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Slave Game (LIBRO I)

Slave Game (LIBRO I)

Tamy Machado

5.0
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Vistas
60
Capítulo

Kai Metzler es un magnate empresario, con una posición muy importante en el mundo tecnológico, el tipo es un pionero de la tecnología, además es un visionario y por si fuera poco es altruista, ante la sociedad y el mundo entero este señor no tiene defectos y hace todo súper bien, pero su "mundo de perfección" se tambalea cuando conoce a una periodista que tiene asignada la ardua labor de llevar la presentación de su último y más importante lanzamiento. Esta chica obsesionada con la verdad, la justicia y dar una noticia veras y certera se enfocará no solo en el lanzamiento sino en la vida personal del magnate, que para todo el mundo es un completo misterio. La periodista se enfocará en conseguir el secreto que el empresario más importante del presente siglo tiene muy bien guardado. Esto los llevara a una intensa relación donde el, sexo, las mascaradas, los contratos amo-sumiso y un sin fin de prácticas sexuales los arrastrara a ambos hasta el borde del abismo, donde no sabrán quien juega con quien, porque cuando se juega algo tan peligroso como el corazón lo único que pueden hacer es volverse esclavos de los sentimientos...

Capítulo 1 Mascarada

Kai Metzler.

Mascaras

Es todo cuanto observo a mi alrededor, hombres y mujeres ataviados con elegantes trajes de gala, unos más elegantes que otros, vestidos sexys que dejan a la vista mucha más piel de la que deberían mostrar y sus rostros enmascarados que ocultan la identidad de los presentes, que tanto nos preocupamos por esconder, la música de fondo sugestiva, envuelve mis sentidos obligándome a que caiga en la tentación, al placentero pecado que se exhibe alrededor y me invita con sutileza.

Una mujer con una hermosa y ornamentada mascara plateada pasa junto a mí, un par de ojos verdes me observan con picardía mientras su mano se desliza sobre mis hombros, recorriendo toda la anchura de los mismos con sus largos y delicados dedos, sonríe ampliamente al terminar el recorrido por ellos y continúa su andar, no sin antes dejarme un guiño, una clara invitación a que le intereso, mis ojos se desvían a su espalda donde un amplio y largo escote deja mucho a la imaginación.

Sonrió, sintiéndome como un pez dentro del agua, me giro para ir a la barra, una vez barro el resto del salón principal que se encuentra a reventar, esta noche hay muchos invitados, al posar los ojos en la barra mi mejor amigo espera junto a su cita de turno. Ambos lucen como personajes de un cuento, mi colega elegantemente vestido con una máscara que cubre la mitad de su rostro, es negra y blanca con detalles en plata, la rubia que lo acompaña esta noche, lleva un hermoso y sexy vestido de seda color verde que deja al descubierto parte de su abdomen y la curva de sus prominentes pechos, a diferencia de mi mejor amigo, la rubia lleva una máscara plateada con detalles en negro, muy similar a la que el usa por ser su invitada.

– una gran noche ¿no te parece? – comenta mirando a su alrededor, mientras la rubia deja besos en la comisura de sus labios con sensualidad.

– Totalmente – digo haciéndole señas al barman que se acerca a mi e inclina su cabeza como un saludo – un whiskey doble por favor – me giro para contemplar a la hermosa mujer que lo acompaña hoy y perderme en el tono canela de su espalda expuesta – lindo vestido – le aseguro paseando mi mirada por su cuerpo.

Ambos ríen pero es ella quien responde coqueta

– gracias, linda mascara – responde divertida, guiñándome uno de sus preciosos ojos mieles.

Muy pocos somos los que nos conocemos aquí dentro, las máscaras son precisamente para mantener el anonimato de los invitados y los clientes que frecuentamos este local, mi socio y mejor amigo ha llegado junto a mí y su acompañante por lo que ha sido fácil reunirnos, a veces nos toma un poco encontrarnos en medio de tantas personas usando mascaras.

Aunque todos sabemos que al salir por esas puertas es muy posible que incluso reconozcamos a algún familiar entre los asistentes. Esta noche es especial, es noche de luna por lo que hoy podíamos traer a un invitado extra, razón por la cual mi mejor amigo esta con esta hermosa mujer y por lo cual el local está a reventar. Un par de veces al mes, se hacen eventos especiales donde puedes invitar a alguien, siempre y cuando seas miembro y cuentes con el suficiente dinero como para pagarte una buena posición dentro de los juegos.

Muchos toman todo esto a la ligera, muchos han sido víctima de escándalos por hacer cosas realmente estúpidas en locales como este, yo por el contrario prefiero mantener estas prácticas en secreto, soy muy discreto y prefiero lugares así de exclusivos donde solo personas con muchísimo dinero o influencias podrían entrar. Soy un tipo demasiado influyente e importante como para que se sepa algo como esto, sería un gran escándalo que el magnate más importante en el área de la tecnología tenga practicas inadecuadas, aunque estas son inadecuadas para personas cortas de mentes y cerradas.

Si algo como esto llegara a saberse mi posición se vería seriamente afectada, mi empresa, mi prestigio y todo un mundo de la tecnología podría derrumbarse si se llega a saberse este perfecto secreto, muy bien guardado.

Me giro para contemplar una vez más la sala y ver las hermosas mujeres que se pasean entre la multitud, sus vestidos exhiben sus atributos, resaltando los aspectos más llamativos de sus anatomías, en una esquina semi oscura dos hermosas, sexys y voluptuosas mujeres con muy poca ropa sobre su cuerpos, están entrelazadas en un apasionado beso que me hace sonreír, aún es temprano por lo que lo realmente estupenda de este lugar apenas está por comenzar.

