Él la salvó, yo perdí a nuestro hijo
vista d
s a
a y cinco días siendo
vestido verde esmeralda. Era sin espalda, peligroso y deliberadamente diseñado p
a -dijo Bárbara
única persona en esta ciudad que sabía la verdad sobre "Diseños Fénix", la empresa fantasma q
piz labial rojo oscuro que parecía sangre seca-.
las cuentas en el extranjero listas. El pasaporte está en
cida en el espejo-. Y porque si me voy antes de tener la ventaja para evitar qu
ra muy cara y bien portada, colocada en un ri
a voz de Damián crepitó
ara y descendí a l
se movían con la discreción silenciosa de los asesinos. Teníamos el balcón privado con vistas al
quin. Sirvió el vino él mismo, una c
levantando su copa-
stabilidad. El o
cristal tintineando con
do la mano en el bolsillo de su s
que quería un compás de dibujo antiguo específico que había visto en una subasta. Algo que re
brirla, su teléfono se
ria
ente. Yo lo miré
e. Fue una orden,
u mano flotando sobre el dispositiv
Es una mujer adulta. Tiene seguridad. Tie
ono dejó
oroso. Volvió a tomar
sombra cayó
mío, no sabía
lada. Levan
hospital. Llevaba un vestido plateado que parecía merc
illando bajo las luces amb
rza. Un halcón incr
miliar. Se suponía que debía ser entregado a la es
nía que
e inmediato. -Adria
erpretando a la víctima a la perfección-. El silencio en mi departam
. -Oh, Catalina. Lo siento
-d
có la silla vacía a su lado-. Siéntate. No de
la mano de él s
terciopelo en la
-dijo Adriana, sonriendo dulcemente
Adriana. Ella parecía frágil, su l
a la fuerte. La que no necesitaba ser
tensa-, me... me di cuenta de que
ó hacia
a de infierno, Adri.
ó la
pesados, impecables, en forma de lágrima. Hacían juego
sonido apenas escap
o. Le estaba entregando la caja a
h, Damián. No deb
tocó la mejilla, rec
o mi armadura esmeralda
ía reutilizado mi aniversario
idosamente contra el suelo, r
eguntó Damián, fin
or de dam
Fui al bar, pedí un vodka
tos. Re-regaló mi
ión Tot
resiva se est