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CAMERON ROWLING

CAMERON ROWLING

Yoris Piñate

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Capítulo

Cameron Rowling es un joven arrogante y poderoso CEO de la empresa más importante en el sector de las Aplicaciones y en el uso de la Inteligencia Artificial, su vida es su desempeño laboral, su única razón de existir es obtener éxito diariamente, es un ser organizado, meticuloso y sumamente exigente con él mismo y con quienes le rodean. Vivía sin distracciones apegado a su estricto y organizado cronograma diario, hasta que se percata de que se acerca el plazo de vencimiento para cumplir con una absurda condición que colocó su abuelo en su testamento y que consiste en contraer matrimonio y concebir un hijo antes de cumplir 30 años y para ese evento faltan solo seis meses. En su afán de ejecutar la voluntad de su abuelo decide contratar a una mujer que le ayude a consumar el matrimonio tal como establece el testamento. De pronto cree encontrar a esa mujer en la persona de su excompañera de la preparatoria Charlotte Wood solo que su proposición no es bien recibida por ella, porque es una exitosa diseñadora con su propia línea de zapatos, bolsos y accesorios, quien no tiene en su plan de vida inmediato un matrimonio y mucho menos la maternidad, su actitud de rechazo le da paso a una serie de acciones que llevará a cabo Cameron con la finalidad de convencerla para que acepte casarse con él, por lo tanto le pide un plazo de tres meses para conquistarla y enamorarla. ¿Cambiará Charlotte su plan de vida, abriéndole espacio al matrimonio con Cameron? ¿Logrará Cameron conquistar el corazón de Charlotte en el plazo que solicitó?

Capítulo 1 Invitación a la preparatoria Parte I

Cameron Rowling con solo veintinueve años, ha construido un imperio que lo sitúa en la cima de los hombres más ricos y poderosos del país. Es abogado, pero tiene una empresa que crea aplicaciones y desarrolla inteligencia artificial. Trabaja no menos de quince horas al día, es sumamente estricto en su horario el cual fue cuidadosamente elaborado y comprende sus ciclos de sueño, tiempo de entrenamiento, alimentación, traslado y actividades laborales.

No admite cambios sin previo aviso, no hay distracciones de ningún tipo, tiene cientos de empleados, pero es obsesivo del orden y el control, por lo tanto, siempre está en la oficina asegurándose de que todo esté funcionando eficientemente.

Su abuelo fallecido desde hace tres años, Otto Rowling, le dejó una cuantiosa herencia que incluye hoteles y restaurantes de lujo aumentando su fortuna descomunalmente. Su abuelo hizo su testamento pasando por alto el hecho de que tenía dos hijos, por lo que, de acuerdo a su voluntad, Cameron es el único heredero, ya que su propio padre no heredó porque se casó con la hija de su rival en los negocios de toda la vida, según vociferaba su abuelo incansablemente y a su tío también lo sacó del testamento porque se hizo Diseñador de Interiores y eso era una vergüenza para su apellido, así que el hermano de su padre ha usado un seudónimo por mucho tiempo.

El caso curioso es que el testamento tiene una cláusula especificando que, si a los treinta años Cameron no se ha casado y está sin descendencia, los hoteles y restaurantes pasarán a manos de su joven viuda a quien solo le quedó asignada una modesta pensión hasta que vuelva a contraer matrimonio, el abuelo no le heredó nada más a menos que su nieto no se case ni tenga al menos un hijo. Faltan seis meses para que se venza el plazo, porque el 02 de enero Cameron cumplirá treinta años.

Brad, su asistente y amigo, entró con los ojos desorbitados a la oficina de Cameron, era el único de sus empleados con la confianza suficiente para entrar sin tocar. Cameron levantó la vista del documento que tenía en su mano y alzando una ceja lo miró interrogante.

–Tu abuelastra está anunciando con bombos y platillos que a partir del 03 de enero del próximo año será la dueña de la cadena de Hoteles Rowling y de los Restaurantes Rowfood.

–¿Podrías no decirle así? Es la viuda de mi abuelo, eso es todo.

–¿Qué podemos hacer al respecto?

–¿Dónde lo anunció?

–En un programa de entrevistas matutino.

