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Trampas del destino

Trampas del destino

Dallana perez

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45
Capítulo

Es la continuacion de la histotia mi destino eres tú, ahora le daremos un desenlace a esta historia, a esas cosas sin resolver, ellos se someteran a nuevas trampas de sus enemigos, pero el amor que se tienen sera el unico alimato para tanto dolor y para pasar por tanto sufrimiento, recuperaran su hogar y sus hijos, al final encuentran la felicidad y acabaran con sus enemigos

Capítulo 1 Un tal vez

POV JULIANA

El dolor por el que atravieso no me deja ser feliz, no puedo parar de pensar en las palabras de esa maldita víbora que hace unos días apareció en mi casa,

Flash back…

-Tú no eres la mujer para él, siempre a tu lado ha sido infeliz, le has causado problemas, ahora que tienes a tus hijos juntos aprovecha y vete a la mierda, déjalo que rehaga su vida a mi lado, por tu culpa casi muere dos veces, ¿Qué esperas, que a la tercera si lo maten? No te negare que te ama, que esa noche se acostó conmigo mencionando tu nombre, pero eres un peligro en su vida, mira a tu alrededor, les toca andar con guardaespaldas con miedo a morir, esa no es vida para la persona que amas, si lo amas déjalo en paz, yo puedo ofrecerle una vida sin tanto peligro una vida tranquila y feliz, no con tanto llanto y dolor como la que tú le ofreces -expresa Selena.

-El amor que siento por él jamás podrás entenderlo, porque tu solo estas encaprichada con un hombre que ama a otra, que ni al tener sexo contigo pudo dejar de pensar en mí, vete a la mierda y no vuelvas a mi casa, no quiero verte, eres la peor basura del mundo, no tienes dignidad, te toca mendigar el amor de un hombre prohibido, de un hombre que jamás te amara como a mí, pueda que se acostó contigo, pero ten en cuenta que esa noche a la mujer que besaba, a la que tenía en sus brazos no eras tú, siempre fui yo -escupo todo mi veneno con odio, sáquenla de mi casa, esta mujer tiene prohibida la entrada…

Fin de flash back…

Esas palabras resuenan en mi mente, sé que fui la culpable de las veces que ha estado en peligro de muerte, no puedo hacerle más daño, además su error me lastima, a Selena le dije todas esas palabras para herirla, para que no pensara que ella gano, pero no puedo con el dolor, ya mañana sale de la clínica y no he sido capaz de visitarlo más, Renata escucho mi discusión con Selena, me toco decirle la verdad, ella me apoya y dice que no quiere ver a su hijo por ahora porque lo golpearía y lo mandaría de nuevo al hospital.

Mis hijos han sido lo mejor, en ellos encuentro esa paz que en las noches pierdo al ver el vacío de mi cama, Julián adora a su hermana y ella a él, ese lazo que tenían en el vientre lo recuperaron nuevamente, mis amigos viene a mi casa y están felices de conocer a mi hijo, todos disfrutamos de su presencia, de su carisma, es un niño muy inteligente que te sorprende día a día, estar con mis hijos es el regalo más grande y creo que Alexander también merece disfrutar esos momentos, pero cuando salga del hospital se llevara muchas sorpresas y tendremos una larga conversación de nuestra nueva realidad, cuando pienso en él creo que todo en mí se rompe, pero también tengo que agradecerle que me haya devuelto la felicidad con rescatar y salvar a nuestro hijo.

Llega el día que tanto temía, él está entrando en este momento, lo veo y se ve muy bien, mi esposo es un hombre muy atractivo y ese cabello largo y alborotado lo hace ver aún mejor. Contengo mis ganas de saltarle encima y decirle cuanto lo amo, cuanto lo he extrañado todo este tiempo, pero sé que no está bien, que Selena tiene razón en que por mi culpa lo han herido ya dos veces, y no quiero que haya una tercera, además el dolor no desaparece por más que ya lo perdone, ese dolor de su traición sigue latente en mí, cada día me duele más, a mi mente llegan imágenes de él y ella, aunque no los vi, puedo imaginarlo y eso es una maldita tortura.