– Daré una vuelta, nos vemos al rato en el reservado – le comento a mi colega, que simplemente asiente mientras besa el cuello de su acompañante, demasiado ocupado como para si quiera mirarme.

Mientras me adentro más y más en el interior del recinto el ambiente cargado y semi oscuro activa mis sentidos y mis deseos dormidos, varias manos rosan mi cuerpo, toqueteando mi espalda, mi pecho o mi abdomen, es una caricia suave, sugestiva, a veces son mujeres otras pocas alguno que otro hombre, aquí está permitido todo, al momento que entras aceptas la condición de que cualquiera se acerque a ti, sin importar su sexo, ya que aquí puedes hacer tus deseos más oscuros realidad.

Pero cada quien pone sus límites, no me molesta que me toquen, me tiene sin cuidado, de todas formas en el salón principal solo está permitido tocar el torso de las personas, giro en el pasillo de la derecha, después de dejar tras de mi un montón de personas interactuando en mitad del salón principal, donde básicamente puedes pillar a alguien que te guste y acercarte a él o ella, cruzo una cortina de terciopelo rojo que cuelga del techo cerrando parcialmente la entrada de uno de los pasillos que conduce a otra estancia.

Mi reflejo en las paredes a mi alrededor acompaña mi andar tranquilo, los espejos de las paredes, le dan un toque ligeramente siniestro a estos pasillos, ya que están vagamente iluminados por una luz color violeta, observo mi reflejo detallando mi aspecto, me hace sonreír, me gusta mucho la máscara que llevo puesta hoy, es un diseño muy sencillo, solo deja que se vean mis ojos, el resto de mi cara está completamente oculta debajo de una máscara totalmente lisa y de color dorada, asemeja mucho a las máscaras que utilizan en el teatro.

Debajo de esta mi sonrisa se ensancha porque ha sido una gran idea venir con el rostro completamente cubierto, es primera vez que uso una de estas, no son tan comunes y me da un aire muchísimo más misterioso de lo que suelen darle a las personas las máscaras convencionales.

La mayoría prefiere estar parcialmente cubierto, suelen ser mascaras tipo antifaces ya que si deseas besar a alguien no tendrías ningún impedimento, pero con una máscara que te cubre el rostro completamente tendría que retirarla y eso dificulta las cosas al momento de llegar a quedar con alguien, pero para noches como esta, me funciona bastante bien, solo he venido con un propósito relajarme y olvidar el largo día que he tenido en la oficina y el que me espera el día de mañana.

Una vez llego al final del pasillo cruzo a mano izquierda y me recibe otro ambiente, uno en el que debo acostumbrar a mis ojos a la poca iluminación, el aroma a sexo es perceptible desde que pones los pies en el, además de los gemidos que en esta área siempre están presentes, solo que aquí suelen variar la decoración y el ambiente hoy luce una interesante, al estilo romano, sonrió porque honestamente es muy excitante.

La estancia está llena de mesas con algunos bocadillos, una mesa al final de la misma tiene todo el contenido que tendría una mesa en una gran celebración romana, a su alrededor algunas personas se pasean comiendo una que otra cosa o simplemente disfrutando de la insinuante decoración y las mujeres vestidas para la ocasión.

Sobre otra mesa a mi izquierda una mujer de piel canela llama mi atención, lleva solo una tela que apenas tapa sus pechos y su intimidad, tiene un cuerpo realmente hermoso y voluptuoso, tiene un elaborado peinado que recoge su cabello castaño en un moño, despejando por completo su rostro, que está también cubierto por una máscara, el resto de su cuerpo está cubierto de distintos tipos de postres, desde tartaletas de fresa hasta cupcakes decorados elegantemente, me acerco y curioseo un poco, solo matar las ansias de devorar su cuerpo, no soy de comer muchos dulces, pero el tono de su piel me ha llamado.

Después de deleitarme y saciar mi curiosidad con sus curvas dirijo mi atención hacia la esquina opuesta donde una mujer ataviada con los clásicos ropajes de la antigua roma, sostiene una cadena en una de sus manos, el otro extremo está atada al cuello de un hombre que anda a cuatro patas y tiene una máscara de un cerdo, sonrió levemente con ese grotesco fetiche, pues cada quien tiene sus gustos y sus costumbres.

Los míos en particular son más refinados, mas íntimos y especiales, aunque seguramente para el resto del mundo estoy seguro que pensarían lo mismo que pienso del sujeto con cabeza de cerdo, continuo paseando por la sala, buscando alguna cosa que pille mi interés hasta que me topo con una mujer que se deja caer de unas telas que penden del techo, obligando a detenerme frente a ella, su cuerpo pende contorsionado justo frente a mí, se impulsa hacia mi cuerpo y desliza el suyo contra el mío, acariciándolo, rosando con extrema sensualidad.

Es una mujer hermosa, puede verse sobre todo el montón de maquillaje que lleva en el rostro, rio suavemente porque no hay nada más sexy que una mujer sencilla y natural. La sexy gimnasta recorre mis brazos con sus manos y acerca su rostro al mío dejando un beso sobre los labios de mi mascara y vuelve a trepar hacia arriba con gran agilidad. Sus caricias aunque muy sugerentes no han servido de mucho, me giro para continuar el recorrido, solo paseo por el área, no hay mucho que hacer aquí, al menos no por ahora.

Hasta que mis ojos se posan sobre una mujer de piel morena, con caderas prominentes, enormes pechos descubiertos por completo y una cintura estrecha, en su cuello un collar de cuero me deja saber su condición de esclava, mi sonrisa se ensancha debajo de la máscara, quizás encontré lo que buscaba, camino hacia ella sin apartar los ojos de su estupendo y exótico cuerpo, el color de su piel en serio es increíble, la rodeo estudiando su silueta, ella desvía sus ojos y mira al suelo, como toda buena sumisa, al colocarme frente a ella, su cabello rizado esta alborotado alrededor de su rostro, le cae hasta las hombros decorando su lindo rostro y haciéndola aún más exótica, sus labios son carnosos y gruesos, sus nariz es fina y sus ojos son grandes y de un negro tan oscuro como la noche.

