para salir.

-Es que voy a llegar tarde a trabajar- salgo sin esperar respuesta por su parte.

Menos mal que todavía no está abierto. De un soplido suelto el aire contenido todo por culpa de estar charlando con “el hermoso de Tian”. Espero hasta que lleguen los demás y el dueño. La paga no es tan buena, pero me alcanza para pagar mis gastos en la universidad y algún que otro capricho para mí.

El celular comienza a sonar en el bolsillo del pantalón, lo saco revisando quien es. Betty es la que llama.

-Hola Martu te tengo una invitación- volvió la amiga que no se da por vencida, - el viernes es el cumple de Jesús y lo vamos a festejar. Así que ve buscando que ponerte.

-No quiero ir a fiestas. Ya sabes que tenemos que estudiar- escucho que rezonga al otro lado.

-Tú vas a venir sino me voy a enojar mucho con vos ¿entendido?

-Como tú digas- ella corta. Odio arreglarme para ir algún evento, nunca sé que ponerme. Tampoco es que tenga un placad lleno de ropa bonita.

Mariano, mi compañero de trabajo abre el bar. Ordenamos todo antes de comenzar, algunas personas comienzan a sentarse esperando que el mesero los atienda. Por un tiempo me quedo al lado de la caja por orden de Andrés, el dueño.

Las horas pasan lentas, estoy aburrida, no hay muchas personas. Alguien ingresa por el sonido que produce el adorno de la puerta, eso me hace levantar la cabeza. Y a que no saben quién es, mi príncipe azul. Es muy bello, me encanta su dulzura al hablar.

Va infundado en un traje azul que resaltan sus ojos color cafés claro con pigmentos verdes, cabellera castaña y es morocho, se me hace agua la boca. Creo que empiezo a hiperventilar o a imaginar situaciones raras. Ya saben a lo que me refiero.

Ni siquiera vio que estoy parada aquí en el mostrador. Soy invisible.

Se sienta en una mesa cerca de la ventana con su amigo Romeo. Tengo una idea que se me ocurrió, voy al baño, llevo mi celular enviándole un mensaje desde Messenger. Lo espió desde la puerta para ver su reacción.

Púrpura: ¡Qué bonito estás hoy!

Él saca su iPhone del bolsillo del traje, mira la pantalla sonriendo, yo me muerdo el labio esperando su respuesta. Está vez se demora un poco en contestar porque su amigo le conversa.

Tian Ceballos: Gracias por ser muy observadora. Besos.

Sonrió como tonta al leer su mensaje. Quiero responder, pero mi jefe llega, vuelvo a mi puesto para evitar problemas.

Lo miró todo el tiempo hasta que se retira del bar. Suspiro de amor por él. Me conformo con saber que el viernes lo veré de nuevo.

Regreso a casa muy cansada, ceno con mi familia. Que está conformada por papá, mamá y mi hermana Lucia con su pequeño hijo Beltrán. Él es un ángel, lo amo tanto que el único que logra animarme cuando estoy triste.

Luego de una ducha reparadora, abro la cama recostándome para ver televisión hasta quedar profundamente dormida.

De pronto me encuentro en la cama de alguien que no quién es. Refriego los ojos, escucho que alguien se está bañando, con mucha cautela me dirijo al baño. La puerta se encuentra entre abierta, entro por el vidrio se ve un hombre de espaldas anchas, salgo intentando ponerme las zapatillas para huir de aquí.

Quiero girar el picaporte y no abre, está cerrado con llave. Mierda digo mentalmente. Busco por todos lados, pero alguien habla.

- ¿Buscas estos? – pregunta. Yo estoy de espaldas mirando la cama, dándome vuelta veo que es Tian, cuelga desde su mano la llave y solo está cubierto con una toalla en la cintura.

-Si- tomó aire para no parecer nerviosa- ya me quiee…eero iiirr.

-Hace un rato no decías lo mismo- va acercándose hasta quedar frente mío, - querías que te hiciera el amor.

-No pude decir eso. Creo que debo irme- su sonrisa es de victoria.

Me sujeta de la espalda pegando su boca con la mía, primero me resisto, después me entrego al placer.

A lo lejos se escucha una voz que me habla, también me toca el hombro para despertarme, es mi hermana. Como odie esa noche a Lucia.

El mejor sueño que pude tener, mi querida hermana, lo arruino para que cuidará a su hijo mientras tenía una cita, no sé quién era la “víctima”. El hecho es que yo me levante con un humor de perros por lo sucedido.

