"No le hagas daño a papá, suéltalo..... !!!!!! Eres mala, muy mala....!!!"
" Cállate mocosa... Cuando termine con ellos, será tu turno..."
" Abuelo, salva a mami y a papi..., Dile que no los lastime... No quiero ver, no quiero...."
"No quiero, quiero ir a casa.... Duele, no quiero que duela..."
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Antes de la tragedia.
Una mañana agradable, en una hermosa villa en la ciudad esmeralda Seattle E.U, una familia de tres desayunaba alegremente, mientras charlaban y reían.
El hombre era de piel blanca, alto, con el pelo negro como la noche, un rostro apuesto, una sonrisa encantadora, un carácter muy bueno, amable, humilde y amoroso con su familia, poseedor de unos ojo peculiares, tan bellos que podrían ipnotizar a cualquiera, aunado a que este par de ojos traía consigo un defecto heredado de nacimiento que lo hacía aún más misterioso y encantador.
La mujer, no solo era un encanto, era muy hermosa, tanto que despertaba la envidia en muchos corazones, tez blanca, una sonrisa cálida, alta, con un cuerpo perfecto, el pelo largo y ondulado, tan oscuro como la noche misma, sus ojos eran azul agua marina, muchos decían que podrías perderte en ellos, eran la pareja perfecta.
Y la pequeña, no era menos, heredó los genes de sus padre y sus rasgos únicos, belleza, encanto, carácter, modales, y aquellos misteriosos ojos, que su padre le heredó, aunado a una inteligencia sin presidentes. Nació como una niña genio pero lo ocultaba bien, para no ser vista como una rareza y solo como cualquier otro niño disfrutando de una infancia ingenua.
Mientras charlaban la pequeña de la familia pregunta; "¿Papá, podemos ir a pasear al lago de la ciudad?, vamos a pescar, y mamá puede cocinar, podemos...? Por favor".
A lo que el padre de la niña respondió: "Hey! Mi pequeña, por supuesto, eso si mami está de acuerdo".
La pequeña, al escuchar a su padre, se apresuro a preguntarle a su madre y dijo; "mami que dices, verdad que podemos...?" la pequeña suplicaba con una sonrisa en su rostro.
A lo que la madre responde; " Solo si has hecho tus deberes, no veo ningún problema".
La pequeña de apresuro a responder; "ya está hecho, los termine ayer, ¿Acaso olvidas que
soy muy inteligente?, Jajajajajajaja después de todo soy tu hija".
La madre al ver a su hija se enternecio, miro a su esposo y ambos sabían que no podía negarle nada a su preciosa hija, ambos padres la amaban con todo su corazón y lo único que deseaban era que su hija pudiera crecer feliz y tener una vida sin ningún daño y una infancia como cualquier niño.
Pero sabían muy bien que eso no podría ser, por ello querían darle a su amada hija lo mejor que podían en el poco tiempo que tenían juntos, sin saber que ese día sería el último como familia.
Lo que más les dolía y lamentaban era el hecho de no ver crecer a su preciosa hija y a su bebé no nacido quién no vería la luz nunca ni disfrutaría de las cosas buenas de la vida, pero tendría que conocer la maldad sin haber vivido...
Mientras viajaban al lago de la ciudad, la mujer cuyo nombre era Aitana Ángeles Clark dibujaba algunos bocetos de sus nuevos diseños de ropa para la temporada de invierno, pronto lanzaría su nueva colección en la semana de la moda en Milán y quería dejar todo listo antes de partir., ella era diseñadora de moda, conocida como la Reyna de la moda, sus diseños eran exquisitos, tenían tanta demanda que se agotaban tan rápido como eran lanzados a la venta, con una fama y fortuna que pocos tendrían siendo tan jóvenes, cuando tenía 15 años se interno en el mundo de la moda y desde entonces hasta la actualidad su fama solo siguió en aumento.
El hombre que conducía era el esposo de aitana llamado Edward Scarlet Prince, un hombre muy inteligente, llevo al Golden Group a nuevas altura desde que se hizo cargo de la empresa.