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CASADA CON MI JEFE <3

CASADA CON MI JEFE <3

mia10

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Capítulo

Emma Rodríguez jamás espero ser madre tan joven, pero la muerte de su mejor amiga la obliga a serlo, con miedo a ser el fracaso que dicen sus padres, ella se arriesga a ser la madre de paula Martínez. Solo hay un problema, servicios sociales. Mateo González jamás espero verse envuelto en un circo solo para ayudar a una joven desastrosa con una niña, pero el obtener un beneficio lo ayuda a tomar una decisión que cambiara su vida por completo. Una boda. Ninguno de los dos jamás pensó en él matrimonio, pero una pequeña mentira los llevó a casarse, como dicen "cuando el destino juega uno solo esa pieza" y eso Emma lo aprendió muy bien. Una mujer desastrosa. Un hombre dañado. Un bebe inocente. Al final ¿quién salva a quién?

Capítulo 1 HISTORIA

Estoy sentada en mi escritorio, mordiéndome el interior de la mejilla y pensando en los problemas que tendré por mentir en la entrevista con la trabajadora social, encargada de mi caso sobre la adopción de Paula Martinez, una niña de 5 meses, hija de Laura Martinez, mi mejor amiga

Lau y yo nos conocimos en el instituto, yo nunca fui una chica muy agradecida pero trataba de ver la vida de manera positiva, en vez de dejar que las personas se burlaran de mi yo me reía de mi con ellas, siempre trate de ver el lado cómico de las cosas y era de cierto modo "la fea graciosa" del grupo. Una vez cuando teníamos 14 años, un chico me invito a salir y estaba tan asustada que Lau me animo a ir, yo era muy tímida en estos temas debido a que tenía problemas para hablar por mis frenos y eso sumen que era una reverenda estúpida en todas las materias menos en arte, eso no ayudaba en mi autoestima.

Pero Lau no veía así, ella siempre veía lo mejor de mí. Recuerdo esa tarde, ella de dijo: eres hermosa Emma, veras que todo sale bien.

Aun así yo estaba asustada ¡por dios, nunca me sale nada bien! Y cuando Mark vino a buscarme, estaba demasiada nerviosa, fuimos a una heladería y la pasamos.... bien, debo decir, hablamos de nuestras vidas e intereses, estaba muy feliz, pero cuando me dejó en mi casa me beso,.¡era mi primer beso y no sabía que tenia que hacer!.

Trate de imitarlo pero al abrir mi boca el trato de meter su lengua y me puse nerviosa, gire mi rostro y termine cortandole el labio con mis frenos, me quería morir, me disculpe pero me dijo que no había problemas y se fue.

Cuando le conté a Lau lo que pasó me dijo: - no te preocupes le pudo pasar a cualquiera Emma- pero ese cualquiera siempre era yo.

La siguiente semana, todos sabían lo sucedido y se mofaban, yo reía con ellos y nos burlábamos de lo sucedido. Pero ningún chico volvió a intentarlo hasta que me quitaron los frenos a los 17, pero eso era muy extrovertida hasta cierto límite, los chicos no me veían de otra manera que no fuese la amiga graciosa.

Y eso no cambio hasta el baile de fin de curso, poco antes de graduarnos, Michael Stevens me invito al baile, él era el mariscal del equipo de Futbol, yo estaba que me mataba de felicidad así que, al llegar el día Lau me ayudo a arreglarme y tratar de verme lo mejor posible.

No poseo una gran belleza, mi cabello es castaño liso, aunque soy delgada me falta pecho y me sobran caderas y mi piel es un poco trigueña, definitivamente lo único atractivo en mí son mis ojos marrones.

Llevaba puesto un vestido azul con el escote en forma de corazón, pegado hasta la cintura y de ahí, caía suelto hasta poco más arriba de mi rodilla. Cuando me observe en el espejo no lo podía creer, definitivamente era la nueva versión de Emma Rodríguez.

Lau también se veía hermosa, pero ¿a quién quiero engañar? Ella siempre se veía hermosa con su cabello rubio en ondas, sus ojos color azules, su delgada figura y ese vestido blanco que le quedaba a la medida, parecía un ángel.