-Me alegra que estés mejor -digo tratando de ser lo más indiferente posible, porque me muero por besarlo, por estar en sus brazos.

-Te lo agradezco -expresa con la mirada perdida.

-Los niños y Tifany no están en casa, se fueron con tu madre y no vendrán hasta mañana, creo que este tema que tu yo tenemos que hablar es muy delicado y no quiero que estén presentes, siéntate por favor -expongo de manera tranquila, no quiero ser la villana en esta historia.

-Amor yo…-dice y lo freno en seco, escucharlo llamarme amor me quema, sus palabras me hacen sentir un maldito nudo en la garganta que me siento ahogada, que siento quedarme sin respiración.

-No por favor, déjame hablar a mí y luego tú dices lo que quieras -le indico seriamente.

Le digo lo que pienso, lo que planee para lograr que se aleje de mí, me siento débil y me acerco al ver que está llorando, limpio sus lágrimas porque mi corazón está en agonía al verlo tan vulnerable, toma mis manos entre las suyas y deja un cálido beso en ellas, un beso que desearía diera en mis labios, porque besarlo es tocar el cielo.

-Yo te juro que te amo, que no sé qué paso, no me acuerdo de nada, solo que tú estabas ahí, perdóname, perdóname mi amor -explica con dolor, sé que es cierto, pero no puedo aceptarte en mi vida nuevamente para que te hagan daño por mi culpa -pienso angustiada.

-Yo… yo también te amo, pero esto me duele mucho, siento que me quema el alma, que me arrancaste el corazón, yo te entregue todo de mí, luche contra el dolor de la supuesta muerte de mi hijo por amor a ti, por amor a Alexa, cada parte de mi grita, de dolor con esto…-expreso sincera y dejando que esta vez hable mi corazón y no mi mente.

Toma mi rostro con sus manos y ambos lloramos observándonos, puedo ver el dolor en su mirada, puedo sentir que está muy mal, que esto lo destruye tanto como a mí, pero si lo acepto lo pondría en riesgo y no puedo ser tan egoísta y permitir que termine muerto por mi culpa

-Eres mi todo, yo sin ti…-dice.

Lo interrumpo y dejo que mi corazón desahogue lo que siente por su traición, le explico mi punto de vista y sin poder más corro a la que era nuestra habitación, porque después de que se valla yo tampoco seré capaz de vivir en ella.

Él grita y mi nombre me llama desesperado, pero no me detengo, en cuanto entra a la habitación tomo fuerzas y …

-Llévatelas, y vete, porque si no lo haces tú, lo hare yo -expongo firme, sé que él no permitirá que me valla de la casa por seguridad, pero no veo otra opción para presionarlo a que se ponga a salvo.

-Perdón, mil veces perdón, hare lo que este a mi alcance para recuperarlos, Juliana, cometí un maldito error, pero mis sentimientos por ti no han cambiado, y no cambiaran jamás, sin ti nada tiene sentido, sin ti mi vida es un infierno, un infierno que me atrapa y me lleva a un abismo constante. Puedo entenderte, porque eso sentí cuando me entere de lo de leonardo, y yo mismo te dije que eso no te lo perdonaría…

Corta sus palabras, al parecer ahora entiende mi dolor, pero él no sabe que mi amor por él es tan grande que ya le perdoné, que ahora lo único que quiero es ponerlo a salvo.

Para no alargar más esta situación tan difícil para ambos decido decir lo último.

-Puedes estar con los niños cuando quieras, pero avísame para no estar presente, no soportaría verte -expreso con sinceridad, porque verlo constantemente me lastimaría más de lo que ya lo estoy.

-Tranquila lo hare, te dije que lucharía por tu perdón y por recuperarte, pero entiendo que esto acabo, porque yo te lo dije cuando te ibas con Leonardo, no te molestare, es verdad, te falle y no tengo excusas, olvida lo que te dije, te dejare en paz, no te atormentare más con mi presencia, pero jamás olvides que te amo, que estoy para ti cuando lo necesites -dice saliendo con sus maletas, mi corazón no aguanta esto, no soy tan fuerte para dejarlo ir de esa manera.