Roso mis dedos sobre su piel para confirmar si es tan suave como se ve y al tacto es aún mejor de lo que imagine, me acerco a ella e inhalo su perfume, huele a coco, a selva a placeres salvajes que solo alguien con sus características físicas puede evocar, sin poder evitarlo sonrió, a su lado otra mujer con muy poca ropa mira al frente, de pie, firme como si se tratara de alguna especie de militar, esperando para hacer algún negocio.

– ¿Cuánto por ella? – pregunto, acercándome a la mujer que resulta ser igual de hermosa que la morena, ella me estudia de pies a cabeza y vuelve a mirar al frente.

– ¿Cuánto estas dispuesto a invertir? – su voz seductora me hace reír suavemente y observo una vez más a la morena.

Ser quien soy me hace muy bueno en esto de negociar, además tengo buen ojo para las cosas de calidad y que me traerán el suficiente placer, dinero o éxito, dependiendo de lo que busque en el momento y justo ahora estoy bastante necesitado de placer y estoy muy segura que esta hermosa chica cumplirá con todas y cada una de mis expectativas.

– tres mil – la mujer se gira para verme sorprendida por la suma tan elevada que dejo salir sin pensarlo mucho, sus labios dibujan una enorme sonrisa y asiente volviendo a fijar su mirada al frente

– haces una apuesta elevada

– Creo que lo vale – respondo con suficiencia observando ala morena, que en ningún momento ha hecho contacto visual o ha abierto su boca para decir algo – se diferenciar cuando algo o alguien es de calidad – la mujer sonríe aún más y repite el gesto de asentir

– ¿disfrutaras de ella aquí? – pregunta mirándome esta vez seria, niego con la cabeza y señaló el final de la estancia donde unas rejas dividen el ambiente, su sonrisa se ensancha y observa a la morena – oh Atalaya le encanta jugar duro – asegura acercándose a ella, dejando una sonora y fuerte palmada en una de sus nalgas desnudas, sonrió al ver la expresión de placer en ambos rostros, en definitiva esta noche promete.

La mujer encargada del negocio quita la cadena del cuello de la more y se aparta un poco de su cuerpo coloca una de sus manos en su espalda baja y le da un ligero empujón en mi dirección, la chica camina hacia mí con sus ojos mirando siempre hacia el suelo

– saluda a tu nuevo amo – le ordena con severidad y obedientemente la chica se inclina ligeramente, extiende sus manos y sostiene una de las mías, la acaricia con cuidado y luego las lleva a sus carnosos y gruesos labios.

– Úseme bien mí señor – murmura pegada a mi piel y un escalofrió de pura excitación recorre mi columna, cuando escucho su tono de voz ronco, seductor, tentando mi necesidad.

Coloco una de mis manos sobre su pequeña cintura, atrayéndola hacia mí, su cuerpo choca con suavidad con el mío, siento como sus grandes pechos se apoyan sobre mi pecho y sonrió, siempre me ha fascinado la forma en que los pechos de las mujeres se aprietan contra mi pecho. Respiro profundo mientras deslizo mis manos hasta sus glúteos y los aprieto ligeramente, son firmes y maleables, me separo de ella y la guio hacia las rejas, una vez allí, un hombre con una capucha de verdugo se interpone entre yo y la próxima sala.

– ¿Cuánto? – pregunta con rudeza sin siquiera mirarme

– tres mil – le extiendo mi tarjeta de membrecía dorada y la pasa por un lector de código de barras, teclea algo sobre una pantalla en la pared y después de un ligero pitido la pantalla se pone en verde, me la devuelve y se hace a un lado.

– Que disfrute – agrega en un susurro.

Conduzco a mi nueva esclava por un largo pasillo a medio iluminar, camina al mismo ritmo que yo, observando siempre el suelo, su pies no hacen ningún ruido al tocar el suelo, en cambio los míos hacen un pequeño eco en el espacio, al final del pasillo nos recibe una enorme estancia, con sofás, camas, puff, y un área con columpios y otros implementos para jugar, el lugar está prácticamente desierto, aún es muy temprano, pero me gusta hacer esto en la intimidad de una sala poco concurrida o vacía, justo como esta.

La dirijo hacia el área que deseo y una vez selecciono el lugar la coloco en medio de dos postes altos de metal, ato sus muñecas con unas agarraderas de cuero que tienen una hebilla para nivelar la presión, para luego engancharlas a las argollas que penden en el extremo superior de los postes, luego me agacho frente a ella mientras deslizo mis manos por los costados de su hermoso y exótico cuerpo, por sus piernas hasta alcanzar sus tobillos los cuales rodeo con las mismas agarradera que use en sus muñecas y los separo, para atar cada uno a un poste. Cuando me pongo en pie y me hecho atrás para contemplar como luce, la chica tiene sus brazos y piernas estirados hacia los costados, parece una hermosa y sexy X, rodeo su cuerpo admirándolo, es una mujer hermosa y será mía por un buen rato.

Me acerco a ella desde su espalda y murmuro en su oído

– ¿qué tan fuerte te gusta? – su cuerpo se estremece pero sin dudarlo responde

– bastante

– del 1 al 5

– cuatro – responde con voz ronca sin darme chance de terminar de preguntar y sonrió, la ansiedad la está matando, pero me gusta jugar, irme con calma.