El Padre de Lau nos llevó porque mis padres no sabían del baile, ellos piensan que esos tipos de eventos no son para mí. Verán soy la menor de 3 hermano, Samanta la mayor, me lleva tres años, ella era la estrella en el instituto, buenas calificaciones, buena deportista y presidenta de su generación, en este momento está cursando su segundo año de medicina, en definitiva es el orgullo de la familia; mi hermano me lleva do años, el famoso Francisco Rodríguez, él era el mariscal del equipo de futbol americano y el líder en el equipo de natación, sus calificaciones siempre estaban por encima del promedio y nos llevó a la victoria del campeonato estatal en su último año, al entrar a la universidad gano una beca deportiva y ahora está cursando su primer año de administración con beca deportiva, en definitiva es el otro orgullo de la familia; luego estoy yo, mis padres saben que tengo problemas con las calificaciones, con mi falta de aptitudes para los deportes y que frecuentemente me llaman la atención por ser poco seria en lo que respecta a mi vida, mis padres no poseen muchas esperanzas en mí, por eso esa noche todo sería distinto. No pensaría en ellos y me concentraría en disfrutar la velada.

Cuando llegamos, vimos que todo estaba decorado con guirnaldas y globos, como si el comité de decoración no se hubiera esmerado mucho, después de un rato, empecé a buscar a Michael, pero no lograba encontrarlo, aunque pasado 10 minutos alguien me tomo de la cintura desde atrás, al principio me asuste, pero cuando hablo en mi oído lo reconocí.

– Te vez hermosa esta noche, Emma– me dijo Michael.

– Gracias, tú también – le sonreí, pero reaccione en mis palabras y trate de corregirme mientras me ruborizaba – es decir, no estas hermosa... estas guapo.

El soltó una carcajada que me hizo sentir peor.

– ¡Lastimas mi ego, pensé que también era hermosa! – me dijo en broma y no pude evitar reír con él.

Luego de estar hablando un rato, me pidió acompañara a un lugar, estaba nerviosa, seguro me besaba y no quería que terminara como la última vez. Empezamos a caminar hasta el campo de futbol, me llevo debajo de las gradas, me apoyo en la pared y se colocó frente a mí para susurrarme – eres hermosa Emma.

Era el momento más feliz de mi vida, cuando sentí sus labios rozar los míos fue como un sueño, no lo podía creer, Michael Stevens me estaba besando, su mano estaba en mi cintura y la mía en su nuca profundizando el beso, me sentía en la nubes; pero no todo es bueno, de repente sentí que se alejó de mí y cuando abrí los ojos, lo vi a más de metro y medio de donde yo estaba y todo lo demás paso en cámara lenta cuando las luces del campo se encendieron y cayó sobre mí un líquido espeso; cuando me percate que era pintura, me sentí la más tonta del mundo, todos los amigos de Michael le estaban tomando fotos a la novatada del baile y yo solo me sentí humillada, dolía e increíblemente ingenua al pensar que todo era perfecto, tome mi bolso y Salí de ahí con toda la dignidad que pude reunir mientras le mandaba un mensaje a Mechi diciendo que la esperaba afuera.

Cuando me encontré en el estacionamiento con Lau y Timothy, su cita, inmediatamente me preguntaron que me había ocurrido. Yo no podía hablar así que les dije que luego les explicaría, Timothy al verme en ese estado se ofreció a llevarnos porque si el padre de Lau me veía así les notificarían a mis padres, quienes tenían razón, esto eventos no son para mí.1

Una vez más, era el hazme reír y, aun así, yo trataba de verle el lado gracioso, cuando me preguntaba solo reía y hasta bromee con mi ingenuidad.

Una semana después, Lau se me acerco y mientras acariciaba mi mejilla y me mostraba su sonrisa se "Soy el mejor", me dijo – Emma, los siento, pero este año no podía faltar la novatada, dime que lo entiendes, linda – y yo solo le respondí – claro sin resentimientos – como si de verdad no hubiera pasado nada.

Durante la última semana me sentí la más tonta del mundo, no solo por las bromas, también por mis calificaciones, nunca fui muy inteligente, pero estuve a punto de suspender más de una, se podría decir que fue un milagro que me graduara.

Mis padres hablaron conmigo antes de la graduación y me explicaron su punto de vista sobre la universidad; debido a mi bajo rendimiento, los costos de manutención de mis hermanos y deudas de la familia, creían que lo mejor era que buscara trabajo después de graduarme y hasta me dieron solicitudes para mesera o cajera en McDonald's.

Mi propia familia no creía, yo no lo podía creer y lo único que les dije fue:

–Lo pensare ¿sí?

–Solo queremos lo mejor para ti cariño, entiéndenos – me dijo mi madre.

–Lo se mama, pero ahora estoy cansada y quiero irme a dormir, buenas noches – les dije mientras me dirigía a mi habitación.

