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Capítulo

« Todo tiene un precio en esta vida, hasta la libertad» ---------------------------------------- Dos destinos unidos por “CASUALIDAD” y una creencia ridícula que los ha marcado. “Mientras más fuerte sea la persona, más fuerte será su lobo, si es débil, el lobo será igual de débil.” Un villano inimaginable que no se ha rendido. El momento de luchar ha llegado junto al desenredo de los hilos del destino.

Capítulo 1 Cap. Uno

El día era nublado parecía que iba a llover y sin embargó asi las clases no se habían suspendido, Idally se había despertado desde la 4:00 de la mañana, algo en ella no estaba bien y lo sabía perfectamente.

Su madre asustada se levantó al oírla vomitar—¿Estas bien?—le cuestiono observándola con preocupación, ya no era normal el hecho de que todos los días le pasara lo mismo desde hace unas cuantas semanas, Su hija solo se limitó a decir—Estoy bien, no hay de qué preocuparse, vuelve a dormir madre—susurro en murmullo, la madre no muy convencida, le hizo caso a su hija por el cansancio que tenía.

La joven se levantó y llego a su habitación como pudo, se recostó con cuidado preguntándose—¿Por qué a mí?—mientras las lágrimas bajaban por sus mejillas, ella lo sabía, no era normal lo que le ocurría, posiblemente estaba enferma y ni siquiera estaba enterada.

Los minutos parecían segundos y la hora parecía un mísero minuto, ella quería, no, deseaba que llegara la hora para irse al colegio, porque para ella era el único lugar donde "no importaba si estaba bien o mal" porque estando ahí podía olvidarse de todos sus problemas pero aun así lo odiaba a la vez.

Sin darse cuenta el tiempo comenzó a volar más rápido, ella se había perdido tanto en su mundo de "oscuridad" que el tiempo se fue más rápido de lo normal, cuando se percató de la hora solamente cogió su mochila y camino a prisa hasta su destino.

...

Luego de unos minutos ya había llegado al colegio, los profesores parecían ocupados seleccionando a los grupos "Fuertes" y "Débiles."

—Futuro Alfa, Iker pase al grupo "A" —ordeno el profesor, el grupo "A" correspondía a los fuertes y el "B" a los débiles.

—Uriel grupo B

—Keith grupo A

—Karim grupo A

—Paola grupo B

—Sara grupo A —y así siguieron hasta que la nombraron a ella—Idally pase al grupo "B"

Sin decir una sola palabra para quejarse simplemente se acomodó en el grupo indicado, se mantuvo callada en espera de que todo acabará.

—¿Cómo es posible que me hayan mandado al grupo "B" ? Si yo soy más fuerte que ella—comento Paola señalando con el dedo a la chica que ni siquiera le prestaba atención, está era compañera de Idally, a quien no le había agradado haber quedado en aquel grupo, el profesor al escucharla renegar la mando a callar.

—Así será su grupo—dijo con voz fuerte y clara—Espero que se lleven muy bien.

Los alumnos entraron resignados al grupo que les habían dado, Idally no estaba molesta, tampoco era como si le importara lo acordado, su compañero Uriel se acercó a ella—¿Estas satisfecha en este grupo?—le pregunto de la nada

Idally estaba sorprendida, normalmente nadie la nota, pero él, la había notado—Aunque no lo estés, no puedes hacer nada, lo que ellos digan se hará—soltó con voz desinteresada mientras se encogía de hombros.

El profesor los guiaba a su aula, muchos no estaban contentos, ya que ellos no tendrían apoyo de nadie cuando se transformarán, sus familias no podrían estar presentes porque según los demás " no eran dignos de tal dicha", pero tal cosa no parecía importarle a Idally, era como si realmente no quisiera ver vista jamás.

Quizás no quería ser vista, no quería dejar de ser invisible para la mayoría porque tenía miedo a avanzar, temor de que cuando lo hiciera todos se fueran, por eso ella prefería no tener a nadie consigo misma.

Las clases dieron inició, ella eligió el asiento final de la tercera fila, daba igual, no quería que la mirarán, no quería atención, ya no quería eso, no era como antes, su compañero Uriel se sentó justamente a lado de ella, él parecía interesarse en el misterio que la rodeaba.

—Queridos alumnos esperó que se resignen en esta asignación porque no habrá cambios, tampoco hubo errores para los que creyeron que era una equivocación que estuvieran aquí—su voz clara transmitía de cierto modo tristeza, pero a la vez tranquilidad—Sean bienvenidos a este grupo, vamos a llevarnos bien.

Las clases no había sido nada de otro mundo, todo era sencillo, las pláticas y los perjuicios ya eran más que normales, pero Idally no estaba muy acostumbrada a oírlos con sus críticas y habladurías.

Mientras caminaba hacia la cafetería los escuchó, podía oír a todas aquellas voces que tanto odiaba, aquellas críticas que le atemorizaba—Es débil, pobre de quien sea su mate, seguro la tendrá que cuidar demasiado—dijo aquella voz chillona que más detestaba, intento ignorar el comentario, pero aun asi un nudo se le formo en la garganta dejándole un profundo dolor, conforme caminaba los murmullos se hacían muchos más y cada vez menos lo aguantaba, al final se rindió y arrancó a correr como siempre lo hacía.

Salió disparada hacía al baño, se encerró, se recargo en la pared y se dejó resbalar lentamente, sin siquiera querer llorar, las lágrimas ya habían comenzado a bajar por sus mejillas—No soy débil—murmuro en un susurro mientras secaba sus lágrimas e intentaba sonreír—Son unos idiotas, pero un día tendrán que callar—dijo mientras se levantaba y respiraba lentamente calmando sus ganas de llorar.

Al salir del baño caminó tranquilamente, intentando no tropezar con nadie pero el destinó se la jugo y la hizo tropezar con un chico, al caer ambos al piso, la joven no quería ni siquiera levantar la mirada para observar con quien había chocado, el temor de que aquel le gritara o juzgará como los demás se estaba apoderando de ella.

Eso no paso, al contrario, el chico se levantó y la mano de él se extendió frente a ella, quien por instinto miro arriba y se topó con la mirada de Iker, el futuro alfa de la manada, este le sonrió de manera amable mientras la ayudaba a pararse nuevamente, su mirada no reflejaba algo en concreto, al contrario reflejaba de todo entonces pudo por primera vez ver de cerca unos ojos tan llenos de vida a comparación con los de ella, los ojos de él tenían un brillo especial que la hacía no querer apartar la mirada de ellos, aun cuando le costó mucho aparto su mirada de lejos de la suya.

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