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Despejar incognito al cuadrado

Despejar incognito al cuadrado

Vehyung_Dark

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Capítulo

Elián después de fracasar en su último intento de impresionar a su padre con sus estudios para hacerlo cambiar de opinión sobre los matrimonios forzados, decide cambiar su estrategia y utilizar esa inteligencia a su favor. Por lo cual, con el pretexto de un estudio para su segunda tesis y con su padre lejos para opinar sobre el tema de investigación, Elián intercepta a "Argus Borge", un chico campesino iluso el cual con engaños y manipulaciones tratara de seducir para utilizar a su favor a lo que conoce desde su perspectiva como… esa terquedad que le da a las personas cuando se enamoran.

Capítulo 1 Capitulo 1 Inceptado

— ¿Y qué piensas?

Sin duda que la época que más les sentaba bien a los alumnos era cuando dejaban un poco de lado los libros en sus horas libres.

Era una escuela amplia con maestros relajados, así que no vendría tanto al caso que estos reprendieran a los alumnos por tomarse un pequeño descanso por ahí en sus horas libres… o algo parecido a eso.

— ¿Qué es lo que pienso sobre qué? -Respondió el chico castaño después de un leve suspiro al apagar la pantalla de su celular-

Al parecer la hora libre era lo bastante buena como para tontear en la clase de educación física de su amigo Asher.

O al menos eso trataba de pensar Argus. Después de todo su estancia en la institución no le estaba sentando del todo bien. Comenzaba a extrañar mucho los brazos y consejos de su madre los cuales perdió después de que meses atrás convenciera a sus padres de cambiarlo a una escuela con mejores recursos en la ciudad junto a sus amigos.

Que mejor excusa que esa para no hablarles de la chica que intento perseguir para llevar un mejor noviazgo y que a los pocos meses esta lo abandono.

— ¿Qué piensas de las chicas haciendo ejercicio? Estoy envidioso de su excelente condición física, incluso después de sus rutinas tienen aliento para terminar contigo -Dijo con una gran sonrisa para después soltar una gran carcajada en la cara del castaño-

—Agh… otra vez con lo mismo -Respondió molesto tras fruncir el ceño y chasquear su lengua-

Claro que cuando sus amigos se enteraron de la noticia lo confortaron, sin embargo, al ser un tema tan viejo, poco a poco este comenzó a ser material cómico para ellos.

— … Solo fue una pequeña broma. Ya supérala y busca a alguien más

— Como si eso fuera tan fácil -Contesto al ponerse de pie y salir del lugar con unas grandes zancadas-

No eran aun los mejores días para un Argus soltero, y no era que sus amigos tuvieran la culpa por hacer chistes sobre ello, el tema a tratar era él mismo, ya que en sus planes nunca estuvo terminar ese noviazgo.

Estaba encaprichado con el tema aun cuando la chica fue cruel durante todo el tiempo juntos.

¿En qué estoy pensando? -Se pregunto a sí mismo aun molesto. Cerro sus ojos y tomo un pequeño respiro tras azotar fuertemente la puerta detrás suyo.

Era claro que todos conocían al respecto del por qué no dejaba de mirar su celular o sus salidas nerviosas de los lugares donde estuviera su ex novia con su nueva pareja.

Sí… para él era una costumbre hacer ese tipo de acciones repentinas en las que solo desaparecía, por lo tanto, no es que prestara mucha atención a su alrededor. La escuela era muy grande de todas formas para encontrar aglomeraciones de personas que no fueran otro lugar más que la cafetería.

El único inconveniente ahora era que el timbre que marca el fin de su hora libre sonaría muy pronto, así que por obvias razones con el tema de sus “no tan buenas calificaciones” tenía que estar por lo menos presente en clase.

Las opciones eran simples y no muy complicadas, podría esperar el timbre en su asiento o en alguna de las bancas esparcidas por todo el campus.

¿Eso en verdad era lo correcto? -Se pregunto a sí mismo. Cerro sus ojos nuevamente y levemente suspiro.

¿Qué era lo que de verdad lo mantenía en ese lugar?