– De acuerdo – me giro y quito mi saco, lo dejo en uno de los percheros que están en la pared, mientras desabrocho los botones de los puños de mi camisa, para arremangarlas, reviso los diferentes tipos de objetos que están exhibidos en un mostrador de vidrio.

Tomo un latido de varias cuerdas de cuero suave y lo acaricio con mis dedos, no es muy fuerte, pero para comenzar esta más que bien. Me acerco una vez más a la morena y me coloco frente a ella

– Mírame – sus profundos ojos negros se clavan en los míos, mirándome con intensidad – si algo te incomoda o te duele házmelo saber – ella simplemente asiente y me acerco más a ella, mientras comienzo a rosar su piel con el mango del látigo.

Su cuerpo se tensa ligeramente y continuo, subo por su torso con suavidad, hasta alcanzar el valle en medio de sus pechos, una vez allí me muevo hacia al derecho y presiono ligeramente sobre su pezón, que en cuestión de segundos se endurece. Continúo paseando el mango del látigo sobre su cuerpo sin prisa, viajando de un pezón a otro y ejerciendo cada vez más presión sobre ellos, la chica jadea un poco y sonrió, cuando deslizo mi mano hacia el sur, hacia su ya muy caliente entrepierna una mano se posa sobre mi hombro con delicadeza.

– ¿divirtiéndote solo? – cuando me giro la acompañante de mi mejor amigo me sonríe ampliamente y él se encuentra a unos cuantos pasos de distancia de nosotros, con una de sus manos en un bolsillo del pantalón mientras que en la otra sostiene un trago.

– Es hermosa, me gusta – comenta señalando a la esclava y dando un sorbo, rio suavemente el conoce mis gustos y yo los de él, coincidimos en algunos, como ahora.

– Te gustara más su nombre – le comento colocándome detrás de ella, me acerco a su oído y murmuro en voz baja – dile cómo te llamas

– Mi nombre es Atalaya – en cuanto la chica le da su nombre mi amigo ríe con suavidad y asiente

– Exótico – rio, ya que ambos pensamos lo mismo, su acompañante se acerca a la chica y recorre con su pulgar los carnosos labios, sin apartar sus ojos de su rostro.

– ¿puedo participar? – pregunta con coquetería en mi dirección, sonrió debajo de la máscara y asiento, mientras le tiendo el látigo, esto no estaba del todo en mis planes pero no me molesta.

– Por supuesto, hoy me apetece mas mirar, pero no me resistí cuando la vi – ella sostiene el látigo y lo estudia unos instantes, mientras sostiene las puntas de las tiras con una de sus manos y el mango con la otra prensándolo y aflojándolo continuamente.

– ¿Qué tan fuerte te gusta? – dice tomando de la mandíbula a la chica con cierta brusquedad, después de algunos segundos jugueteando con el látigo.

– cuatro – respondo a su espalda y se gira para verme, mordiendo su labio inferior, mi amigo ríe a mi lado y niega con la cabeza divertido, está pasándola tan bien como yo.

– Hermosa, dijimos que hoy sería solo mirar – la chica ríe poniendo sus ojos en blanco y se acerca a mi amigo

– Y solo miraras cariño – dice seductora sobre sus labios – se gira y camina hacia el mesón de vidrio con los látigos, a diferencia de mí, ella se va por uno de clinejas de cuero gruesas con ciertas hebillas amarradas, su sonrisa crece cuando lo ve y se acerca a la chica de piel oscura.

La rodea con pasos lentos, cual león asechando a su presa, después de unos segundos de devorar su cuerpo con sus ojos llenos de deseo y morbo levanta el látigo y muerde su labio, posa sus ojos en mi colega y luego los desvía hacia mí, susurra lo suficientemente alto como para que la escuchemos.

– mira al suelo y no te quejes – le espeta acomodándose junto a ella antes de dejar caer el látigo sobre su abdomen, la morena se tensa pero no llega a quejarse.

En cuanto el cuero hace contacto con su piel emitiendo el característico sonido, de choque mi entrepierna se tensa y el placer comienza a inundar todo mi cuerpo, mi entrepierna tiembla ligeramente y mi mejor amigo ríe suavemente, observando la expresión de deleite que tiene su invitada.

– no entiendo como le gusta tanto esto – murmura en mi dirección y mi sonrisa se ensancha, su amiga y yo compartimos ciertos gustos por el dolor, solo que ella suele llevarlo a otro nivel, yo soy más de divertirme en el proceso, gozarlo, ella va directo al punto… es decir al dolor.

– No siempre las flores más delicadas son las más débiles – le aseguro conociendo por completo los gustos de su acompañante, lo que lo hace reír a carcajadas

– Ella es de todo menos una delicada flor colega – esta vez es mi turno de reír, mientras la rubia deja caer el látigo un par de veces más sobre el abdomen de la morena, sin compasión.

Después que su piel está ligeramente marcada por largas líneas oscuras, se acerca a ella y comienza a besar su cuello, rosa su lóbulo con su lengua sin dejar de mirar coqueta a mi amigo que sonríe ampliamente, mientras comienza a desabrochar su pantalón.

– Lo hiciste estupendo – murmura sin dejar de observarnos – ahora te correrás para ellos – dice señalándonos y mi amigo ríe negando con la cabeza

– ¿Por qué tu no lo estas disfrutando no? – dice en tono burlón mientras saca su polla y comienza a masturbarse sin dejar de verlas.

– Lo hago – dice altanera la rubia – pero disfrutare mucho más verlos a ustedes pajearse mientras yo la masturbo a ella – explica, posando sus ojos esta vez en mi entrepierna.