Sonó el teléfono de la oficina y Brad respondió:

–Dime Susan –le solicitó a la secretaria.

–La señora de Otto Rowling solicita al señor Rowling.

–Un momento –y tapando la bocina dice– Cameron, la viuda de tu abuelo quiere verte.

Cameron puso los ojos en blanco, tomó una bocanada de aire y asintió, permitiendo que entrara, odiaba las interrupciones, aborrecía hablar si no era algo lo suficientemente interesante, su cerebro trabajaba a mil por hora y esas banalidades lo incomodaban al desviarlo de su plan del día.

Tocaron a la puerta y Brad fue a abrir para permitirle la entrada a la viuda del abuelo de Cameron, después lo miró y este imperceptiblemente le hizo seña de que saliera.

–Buenos días Cameron.

–Buenos días Sharon.

–Vine para arreglar las cosas entre nosotros y evitarnos una inútil espera que ya sabemos cómo terminará.

–¿Puedes hablar sin tantos rodeos?

–En seis meses no estarás casado y mucho menos con hijos propios, así que te propongo que me cedas de una vez los hoteles y los restaurantes, porque tengo un proyecto que debo poner en práctica antes de la temporada navideña.

–No me gusta perder el tiempo Sharon y al venir aquí con semejante estupidez, es justo lo que estás haciendo conmigo. Por favor cierra la puerta al salir.

–Eres terco. ¿Qué más da ahora o el 02 de enero? Han pasado tres años, sabías de esa condición desde que se leyó el testamento, entonces, si en este tiempo no has tenido ni una novia, es imposible que te cases en los meses que te quedan.

Cameron no le respondió, solo la miró fríamente, se puso de pie y rodeó su escritorio, la tomó por un brazo sin violencia, pero con firmeza y la condujo hasta la puerta, abrió, la llevó hasta fuera de la oficina, la soltó y se regresó adentro cerrando de un sonoro portazo. Al volver a sentarse detrás de su escritorio se presionó el puente de la nariz con los dedos índice y pulgar de su mano izquierda, hacía eso para aliviar el estrés, así lo encontró Brad que entró diciendo:

–¿Qué sucedió?

Cameron se quedó pensando unos minutos, pero luego le dijo:

–Tráeme los expedientes de las últimas diez chicas con las que he estado.

–Enseguida –respondió– y se adentró en una especie de bóveda que había en una zona de la oficina, allí tenía muchos cajones de diferentes tamaños, de uno de ellos Brad extrajo la cantidad de carpetas solicitadas, se las entregó a Cameron y este dijo:

–Aquí debe haber alguien que pueda estar disponible para hacer un contrato de matrimonio por un año, ese es tiempo suficiente para casarnos, tener un hijo y divorciarnos, me va a costar una pequeña fortuna, pero no pierdo ni los hoteles ni los restaurantes. Dile a Nelson que profundice y actualice la investigación de estas mujeres antes de comenzar a entrevistarlas y que lo quiero urgentemente, necesitaré exámenes médicos y psicológicos de las preseleccionadas, así como su silencio, ese debería ser un contrato adicional.

–Tal vez esté de más mi observación, pero estas diez chicas son prostitutas.

–Sí, pero es una agencia muy exclusiva, así que adicionalmente son cultas, educadas, con entorno familiar y profesionales universitarias, si revisas encontrarás graduadas en medicina, derecho, ingeniería, biología marina, zoología, diseño, música, artes escénicas, literatura y arquitectura. De todos modos, tendrá que comprometerse a dejar esa actividad adicional y retirarse totalmente de la agencia de acompañantes, será la madre de mi hijo y aunque no estoy buscando a la Virgen María para el Niño Jesús, igual tendrá que guardar la mejor apariencia.

–Asombroso, entonces yo me encargo, pero no me has comentado que te dijo la viuda.

–Quiere que le ceda de una vez la cadena de hoteles y los restaurantes porque, según ella, en seis meses no estaré casado ni con hijos. Pues, para enero tendré una esposa y estará felizmente embarazada de mi hijo.

Brad aún lo miraba confuso ante algunas decisiones que tomaba, aunque siempre las cosas resultaban como él quería. Salió con las carpetas para cumplir con su encargo.

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