Sus amigos eran fantásticos, sus noches ahora eran muy divertidas desde que su ex novia había decidido no estar más con él, incluso su dinero por primera vez estaba siendo empleado para comida y pasajes… pero aun y con todo eso existía un vacío que lo hacía sentir insatisfecho consigo mismo, era como si sus piernas fueran atadas y su orgullo lo limitara a mirar solo la pantalla de su celular. ¿No era mejor solo darse un tiempo fuera de esa atmosfera? Incluso si eso significara decepcionar a sus padres.

Aun cuando lo haya pensado demasiado, incluso en las excusas para sus padres, no podía permitírselo. Argus era... ¿cómo decirlo?

Un cobarde.

Argus miro hacia adelante aun con la mirada perdida. Su vista divago por algunos segundos entre el extenso pasillo color hueso, miro con detenimiento las pinturas colgadas en la pared y su vista bajo lentamente hasta un contenedor de basura que estaba hasta el tope.

Exactamente una pequeña bola de papel que había caído de este.

No es que el chico estuviera interesado en la limpieza del lugar, sin embargo, algo en su subconsciente lo guío hasta ahí y lo hizo inclinarse para tomar la pequeña pelota para después ponerla dentro de lo que se suponía que era su lugar indicado.

Pero al momento en que volvió a erguir su cuerpo, una segunda cayó al suelo.

— ¿Ah? -Exclamo confundido y alzo nuevamente su rostro-

La pelota de papel de recién había sido lanzada por alguien, no había resbalado de la cima del contenedor.

¿Ahora estaba interesado o solo molesto?

— ¿Quién está ahí? -Susurro a regañadientes al mismo tiempo en que empujo la puerta-

Misma que cedió golpeando a su paso una pequeña y robusta espalda a su paso haciendo que la persona tuviera un pequeño sobresalto al contacto.

— Así que tú eres el de las hojas de papel -Balbuceo por segunda vez para sí mismo y empuño la hoja entre sus manos-

Podría haber jurado que podría reprender a la persona dentro con alguna broma tonta, después de todo Argus era casi amigo/conocido de todos en la escuela. Pero esta vez le fue imposible recordar a alguien con esa complexión o vestimenta entre sus recuerdos.

Parecía ser un chico con un pequeño cuerpo regordete con extraña apariencia de un suéter con algunas tallas arriba que la suya, su postura incluso era mala en el lugar donde se encontraba sentado con un lápiz y borrador en mano. Al parecer escribía algo en una bitácora.

— ¿Buscas algo en particular? -Pregunto nerviosamente con la mirada baja y estiro pausadamente su brazo- Perdón por tener que molestarte

— A-ah no...solo...-Tartamudeo y paso su mano torpemente detrás de su cabello- En verdad no tenía planeado que tu escucharas eso...-Dijo por último antes de soltar una pequeña risa incómoda-

¿Qué más podía decir?

La atmósfera ahora era incómoda.

El extraño después de tomar la pelota de papel no aparto nunca su vista curiosa del moreno antes de que este pudiera darse la vuelta y escapar del aula, que como punto a resaltar estaba vacía y llena de polvo.

Era de una de esas aulas viejas fuera de uso y bajo llave que toda escuela tenía.

Pero si estaba bajo llave, ¿qué hacía ese chico de lentes gigantes dentro? ¿A caso debería de informarle a la escuela que había un extraño husmeando en las instalaciones?

— Disculpa…

Incluso su voz parecía un tanto extraña si ponías un poco más de atención.

¿A caso era un chico extranjero? No parecía que el idioma en el que hablaba fuera su lengua materna.

Tal vez debería ser amable y comprensivo -Pensó Argus un poco confuso al girar su vista hacía el chico y atender su llamado.

— ¿Podría medir tu cráneo?

— ¿Perdón?

La petición fue muy clara, pero ese no era el problema en cuestión para el castaño.

— ¿Puedo utilizar tu cráneo como modelo?... -Continuo con su petición extraña. Tornándose más sería cuando de su bolsillo saco una cinta de medir- Solo será un momento

Argus estaba perplejo, confundido y sobre todo… muy incómodo.

Jamás pudo haberse imaginado que un día despertaría y se arreglaría para que un loco estudiante extranjero pidiera medir su cráneo.