Desayuno como todos los días para ir a clases antes que mate a Lucia por su hermosa sonrisa de niña enamorada. Beso en la mejilla a mi sobrino despidiéndome con la mano de todos los presentes.

Me colocó los audífonos, le doy play a mi canción favorita, mientras muevo la cabeza en uno de los asientos del autobús. Cuando bajo ya veo a Betty en la entrada como un guardia mirando a todos lados. Está distraída así que no tengo mejor idea que darle un susto. Justo se da vuelta quedando de espalda, camino sin hacer ruido hasta que llegó al punto de encuentro.

-Woww Betty- hablo tocando sus costillas. Ella salta para arriba tapándose la boca con su mano y una expresión de muerte cuando se da vuelta.

- ¡Eres tonta! Casi me matas del susto- pegándome con su carpeta.

-Lo siento es que te vi y parecías una presa fácil de roer- dije con mi cara más inocente de mostrar.

Entramos a las carcajadas, el profe de derecho ya estaba esperando para iniciar la clase. Las dos estudiamos la misma carrera abogacía, su hermano también es abogado penalista. Su despacho es el más importante de esta ciudad.

Hoy no va a ser productivo, porque cuando hablaba de las leyes que tenemos que saber, yo estaba divagando en una fantasía erótica con Tian. Que no tengo idea que decía.

-Señorita Rogers- habla el profe- pregunté ¿Cuáles son las leyes más importantes?

-Noo estabaa pres..tando atención- contestó arrastrando las palabras por los nervios.

Qué vergüenza me va a pedir hacer un trabajo extra, estoy segura. Todos mis compañeros se ríen, seguro mi cara está como un ají, colorado. Betty me codea por debajo.

Después de la bochornosa escena que hice en el aula nos retiramos, Betty me invita a que tomemos un café, acepto encantada.

En menos de veinte minutos llegamos a una cafetería, “Flor de Cerezo”, su nombre es muy original por eso me gusta. Yo me ubico en una mesa al aire libre, pero mi amiga quiere estar a dentro, discutimos con la mirada hasta que ella acede a sentarse en la que yo elegí.

La mesera llega a tomar nota de lo que vamos a ordenar, las dos pedimos lo mismo, café. Su celular suena yéndose al baño para hablar, yo espero que vuelva mientras tanto chequeo mi red social, buscando algún mensaje de Tian. Aunque no encuentro nada en Messenger.

No sé cuánto tardo en regresar a la mesa que el café ya está frio y el mío ya lo terminé. Su cara evidencia felicidad segura tiene una noticia que darme.

- ¿Por qué tan sonriente? – se acomoda el pelo para sentarse.

-Tengo una noticia que darte- bebe de la taza con expresión agria – este café ya está frío no lo voy a tomar así.

-Estuviste mucho tiempo en el baño ¿Cómo no quieres que no se enfrié?

-Como sea- dice, el mozo se lleva la taza para traer otro. –A lo que me refería con la noticia es que la fiesta de Jesús va a ser de máscaras- aplaude con las manos toda emocionada.

- ¿De qué fiestas hablas? – no sé de qué está hablando.

-La fiesta de mi novio, ¡Burraaa! – creo que, si me lo dijo, pero olvide por completo.

-Ya lo recuerdo ese día llamaste para avisarme, perdón me olvide.

-No quiero que te olvide de ir- sale una risa muy pequeña- ve a mi casa y nos arreglamos juntas ¿quieres?

-Si está bien.

Tendré que buscar en mi armario que rayos me voy a poner, debe ser algo muy lindo para impresionar a mi amado príncipe. Pero no va a reconocerme con la máscara puesta, mejor para jugar al gato y al ratón.

Yo estoy inserta en mis pensamientos y ella piensa cual será el color que más la favorezca. Así estamos hasta que, Betty paga la cuenta porque no dejo que le diera ni cinco centavos por mi consumo. Se excusó diciendo que ella invito.

Me deja en la puerta de mi casa, me hizo prometer que iría a la fiesta. Siempre se sale con la suya. En casa no hay nadie por lo que aprovecho para relajarme, hoy es mi día libre no tengo que trabajar, menos mal que mañana es sábado así duermo hasta tarde.

Tomo una ducha, luego junto toda mi ropa sucia para lavar, pero primero enciendo el ordenador. Bajo hasta el lavadero, meto la ropa y enciendo la lavadora, vuelvo a la habitación.

Abro las cortinas para que un poco de luz ilumine la habitación, cojo una silla sentándome frente al escritorio, como siempre ya saben lo que hago.

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