Corran por sus vidas

Mi nombre es Lhea Warren, tengo 23 años y soy la chica más común que puede haber en el mundo, o en lo que queda de él. Mi vida iba como siempre, rutinaria y aburrida. Las cosas que pasaban por mi cabeza eran las de toda mujer corriente: Terminar la universidad, la graduación, tener citas con el chico que me gustaba, mantener mi vida social, mi futuro… Jodido futuro el que me tocó pasar. Si hace tres meses me preguntaban sobre un Apocalipsis zombie, yo me les hubiera reído en la cara. Pregúntamelo ahora, mientras atravieso con mi cuchillo la cara de un maldito y putrefacto espécimen. Subsistir, perdurar, resistir, matar, correr, permanecer. Estas son mis reglas básicas, mi mantra diario, el que por ahora me está funcionando malditamente bien. Subsistir con lo que encuentre para perdurar, Resistir a toda la mierda, matar a quien se cruce por mi camino, correr como la última vez , para tratar a como dé lugar, de permanecer viva al final del día. Muchas cosas cambiaron, Todo el mundo está cambiando, solo los que se acostumbran al cambio sobreviven. En este mundo ya no existe la familia, los amigos, todos ellos están convertidos en esas cosas o muertos. La jerarquía, el gobierno, las instituciones, Todas se fueron al demonio una vez que todo comenzó. Los sentimientos y emociones como el amor, desaparecieron por completo, cuando lo más importante es sobrevivir. Lo único que permanece en cada persona es el instinto de supervivencia, solo el más apto sigue viviendo. Y si me piden un consejo, les daré uno solo, uno que siempre deben utilizar… “Corran, corran por sus vidas”