Una de sus manos desliza el mango del látigo por el medio de su abdomen, haciendo presión sobre las marcas que deben estar quemándole la piel a la morena, una vez en su monte de venus, se detiene y respira sobre su cuello y comienza a dejar besos hasta alcanzar su boca la cual devora con ganas, como si hubiese deseado hacer esto desde que entro en la estancia y la vio, mientras pierde la punta del mando entre las piernas de la morena, que se estremece y arquea su espalda en respuesta al estímulo de su ama.

La rubia toma el cabello rizado de la chica y tira de él, para exponer su cuello, cuando deja sus labios, mientras mueve con lentitud el mango sobre la intimidad de la chica, mis ojos están fijos en como la morena muerde sus labios evitando que se le escape cualquier ruido y yo estoy deseando que lo haga, porque sé muy bien que en cuanto suceda tendrá un castigo y esa es la parte que hace interesante y excitante este puto juego.

Cuando finalmente no puede contenerse más, jadea y la rubia ríe detrás de ella triunfante, separándose de su cuerpo y sacando el mango del látigo de su húmeda entrepierna, la morena jadea una vez más al perder la invasión y la otra termina de rodear su cuerpo, quedando a su espalda donde veo como eleva su brazo, una sonrisa morbosa casi sádica se dibuja en sus rojos y carnosos labios y antes de dejarlo caer murmura.

– 5 latigazos como castigo… – hace una pausa y esta vez posa sus ojos directamente sobre los míos, mientras habla – te dije que no te quejaras – deja caer su mano y el sonido hace que mis ojos se desplacen de los suyos hasta los pechos de la morena, que se exponen aún más cuando curva su espalda por el dolor que el golpe le ha causado, sonrió disfrutando del momento y de su error, comienza la cuenta.

Dos.

Mis labios se entreabren al verla morderse los suyos, sus manos sujetan con fuerza las agarraderas, dejando sus nudillos blancos por la fuerza que emplea al sujetarse de ellas, mientras que sus piernas están tensas, marcando por completo los cuádriceps, su pies en punta dejando a la vista que ha sido un buen golpe.

Tres.

Un jadeo sale de la boca de la rubia, llenando el ambiente de una expectante excitación, mi miembro erecto palpita ante la imagen que se desarrolla frente a mí, mientras la morena humedece sus labios y fija sus ojos en mí, su auténtico amo esta noche, que permite que otra la castigue mientras el disfruta con el placer que les produce su dolor.

Cuatro.

Cierra los ojos con fuerza y muerde con más intensidad sus labios, decolorando el área donde sus blancos dientes descansan, mis ojos barren su cuerpo, buscando señales que me adviertan que no disfruta de esto, pero por sus piernas corre la humedad que sale de su intimidad, ver esto no hace más que complacerme y sonrió, mientras otro jadeo escapa de los labios de la rubia, que cada vez está más y más excitada.

Cinco.

El cuerpo de la morena se contrae con espasmos mientras se corre de placer, su boca se abre dejando salir un grito ahogado y mientras sus piernas tiemblan, su silueta está cubierta de una ligera capa de sudor, me pongo en pie y me acerco a ella, la rodeo y admiro el trabajo de la rubia.

Ella sonríe ampliamente y suspira, tratando de acompasar su agitada respiración, deja el látigo sobre mi mano, aceptando su invitación me dispongo a hacer lo que vine hacer, despejarme de un largo y extenuante día en la oficina.

Dejo caer el látigo sobre uno de sus costados, haciendo que se incline hacia él, me acerco a su oído y murmuro.

– puedes hacer o decir lo que quieras, solo disfruta – ella jadea asintiendo y una vez levanto mi brazo lo dejo caer, de sus labios sale un gemido.

Mientras la rubia camina con pasos lentos hacia mi mejor amigo, se agacha y toma su polla entre sus manos, pasa su lengua sobre esta y mi amigo suelta un gruñido de placer, rio por lo bajo, estos dos se la van a montar hoy.

– Más fuerte – se queja entre gemidos la morena y sonrió, una vez más dejo caer el látigo sobre el costado contrario haciendo que se doble y gima

– ah más fuerte amo, más fuerte – que me llame amo me pone, mordiendo mis labios levanto el látigo y lo dejo caer una vez más, solo que esta vez lo hago con mucha más fuerza y el grito que sale de sus labios es música para mis oídos.

– sí, justo así amo, venga deme otro he sido una chica mala – jadea entre sollozos y repito la acción con la misma fuerza.

– Joder – suelto una vez más al golpearla, cuando veo como su cuerpo se contorsiona y se estremece de placer, mientras nuevamente se corre cuando el látigo impacta contra su nalgas rosando su entrepierna.

Mi respiración en este punto es un desastre, hoy necesitaba de esto, fue un día de mierda y toda la tensión que acumule durante la junta de la tarde, comenzaba a pasarme factura. Además con aquello que la gente de marketing quieren que el proyecto sea llevado por una de las revistas más importantes de tecnología, me traen loco.

Suspiro una vez más, tratando de alejar el trabajo de mi cabeza y me acerco a la morena, que aún tiene espasmos del tremendo orgasmo que ha tenido, elevo mi mascara, dejando solo mis labios a la vista, la rodeo y dejo un beso sobre sus carnosos labios, que me devuelve con pasión y ganas

– Gracias a sido estupendo – murmuro sobre ellos y la chica ríe

– Cuando guste amo – me guiña un ojo saliéndose del papel que venía interpretando siendo picara.

Una vez la ayudo a quitarse las agarraderas que la mantienen atada se gira hacia a mi mejor amigo y su acompañante, ambos disfrutan de darse placer mutuamente, se inclina sobre el rostro de mi amigo y deja un beso sobre sus labios luego se inclina hacia la rubia y hace lo mismo, para después regresar hasta a mí que sostengo entre mis manos una bata de seda negra, que la ayudo a colocarse.