-Alexander, mucha suerte, te deseo lo mejor y me alegra que estés bien, cuídate mucho, esto es un adiós -digo con tanto dolor en mi pecho jamás había experimentado esto que estoy pasando ahora, lo tomo del cuello y lo beso, en ese beso lo entrego todo, le dejo en claro que es el amor de mi vida, que jamás existirá otro hombre para mí que no sea él. Me toma de la cintura con fuerza, ninguno de los dos quiere dar por terminado el beso, porque eso significaría un Adiós, y sé que no estoy lista para eso, la falta de aire hace que nos separemos, nuestras miradas se cruzan y ambos derramamos lágrimas, pero esta vez sé que son de sangre, por el dolor del Adiós.

-Tu siempre serás el amor de mi vida, jamás podré olvidarte JULIANA -señala y se marcha.

Mi corazón grita de dolor, grita que se quede, que no lo deje ir, pero mi mente me prohíbe hacerlo, esta lucha interna es muy grande, porque estoy dejando ir el amor por esa puerta.

Mis piernas sienten desvanecer y termino tirada en el suelo llorando sin consuelo, llorando por el amor que estoy dejando ir, mi vida está a punto de terminar, porque, sin Alexander para mi nada tiene sentido, sin sus besos, sin sus caricias, sin verlo cada mañana al despertar, sin sentir su aliento cerca.

Corrí desesperada, bajo las escaleras a toda prisa, está a punto de salir por la puerta.

-Alexander, amor -grito y él se detiene.

-Me dijiste amor, me llamaste amor -expresa con una sonrisa.

-Mira, yo te amo más que a nada, pero también me duele todo esto, por favor no te vallas, pero dame tiempo, dame tiempo para sanar, no quiero perderte -digo sincera.

El me abraza con fuerza y me levanta por los aires dando vueltas conmigo.

-Como tú quieras amor, pero déjame demostrarte que te amo, que puedes volver a confiar en mí, me ganare tu confianza te lo juro -dice y me abraza nuevamente.

Verlo tan feliz me hace sentir bien, aunque no esté a mi lado como quiero, estará en casa y poder verlo todos los días, podre estar a su lado, aunque no como quisiera, pero también tiene que aprender que sus actos tienen consecuencias, que todo lo que hizo también me lastimo demasiado.

-Mira, te quedaras aquí con nosotros, pero estaremos en habitaciones separadas hasta que esté lista, hasta que sane, te prometo que intentare no volver a recordarte lo ocurrido y quiero que tú también lo hagas, intentemos olvidar, pero hay una condición que es muy importante -digo seria.

-Lo entiendo amor, sé que esto está muy resiente, y hare lo que tú me pidas, dime cual es la condición.

-Que no vuelvas a ver a Selena, ella estuvo aquí y me dijo muchas cosas que me tienen un poco confundida, no quiero que la vuelvas a ver jamás -exijo.

-Claro amor, tenía pensado hacerle el reclamo por venir a molestarte, a decirte cosas que no tiene por qué hablar, pero si tu no quieres que la vea, lo hare como quieras -indica. Pero hay algo que quiero y deseo hacer, al menos como bienvenida -dice y se acerca a besarme, correspondo gustosa al beso, me Moría por que lo hiciera, pero no se lo iba a demostrar, mi pelvis grita por atención, el acaricia mis piernas por debajo del vestido.

Me separo de él antes que termine rendida ante el deseo y sus encantos.

-Dijimos que sanaría primero, dame tiempo -digo y voy a mi habitación, dejándolo con la respiración acelerada por la pasión que nos invadía a ambos, porque me muero por estar en sus brazos, pero tengo que darle una pequeña lección y abstenerme de ser tan fácil, de perdonarlo tan rápido sin darle antes una lección.

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