La Rata en las Sombras: Su Caída
vista de
ste con la escena caótica que había dejado atrás. Me senté en el sofá de la sala, la única luz provení
encio. Entró, suspirando pesadamente mientras cerraba la puerta. No me v
rodeó la cintura con sus brazos. Su barbilla descansaba en mi hombro,
asi vacilante-. Sobre lo de hoy... -H
plana, cortando su intento de reconciliac
apretaron a mi alrededor, a
rido. Isabela estaba angustiada. -Intentó descartarlo, minimizarlo, como siempre hacía-.
di la
da, Braulio. Sabes e
su agarre afloján
emos desde la prepa. No hay nada más. -Intentó calmarme, su mano ac
bios estaban fríos. No sentí nada. Él pareció d
tono de doctor-. El cuidado post-procedimiento es prim
bía hecho. Ni siquiera lo sabía. No había preguntado.
persona más importante del mundo. Una vez me dijo, bajo el suave resplandor de una farola después de un turno nocturno, que admiraba mi ded
ra. Clementina Bennett, oncóloga pediátrica. El Dr. Braulio Bennett
lencio. Observé su ancha espalda, la forma en que sus hombros se mo
ruidos de la cocina-. No voy a ace
su cuchil
portunidad enorme. -Se dio l
qué, la mentira sabiendo amarga en mi lengua-. Y con nosot
hombros, reanu
te. ¿Quizás algo administrativo? O simplemente tomarte un descanso
en su rostro, pero sus ojos estab
e-. Nuestra familia estará bien. -Se volvió hacia la estufa, el aceite c
e mi estómago, donde una vez estuvieron las ma
una vez mi suegra, sus ojos recorriendo mis títulos de me
vitablemente me rompiera el corazón de nuevo? Me convertiría en solo otro de sus accesorios, otra esposa trofeo en
más profundo, unas arenas movedizas que me tragarían entera. La idea d
familia era una fachada cuidadosamente construida, hermosa para el mundo exteri