– Nos vemos guapo – dice saliendo de la estancia y sonrió

– Me encanta este lugar – murmura la rubia entre los brazos de mi mejor y el ríe

– Sí, lo he notado, ahora me arrepiento de haberte traído aquí – ella ríe divertida y besa sus labios – he creado un monstruo – dice en tono burlón

– Yo diría que lo disfrutas bastante – dice deslizando sus manos hasta su entrepierna y sujetando su erección, camino hasta ellos mientras me acomodo la máscara, para volver a tapar mi rostro.

– yo me voy ya, ha sido un largo día y solo necesitaba drenar un poco – la rubia ríe y se acerca a mí, liberando a mi colega que me ve mal a través de su máscara, deja un beso sobre los labios de mi máscara y susurra

– Aburrido – rio negando con la cabeza y comento

– Nos vemos mañana, no llegues tarde – le espeto a mi mejor amigo que ríe divertido

– lo intentare, de todas formas me merezco esta noche, esa junta fue una mierda pero te salve el pellejo, aunque estoy seguro que Miller insistirá con el tema – pongo mis ojos en blanco, en cuanto me advierte del tema del lanzamiento, mientras camino hacia la reja dejándolos solos en mitad de un acalorado y apasionado beso.

Esos dos tendrán una noche muchísimo más movida que la mía, mientras recorro el lugar hasta la recepción de la salida, tomo mi teléfono y marco el número de Isabella, para que vaya preparando la cena, mientras desciendo hacia el sótano, donde están los puestos de estacionamiento privados.

– buenas noches residencia Metzler

– hola Isabella buenas noches

– oh joven buenas noches ¿cómo le va?

– todo muy bien ¿ya preparaste la cena? – le pregunto a mi nana y ella ríe al escucharme

– por supuesto cariño hice raviolis, hace bastante que no los comes – rio un poco al escucharla y asiento para mí mismo, me gusta cuando mi nana me consiente

– genial, estaré en casa en una hora aproximadamente

– De acuerdo – hace una pausa y duda un instante antes de continuar

– ¿Qué pasa Isabella? – a esta mujer la conozco como a mi vida

– Su padre está aquí, llego hace diez minutos – suspiro al escuchar eso y pongo mis ojos en blanco

– Excelente – digo con sarcasmo y ella ríe

– ay pequeño trata de no pelearte esta vez con el ¿sí? – rio por lo bajo mientras entro a mi deportivo negro y lo enciendo, esta mujer nos conoce de toda la vida y sabe muy bien que la relación con mi padre no es la mejor del mundo, tenemos maneras muy diferentes de pensar.

– Él es quien pelea nana – me excuso aparentado haberme ofendido con su comentario con lo que ella ríe a carcajadas y luego agrega divertida

– lo sé, pero tú tampoco te resistes mucho

– bien lo intentare, nos vemos ahora un beso – finalizo la llamada y salgo del edificio donde está el exclusivo y discreto Club Slave Game.

Una vez en la vía principal, enciendo el radio y dejo que la agradable voz de Michael Bubble inunde los altavoces. Soy de escuchar música constantemente, a mi madre le fascina, por lo que crecí oyéndola y aunque mis gustos han variado bastante con el tiempo, sigo disfrutando de los clásicos que ella escuchaba cuando yo ella apenas un niño.

Una vez en la lujosa urbanización donde tengo mi residencia, me paseo lentamente por el frente de la casa de mi vecina, una modelo noruega hermosa, que suele pasearse desnuda por las terrazas, es una exhibicionista de primera, pero no pierdo oportunidad de ver ese cuerpo que ha pasado varias veces por mi cama y he decirlo que no lo pasamos nada mal juntos, aunque no es más que sexo ocasional, ambos tenemos una posición que cuidar.

El portón negro de hierro forjado de mi casa se abre al accionar el botón de mi llavero, después de recorrer algunos metros por el camino de grava hasta el frente de la casa, dejo el deportivo estacionado detrás del auto de mi padre.

Respiro profundo y tomo la máscara del asiento del copiloto, observándola unos instantes rememorando el agradable y excitante momento que viví hace un rato, mi día pudo haber acabado perfectamente solo con eso, pero mi querido progenitor ha decidió cambiar eso haciendo una aparición sorpresa en mi mansión, la guardo en la guantera, por si alguien la ve, es mejor prevenir, pocas personas saben sobre esto, tomo mi portafolio y desciendo del auto, en cuanto lo hago una de las amas de llaves me saluda.

– señor, buenas noches, su padre lo espera en la sala, la Srita. Penni llamo para avisarle que tuvo que viajar y que aplazaran su velada para la próxima semana, además su madre también llamo para recordarle el almuerzo de mañana – suspiro al escuchar lo del almuerzo

– hola Jenif, gracias, sírvele una copa de vino a papa y dile que lo alcanzo en unos minutos – la chica se gira presurosa hacer lo que le he pedido mientras yo camino hacia la cocina, donde Isabella seguro me tiene algún bocadillo listo para comer.

– mi filio – dice al verme entrar

– Hola nana – digo saludándola y dejando un beso sobre su frente con dulzura – ¿Qué tal tu día? – pregunto curioseando a mi alrededor, huele de maravillas

– Tutto bene – me responde en italiano y rio

– ¿tienes algo para mí? – pregunto destapando las ollas, ella me mira mal y deja un golpe sobre una de mis manos

– venga deja de curiosear y anda a atender a tu padre, que no está de muy buen humor esta noche – pongo los ojos en blanco y suspiro

– papa nunca está de buen humor – digo dejando el portafolio en una de las sillas y dirigiéndome a la sala, donde efectivamente encuentro a mi padre frente a uno de los enormes cuadros que decoran mi sala

– Es una pintura hermosa – comenta al sentir mi presencia

– gracias, la adquirí hace algunos días de un artista plástico venezolano en ascenso – le explico acercándome a el

– En algunos años seguro costara una fortuna, tiene talento – rio y asiento

– Por algo lo compre – digo encogiéndome de hombros, después de algunos minutos en silencio el hombre que me crio se gira para verme

– ¿Qué sucede? – le pregunto al ver su expresión seria escrutando mi rostro como si buscara la solución a una compleja ecuación matemática.

