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Human Doll
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Capítulo

La compañía Coreana Lutz ha creado los más extraordinarios muñecos de compañía. Estos pueden hablar, envejecer, moverse, aprender y desarrollar sentimientos. Cuando por accidente, Austin Payne salva a un Human Doll de convertirse en chatarra, piensa que fue el peor error que jamás ha cometido. Él no tiene tiempo para jugar a ser el niñero de un muñeco, que para colmo está defectuoso, no tiene dinero para vestirle y tampoco tiene las ganas de hacerse cargo de algo que nunca deseó. ¿Pero qué pasa cuando los sentimientos de un muñeco se hacen cada vez más fuertes? ¿Qué pasa cuando un muñeco ciego aprender a amar?

Capítulo 1 Prólogo

La compañía Coreana Lutz ha estado en el negocio de creación de muñecos desde hace más de tres décadas. Tiene tres principales fábricas; en China, Japón, y la primera y más grande en su país de origen, Corea del Sur.

Lo que comenzó siendo una compañía dedicada a los muñecos hechos a mano, con perfectos trazos y detallados, pronto se convirtió en la líder internacional de exportador de muñecos; pero eso no es todo, con los recientes avances en la ciencia y experimentación, un científico japonés ha hecho posible que estos muñecos evolucionen a los perfectos y deseados Human Doll. Los Human-D son muñecos con la capacidad de hablar, interactuar en tiempo real, moverse como cualquier otra persona, e incluso aprender de su dueño cosas nuevas.

La absorción de información, degeneración de células que los hacen capaces de envejecer y la habilidad de desarrollar sentimientos los vuelven únicos y especiales. Piel artificial, conductos artificiales también, eso y mucho más los convierten en muñecos robots humanoides.

Luego de tres años con excelentes resultados, la empresa ha lanzado un sin fin de modelos diferentes de Human-D para compañía humana, todos con la apariencia de adultos jóvenes, esto con la finalidad de evitar que matrimonios consideren la adopción de pequeños Human Doll y descarten la posibilidad de adoptar una vida humana 100 % real, así como evitar la pedofilia.

Cada Human Doll se activa con un código único, en este caso un nombre exclusivo para cada Human-D dicho de las palabras de su dueño una vez hecha la compra. Ese muñeco permanecerá con su amo hasta su muerte, porque al igual que los humanos, los Doll se apagan también después de cumplir un ciclo de vida.

Dadas las características de estos muñecos de compañía, el precio es considerablemente alto. El modelo actual y mejorado Human-D oscila entre el millón a 2.5 millones de dólares, por lo cual hasta el momento solo es un privilegio de la clase alta. El año apenas comienza, ¿qué sorpresa nos tendrá la compañía Lutz en esta temporada?...

El hombre dobló el periódico con la nota que había estado leyendo y se sirvió una taza de café sin azúcar. Llevaba ocho tazas ese día, y todavía le faltaba por concluir algunas cosas. Apenas eran las cinco de la tarde, bien podría tomarse tres o cuatro más hasta terminar de empacar todo.

Llevaba trabajando por más de veinte años en Lutz y esa misma mañana había dado su renuncia. No estaba de acuerdo con los planes de la compañía, y como supuso que sería echado al oponerse a su proyecto de robótica avanzada, consideró al instante guardar toda su investigación y continuar por su cuenta.

Mudarse a Chicago sería lo más adecuado, desaparecer y descansar lo más lejos posible era lo más sensato de su parte. Ya tenía todo listo, solo necesitaba asegurarse de algo. Tomó su celular y marcó el número que ya conocía de memoria.

—¿Hiciste lo que te pedí? —El sudor en su frente resbaló. La silueta que avanzaba contra el vidrio traslúcido de la habitación lo hizo ponerse nervioso—. Bien, no olvides entregársela.

Colgó.

Un hombre de traje negro, rasgos orientales, de no más de treinta y cinco años, y con el semblante de "no acabes con mi paciencia" irrumpió en su laboratorio.

—¿Lo ha considerado, doctor?

—Sí, y no cambiaré de opinión. No voy a participar en sus planes, no pueden reemplazar con muñecos la vida humana.

—El mundo se encuentra en sobrepoblación. Los gobiernos han considerado su invención como lo más viable. Una vez que la baja de vidas humanas comience, seremos ricos. ¿Por qué negarles esta oportunidad? Nuestros muñecos pueden reemplazar la vida humana con total facilidad.

—Un muñeco jamás será como los humanos —defendió el doctor sin bajar la mirada.

—Pero su joven Human Doll, sí. ¿Dónde está su querido muñeco, doctor?

—Jamás podrás encontrarlo —podía ver su miedo, pese a aquellas palabras cargadas de valentía. Su paciencia se agotó.

—No esté tan seguro. —Se dio la vuelta—. Mátalo y busquen a ese muñeco.

El hombre a su lado apuntó con la pistola, apretó el gatillo y en un sonido casi imperceptible vio desplomarse al hombre con bata blanca. La sangre manchó el piso del laboratorio, el creador de los Human-D acababa de ser asesinado mientras una de sus creaciones atravesaba el inmenso océano.

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