— ¿Y-Yo? ¿Por qué me lo pides a mí? Yo… Esto es tan extraño -Tamboreo con las yemas de sus manos bailarinas sobre sus delgados muslos-

— ¿Ves a alguien más por aquí? Si no necesitara de alguien más no estaría pidiéndotelo -Estiro con fuerza la cinta- El mío es muy pequeño para utilizarlo como modelo. Solo tomara algunos segundos -Continúo insistiendo mientras se acercaba lentamente al delgado hombre frente a él, mismo que variaba entre un loco o un estudiante de intercambio al escribir una pequeña descripción del sujeto en la información en su cerebro- ¿Puedo?

— Claro… ¿por qué no? -Sonrió amigablemente inquieto-

Lo único que podía hacer ahora era confiar en los cielos y esperar a que la persona cumpliera lo que decía o que por lo menos acabara con su vida lo más rápido posible.

¿A caso lo pondrían de titular en algún periódico o programa de noticias?

Su asesino sería una persona de la cual con su estatura y fuerza podría noquear incluso con su brazo izquierdo. Tal vez solo llegaba a los 5 pies de alturas y un poco más con mucho trabajo.

Pero incluso viéndolo de esa forma, las posibilidades de morir a manos tan pequeñas no eran nulas.

Y claro, mientras Argus lloriqueaba en su mente una cosa completamente diferente pasaba desde la perspectiva del rubio, quien lo observaba aun con detenimiento desde su pequeña estatura.

Aun no hacía ningún movimiento, quería medir el cráneo de Argus, pero era obvio que su estatura no se lo permitía.

— ¿Ya? -Dijo aun con los ojos cerrados-

Era obvio que entre sus preocupaciones no estaba contemplado el hecho de que esa persona tan pequeña que ahora le daba vueltas en la cabeza con el titulo de asesino serial no alcanzaba a cumplir lo que pidió con tan poca altura.

— SI. Quiero decir ¡no! Espera un segundo

El extraño tenía que pensar rápido si no quería perder su oportunidad al momento en que Argus tuviera que salir corriendo hacia su salón al escuchar el timbre de entrada.

Así que como ultimo recurso obvio tomo la silla donde anteriormente estaba sentado. Algo tan fácil y practico que segundos después sus manos estaban haciendo su trabajo.

Algo que para Argus fue una eternidad y algo doloroso como para tratarse solo de una medición, sin embargo, se lo atribuyo todo a su nerviosismo.

— Listo

Fue la palabra que exclamo al bajarse de la silla, y solo de esa forma Argus se permitió a si mismo regresar la paz a su cuerpo. Ahora no podía creer que se había comportado como un completo tonto con ese chico que desde el principio no quería hacerle daño.

Argus abrió lentamente un ojo y después ambos, exhalo con profundidad y relajo su vista dejándola caer sobre la libreta del pequeño chico que apuntaba con agilidad en un idioma ajeno al suyo. Era un tema raro y un poco confuso, pero no estaba en peligro de muerte.

¿Qué es lo que estará escribiendo? ¿Esto es lo que le dejan como tarea a los alumnos de nuevo ingreso? -Decía entre si mientras husmeaba entre los apuntes de “Elián”. Si su ingles no le fallaba, la parte superior de su hoja tenía su nombre grabado.

Y bueno, de esa forma es como su mente comenzó a divagar.

Tal vez por la atmosfera callada o lo cansado que se sentía de un momento para otro, su mente intentaba ponerse activa observando aun los movimientos de Elián sobre su bitácora, llevándolo así a pensar que era un desperdicio usar una bitácora tan bonita para tontos apuntes escolares.

De repente las cosas a su alrededor comenzaban a moverse de un lado hacia otro obligándolo de esta forma a sentarse. Si lo pensaba mejor tal vez era su culpa por haberse saltado nuevamente la hora de comida y reemplazar su desayuno a la pasta dental que comió accidentalmente al lavarse los dientes esta mañana.

Al fin y al cabo, siempre pensó que eso de sentirse deprimido no era lo suyo.

Después de todo su sistema decidido cobrarle factura en el lugar menos indicado para intentar desmayarse. Un aula vieja que nadie visitaba junto a un completo extraño que acababa de medirle el cráneo.

— ¿Cuántos años tienes? -Se escucho a lo lejos al mismo tiempo que sus ojos luchaban por que no se cerraran-

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