– hijo estoy preocupado por el lanzamiento – comenta echando andar hacia uno de los sofás, se deja caer y me observa meditabundo

– ¿Qué te preocupa al respecto? – el suspira y pasados algunos segundos continua

– este sin duda alguna será el logro tecnológico más importante de este siglo, si todo sale bien, – lo interrumpo asegurándole con convicción algo que se de sobra

– Todo saldré más que bien – el ignora por completo mi interrupción y continua exponiendo su punto como si no lo hubiese hecho.

– Llevaras luz eléctrica a los lugares más recónditos y míseros de la tierra – sonrió y asiento

– Lo se papa, pero aun no veo que es lo que te preocupa – las pronunciadas arrugas de su ceño se acentúan y luego suspira.

– Que estés dispuesto a dejar semejante logro en lugares así de inhóspitos y gratis – pongo los ojos en blanco y suspiro, sabía que vendría por allí

– papa, ya hemos discutido esto un millón de veces, de nada vale hacer tecnología como esta si no puedo ayudar a los demás – le explico, esta vez es el quien pone los ojos en blanco soltando un bufido exasperado y me ve mal

– hijo, estamos hablando de millones y millones de dólares, que echaras a la basura

– papa no echare ni un solo centavo a la basura, esa gente necesita de electricidad mucho más que tú necesitas esas ridículas fachas o el puto coche en el que te paseas los fines de semana – suelto exasperado a lo que él se pone en pie

– ¿estás diciéndome ridículo? Este puto traje costo 8.500 dólares Kai Metzler y el auto en el que me paseo los fines de semana lo compre porque puedo hacerlo – suspiro frustrado, esta discusión en serio me subleva.

– papa no todo en la puta vida es dinero ¿entiendes? – digo entre dientes tratando de no perder los estribos y decir cosas que terminen haciendo aun peor este momento

– Hijo por amor de Dios no son dos dólares, hablamos de millones

– Papa no quiero seguir discutiendo sobre esto – digo andando de un lado al otro, en ese momento Isabella entra en la sala y me mira mal un instante

– Isa habla con este muchacho y hazlo entrar en razón – le implora mi padre en cuanto la ve, sabiendo que la mujer puede convencerme de casi cualquier cosa, ella sonríe y niega con su cabeza.

– Sabe muy bien que no meto en los negocios de mi muchacho – se acerca a mí y susurra en voz baja con severidad – recuerda lo que te he dicho – luego se fija en papa con expresión amable y continua – ¿se quedara a cenar señor? – mi padre niega con su cabeza y camina hasta la mesa de centro donde deja su copa vacía y me observa un instante, como si tratara de meterse en mi cabeza y averiguar lo que estoy pensando.

– mira hijo sé que este es tu negocio y son tus inventos, pero por una vez en tu vida no estaría mal que me escucharas un poco – agrega señalándome con su dedo índice – piénsalo.

– Papa tome una decisión y no pienso echarme atrás – sentencio decidido y el respira frustrado

– muchacho insensato – suelta elevando sus brazos al cielo, se gira y echa andar hacia la puerta

– gracias por la visita padre – le digo pero el solo gruñe cosas antes de perderse por el pasillo

– ¿ay hijo porque te peleas tanto con tu padre? – sonrió escuchando el tono triste de mi nana y suspiro

– hay cosas que no van a cambiar nunca nana – ella me ve un instante y luego suspira – la ambición de mi padre nunca se extinguirá y no es algo que haya heredado de él, por suerte – me encojo de hombros y echo andar a la cocina con ella, abrazando mi cintura con cariño.

Cuando llego huele a gloria, me invita a sentarme en la mesa que ya está servida, ella se sienta a mi lado y comenzamos a cenar de inmediato.

– Te ha quedado de puta madre – comento después de tragar un bocado ganándome otro manotón en mi muñeca

– Ese vocabulario en la mesa – me reprende, me encanta hacerla rabiar

– lo siento – digo riendo y ella sonríe una vez más con dulzura

– hijo, quería comentarte algo – dice dejando sus cubiertos sobre el plato a medio comer

– dime, ¿Qué pasa? – ella suspira y luego de unos segundos comienza hablar con voz seria

– Quería tomarme unos días libres – rio y la veo sorprendido

– ¿estás de broma verdad? – le pregunto mientras tomo mi copa de vino y bebo un sorbo.

– no, hablo en serio

– ¿Por qué me pides permiso?

– No lo hago, estoy informándote – vuelvo reír cuando vuelve a tomar sus cubiertos y continúa comiendo

– vale, y ¿qué harás esos días libres? – hago una pausa y la veo divertido – no me digas que harás como la vez pasada que a los dos días regresaste corriendo porque según tu no podía vivir solo – ella ríe un poco y me señala con el tenedor

– y no me equivoque, cuando llegue esto era un caos por no hablar de tu vida y tus cosas – hace una pausa y luego sonríe – razón por la que he organizado todo para dejar a alguien por mi durante esos días – mi ceño se frunce

– ¿alguien por ti? – mi cuerpo se tensa, no soy muy dado de estar con extraños en mi casa.

– no te preocupes es alguien de suma confianza y que conoces, bueno la has visto algunas veces, ¿te acuerdas de Margot? – frunzo el ceño, tratando de recordar y niego con la cabeza, al no lograrlo.

