El Castigo del CEO
es, sin percartarse que alguien se le había acercado por detrás y la observaba en silencio, c
_ dijo el hombre en las penumbras, tenia
er sus profundos ojos verdes que brillaban como esmeralda, Hanah se dió cuenta que se trataba de Ares Prokopis, su príncipe encantador de niña, su héroe de la adolescencia, y su amor imposi
una hermosa chica rubia, lo que era habitual en él, no reparó en ella como siempre, y asi como había llegado, se había ido, ella p
rnaba su oreja lo que le daba un aire misterioso y peligroso lo que ha ella le atraía aún más, su estatura intimidaría a cualquiera pero a Hanah le atraía m
Afrodita _ dijo co
ón perfecto, apenas llevaba treinta minutos en el baile, y ya la estaba atendie
ía, el rozó sus dedos con los suyos provocando que e
solo por esa noche, no iba a despreciar la amabilidad de su caballero andante, se
dijo la jo
ándose sobre ella para poderle hablar al oído,
donde podamos hablar sin tener que
amente y le rodeó con sus fuertes manos la pequeña cintura, Hanah sabia que debía apartarse, pero su cuerpo no respondía, era como si otra persona se hubiera adueñado de el, de sus emociones y de sus pensamientos. Ares comenzó a darle besos ardientes desde el lóbulo de su oreja derecha hasta la línea de su escote, lo que la hizo arder de inmediato, cuando sus labios se apoderaron de su boca la chica se vio perdida en un torbellino de emociones, comenzó a besarla frenéticamente diciéndoles palabras que ella no alcanzaba a comprender, su mano le alcanzó el cierre de su corsé dejándole el pecho desnudo, el corazón de la chica comenzó a latir desbocadamente. Cuando él abandonó sus labios y comenzó a besar uno de sus senos se dio cuenta que no había marcha atrás, él le haría el amor y ella lo dejaría porque lo deseaba con locura. Hanah había deseado ese momento por años y ahora se esta
jo él sorprendido pero
istirse a su arrebato de pasión, y empezó a embestirla nuevamente
rgen¡_ ex
Hanah y ella al parecer no quería que él se detuviera, asi qué el joven continuo embestida tras embestida hasta que la oyó gemir alcanzando su clímax, siguiendola él casi inmediatamente. La cab
ah se había ido con Are
?_ dijo el señor Marshal
sentía como un adolescente al que acab
onfundido_ Esta mujer me fue a buscar y me dijo qu
é?_ dijo Are