Por primera vez llore por todo, por mi vida, mi familia, mis amigos, por todo; en definitiva, esa no era la vida que quería. Le conté a Lau sobre los planes de mis padres y ella tampoco lo podía creer, después hablamos sobre mis gustos, ella conocía mi amor por el color, el diseño, las luces y todo lo que eso conlleva. Pero una carrera con fines artísticos era muy cara para poder costeármela trabajando y más en este pueblo, así que la única salida del hoyo de lo que hubiese sido mi vida, era irme de Lane en Dakota del sur.

Los padres de Lau la enviaran a Nueva York para que iniciara sus estudios universitarios, ya hasta le habían comprado un departamento cerca del campus y así, no tardará mucho en transportarse; su familia es de las más poderosas de Lane, pero eso a Lau nunca le afecto, ella era sencilla y humilde a pesa de todo. Cuando le conté mi decisión de irme del pueblo ella me invito a irme con ella.

La decisión estaba tomada, me iría a New York. El día de mi graduación hable con mis padres, estaba nerviosa, todo el evento ocurrió en la mañana y al no ser una escuela muy grande fue una entrega rápida, ese día me tome muchas fotos con Lau, con Mark y hasta Michael, mis hermanos no pusieron asistir por sus prácticas, pero de todos modos mi mente solo estaba en la noticia que les daría a mis padres.

Durante la cena, les conté mi decisión de irme del pueblo y de mi negativa a dejar de estudiar, la casa quedo sumida en un silencio tan intenso, que sentí la ira de mis padres vibrar por el espacio.

–Pensé que te había criado mejor, debes entender que lo que planeas hacer es un suicidio. Nunca has tenido habilidades Emma y soñar tan alto no es bueno para ti. Yo no seré el padre de una artista callejera, así que en el momento en que salgas por esa puerta dejas de ser mi hija – dijo mi padre mientras las primeras lágrimas salían por mis ojos.

–Cálmate Santiago, estas tomando una decisión precipitada – le dijo a mi madre – Emma, hija yo sé que tú quieres estudiar, pero trata de entendernos, no poseemos muchos recursos y pagarte la universidad es algo que no nos podemos permitir, además al ver tu historial académico no sería una buena idea hacerlo, por favor trata de entendernos y recapacita hija – me dijo mi madre.

– ¿Por qué no confían en que podre hacerlo? Si me tuvieran la mitad de fe que les tienen a mis hermanos, verían que si lo puedo lograr – dije explotando del mal genio que sentía, ellos podían costear mis estudios, pero lo veían innecesario.

– ¿No entiendes que sería un desperdicio? – me pregunto mi madre ya con su mirada colérica, la cual siempre iba dirigida a mí.

–no lo entiendo – dije y me levanté, pero la voz de mi madre me tuvo.

–Si sigues con esas ideas y te vas, no vuelvas a esta casa – me dijo ya estando fuera de sí y levantando la voz.

Mi propia familia me acaba de dar la espalda y aunque sabía que mi madre no me apoyaría, que mi padre me repudiara, me mato.

En menos de dos semanas cumpliría la mayoría de edad y ellos no podrían detenerme entonces hable con Lau y empezamos a arreglar todo para el viaje; tenía miedo de lo que mis padres pudieran hacer, así que fui sacando mis pertenencias que quería llevarme poco a poco; ellos pensaron que solo había sido una rabieta mía lo de escaparme, pero no, estaba más decidida que nunca.

Una tarde, mientras papa trabajaba y mi madre había salido, les escribí una nota donde les dije que mi decisión era innegociable, esperaba que algún día me entendieran y me perdonaran y que a pesar de todo los amaba. Dejé la nota y me fui a la casa de Lau, sus padres nos despidieron y nos fuimos en su auto nuevo, el que le regalaron por su graduación, manejaríamos el primer tramo ese día y descansaríamos en una posada para retomar el día siguiente.

La ciudad era un mundo totalmente diferente distinto a Lane, ahí empezaría mi vida y aunque en un principio no encontraba trabajo, me contrataron en el jardín botánico y así empecé a ahorrar para cursos de diseño.

Un día estaba cortando unas orquídeas cuando llego la señora Lincoln, una clienta frecuente, me pegunto sobre que sería lo mejor para su jardín ya que lo estaba remodelando, le di diversas opciones, pero ninguna le pareció, entonces me dijo:

–Yo quiero algo hermoso pero que no ocupe mucho espacio, mi querida Emma, que nadie más tenga.

Ahí vi mi oportunidad y le ofrecí un diseño de jardines verticales que había hecho tiempo atrás para un portafolio, a ella le encantó la idea y me pregunto que si lo podría realizar.