– ay hijo la mujer que me ayudo a preparar las cosas para tu cumpleaños hace algunos años – sonrió al finalmente recordar a la dulce mujer que ayudo a la nana y asiento

– sí, ya recuerdo

– bueno ella, vendrá y estará esos días por mí, ¿Qué opinas? – pregunta dando un sorbo a su copa de vino

– Si a ti te parece que es apta para ocupar tu cocina y mantener esta casa en orden, por mí no hay problemas – ella asiente con una sonrisa enorme y luego continua

– maravilloso, entonces la llamare y le confirmare todo

– está bien, pero aun no me dices ¿a dónde iras? – le comento terminando con el ultimo bocado

– necesito regresar a Italia hijo, hace mucho que no voy por allá y quiero ver como esta mi familia – comenta con sus ojos llenos de añoranza y sonrió tomando su mano con cariño, amo a esta mujer como si fuera mi madre, jamás le negaría algo como esto.

– está bien nana, ¿cuándo piensas irte?

– la próxima semana, si no tienes ningún problema – agrega inmediatamente y sonrió

– Ninguno, siempre y cuando no decidas quedarte a vivir – ella ríe y niega con su cabeza

– Solo serán unos días, no podría dejarte aquí – ambos reímos, mientras me pongo en pie y beso su frente

– Gracias nana ha estado exquisito como siempre, te quiero – tomo mi portafolio y salgo de la cocina, dejándola mientras Jenif se acerca y la ayuda a recoger las cosas, de camino mi teléfono comienza a sonar.

Es una llamada del otro lado del mundo, de Norteamérica, de uno de los ingenieros que está trabajando conmigo en el Proyecto Luz para el mundo.

– Richardson – digo al responder

– ¿señor como esta?

– es un poco tarde, ¿Qué ocurre? – pregunto mirando la hora, son las 10:30 y él no es de lo que suele llamarme directamente.

– lo siento señor, es solo que tuvimos un problema, una de las turbinas de prueba colapso y no podemos resolverlo, ¿quería saber si podemos aplazar la presentación algunas horas? – maldigo por lo bajo porque este tipo de errores no debería ocurrir, no cuando tengo en teoría al mejor equipo de ingenieros del mundo trabajando para mi

– Richardson resuélvanlo, no podemos retrasar ninguna de las presentaciones – el ingeniero suspira y después de unos segundos me responde

– de acuerdo, señor lo mantendré al tanto

– de acuerdo, buenas noches – finalizo la llamada y dejo caer el teléfono sobre la cama.

Mientras aflojo mi corbata con una de mis manos, me desvisto con rapidez y entro al cuarto de baño, para tomar una ducha y acostarme a dormir, estoy literalmente exhausto.

A la mañana siguiente me levanto a las 4:00 am para entrenar, desciendo al gimnasio y una vez allí hago mis ejercicios matutinos, luego un poco de estiramientos y finalizo golpeando el saco, para cuando termino son las 6:00 am y ya muero de hambre, camino hasta la cocina donde Isabella ya está en pie preparando café.

– buenos días nana

– buenos días mi filio – dice sonriendo, aun lleva su bata de dormir y el cabello recogido en una maya – madrugaste – comenta dejando una taza de café frente a mi

– sí, hoy debo llegar temprano a la oficina, a las 8:30 tengo una rueda de prensa – ella me ve unos instante y luego suspira

– ¿Ajax estará contigo? – sonrió y asiento, sabe cuánto odio esas ruedas de prensa y sabe perfectamente bien que mi colega es un experto en lidiar conmigo en situaciones complicadas como esa.

– bien, ¿necesitas que prepare algo especial para ti? – niego con mi cabeza y susurro sobre su frente

– solo un rico desayuno que me mantenga activo hasta el almuerzo – cuando me giro ella vuelve a llamarme

– Recuerda la comida con tu madre – rio y levanto mis pulgares al aire para hacerle saber que he escuchado.

Después de tomar una ducha rápida, me visto con un elegante traje de tres piezas, de color azul marino, peino mi cabello y me aplico algo perfume, tomo uno de mis relojes y una vez listo, salgo de mi habitación. Una vez en la cocina, el olor a pan tostado hace agua mi boca.

Cuando entro Isabella ya está con su elegante ropa de trabajo y muy bien peinada, me ve y sonríe.

– Allí tienes una madalena – dice señalando un postre que reposa sobre la encimera.

– Gracias – digo hincándole el diente – muero de hambre – ella ríe y asiente

– lo se cariño, ya va estar listo

– buenos días señor, Sra. Digrosso – saluda una de las amas de llaves al entrar

– buenos días – respondo mientras tomo el periódico que me tiende y hojeo la portada, las noticias este día vienen cargadas como siempre, de muerte, conflictos armados, políticos corruptos y un sinfín de malas noticias, suspiro y lo doblo dejándolo sobre la mesa, para leerlo luego.

– ¿alguna cosa interesante? – pregunta mi nana mirándome con el ceño fruncido

– pues la verdad no – niego y ella sonríe – lo de siempre

– Tranquilo hijo pronto veremos más cosas buenas en las portadas de los periódicos – acaricia mi mejilla con dulzura y asiento.

Una vez termino el delicioso desayuno tomo mis cosas y salgo de la casa, en la entrada esta Alfred esperándome con una amplia sonrisa

– Buenos días señor – me saluda como todos los días de muy buen humor

– Buenos días Alfred, a la oficina por favor – comento en cuanto ingreso a la parte de atrás del auto.

El sin perder tiempo se sube y conduce fuera de casa, para llevarme a lo que promete ser un arduo, complicado y estresante día de trabajo.

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