–Claro que sí, señora Lincoln solo dígame para cuando lo quiere y su dirección, lo podría realizar en dos fines de semanas.

–Está bien hija, me alegraría mucho que lo puedas hacer a más tardar a final de mes – me dijo.

Desde ese momento y por primera vez todo empezó a ir mejor, la señora Lincoln quedo feliz de mi trabajo y me recomendó con sus amistades, todos los trabajos que fui realizando los fotografié para mi portafolio.

Tres meses después, Lau prácticamente me obligo a ir a una entrevista en Publicity Harrison, yo tenía miedo, era solo una joven con sueños de diseñadora, apenas iban seis meses desde que me había ido de Lane y ahí estaba, sentada en el vestíbulo principal de una de las compañías publicitarias más grandes del país.

Estaba tan nerviosa que casi no escuche cuando me invitaron a pasar a una de las oficinas, me entrevisto una mujer en sus 40 y pocos, me dijo que su nombre es Jennifer Cox, es agradable pero seria y cuando la entrevista termino, me dijo que si llegaba a ser escogida me notificaría.

Estaba segura que nunca me llamarían, competía el puesto con más de cien aspirantes con estudios superiores a mí, yo solo había remodelado salones y uno que otro jardín.

Una semana después, tuve una sorpresa enorme cuando me llamaron de Publicity Harrison, me ofrecieron un puesto como diseñadora en prueba, gracias a que Jennifer Cox vio algo en mí y me quería contratar para probar mis habilidades en campo. Lau estaba tan orgullosa de mí como yo agradecida con ella por obligarme a ir a esa entrevista.

Dos años después, ya era la supervisora de diseño y publicidad de la empresa, me costó demostrar mi talento, pero con dedicación y el apoyo de Lau, lo logre.

Jennifer Cox, es la supervisora de obras directas mientras que yo me encargo de la parte de dibujo y diseño, la empresa es tan grande que está dividida en muchas secciones: para las juntas con la cooperativa, solo el personal superior puede asistir, por eso, desde mi ascenso me he visto en vuelta ya en varias juntas.

Pero de lo que más me incomoda de esas juntas es mi jefe, el gran Mateo Gonzalez, dueño total de Publicity Harrison, es un hombre frio e imponente que no acepta errores, le gusta el control hasta el punto de ser desalmado.

Lau cursaba su tercer año de negocios internacionales en la universidad, cuando conoció a Dave Simmons, un hombre guapo, castaño y de ojos azules de quien quedo enamorada en corto tiempo, después de tres meses de relación Lau empezó con vómitos y mareos, así que decidió hacerse una prueba de embarazo, ambas estábamos muy asustadas porque no sabíamos que pasaría después.

Nunca pensé que la palabra positivo te pudiese cambiar la vida totalmente; cuando Lau se lo dijo a Dave, el reaccionó de la peor manera y dijo que no se haría cargo, que todavía tenía mucho que hacer con su vida.

Desde entonces no volvimos a saber de él; Lau les dijo a sus padres, pero ellos, por increíble que parezca, la repudiaron y le dijeron que los había decepcionado echando a perder su vida y desde entonces no volvieron a contestar sus llamadas, así que Lau dejo la universidad y empezó a trabajar para poder mantener a su bebe.

Y como el departamento era de sus padres, nosotras decidimos mudarnos.

Yo la ayudaba en todo lo que podía, mi sueldo era generoso, pero no alcanzaba a cubrir todos los gastos; fueron tiempos difíciles, pero logramos adaptar el departamento para recibir a un bebe y estábamos muy emocionadas, aunque la familia de Lau no había vuelto a hablar con ella durante su embarazo, igual que yo he tratado de comunicarme con mi familia más de una vez, pero nunca me contestaron.

Un día estábamos en nuestro departamento cuando de repente Lau se quedó estática, los dolores empezaron, meses atrás habíamos vendido su auto para comprar uno que se adaptara a nuestras necesidades, así que lleve a Lau al hospital donde teníamos programado el parto.

Horas después, la doctora me notifico de algunas complicaciones que hubo durante el parto y que por eso Lau y la pequeña Paula debían permanecer una noche entera en observación, cuando me permitieron pasar a la habitación a verlas, Lau estaba muy pálida mientras acariciaba a su hija como solo una madre lo puede hacer. Con Amor.

Cuando me vio, me sonrió de manera triste y me pidió que le cuidara a su hija en lo que descansaba. Y esas fueron las últimas palabras de mi mejor amiga.

Un golpe en mi escritorio me despierta de mis recuerdos. Cuando levanto la mirada me encuentro con los ojos negro y fríos de mi jefe.

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