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 Contrato de amor
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Capítulo

Libro 1. Samara y Eduardo son dos personas completamente diferentes, que ambos no logran soportarse por lo tan opuestos que son. Pero aún con sus inferencias no les impidiera firmar un ¡Contrato! Ella necesita un apartamento y el necesita una novia....¡Algo perfecto para llegar a un acuerdo!. Ellos acordaran fingir ser novios durante seis con la simple condición de no enamorarse, algo bastante fácil para ambos, pero......No será tan sencillo ya que el amor como siempre se interpondrá. ¿Podrán hacerlo o el amor interfiera?

Capítulo 1 ¿Que es la felicidad en el amor

11 de enero, el día que todo cambio sin menos esperarlo.

Dentro de una habitación muy hermosa se oía el sonido de cada mañana, era nada menos que el ruidoso sonido de la alarma.

Bip....Bip...Bip....

Era la tercera vez consecutiva que sonaba pero parecía que nadie tenía la intención de apagarla, ya que la única que se encontraba en la habitación era una hermosa joven llamada Samara que estaba envuelta en las cobijas de los pies a la cabeza.

Tenía un sueño muy pesado que ni siquiera el sonido de la alarma la podía despertar, ella simplemente dormía plácidamente sin preocupación alguna.

Bip.... Bip...Bip.

La alarma seguía insistiendo una y otra vez sin cesar hasta que al final logro despertar aquella joven durmiente, ella abrió sus ojos lentamente.

—No por favor—se quejo inmediatamente, el sonido de la alarma era el sufrimiento de sus mañanas.

—Por favor cinco minutos más— rogó de manera muy soñolienta, aún tenía demasiado sueño, no estaba dispuesta a levantarse aún.

Pero aún así la alarma por quinta vez volvió a sonar.

Bip.....Bip....Bip...

Al escucharla la paciencia de Samara llegó a su límite —¡¡ Okey de acuerdo ya!!— grito furiosa e inmediatamente saco una de sus manos que estaban dentro de las cobijas para asi apagar la ruidosa alarma.

Al fin de tanta insistencia la alarma había sido apagada, la habitación había quedado en silencio total.

Samara estaba lista para volver a disponerse a dormir una vez más pero antes miro verificó la hora.

—Son las siete de la mañana —pronuncio en voz baja acompañada de un bostezó, cerró sus ojos y volvió a dormir aunque no fue por mucho ya que al fin había entrado en razón.

—LAS SIETE DE LA MAÑANA— grito demasiado frustrada, se le había hecho tarde una vez más, ¡no lo podía creer!.

De inmediato trato de devolverse de las cobijas rápidamente pero por tanto movimiento termino cayendo de la cama.

—Aaaayyyy— se oyeron sus quejidos por toda la habitación pero aún así ella se levanto de inmediato —No te preocupes estoy bien — se consoló ella misma.

Después salio corriendo como bala hacia el baño, lavo la cara y dientes lo más rápido posible, luego de unos segundos salio a velocidad extrema del baño y saco de su armario su uniforme.

Se lo ponía demasiado rápido y ala vez se quejaba una y otra vez — No se por que nos obligan a usar uniforme si ya estamos en universidad no en una preparatoria —. No le gustaba la idea de usar uniforme pero que podía hacer.

Al terminar de cambiarse fue a su tocador y peino su hermoso cabello rubio para después empezar a maquillarse levemente ya que no le gustaba exagerar de maquillaje. Después de terminar tomo su mochila y salio de su habitación a velocidad de un rayo.

Mientras en la cocina se encontraban en la barra de desayunos toda la familia desayunando tranquilamente.

—Laura ¿me puedes servir más café?— pregunto amablemente José.

—Claro cariño— contesto Laura y sirvió más café en su taza — Oye cariño no crees que ya era hora para que Samara hubiera bajado a desayunar — menciono algo confundida.

—Tienes razón — asintió dejando de leer su periódico —Es mejor ir avisarle que ya baje a desayunar por qué si no se le va hacer tarde y va a terminar ......

Jose no pudo terminar de decir sus últimas palabras ya que se oyó la voz de Samara por todo el pasillo.

— ¡Ya me voy ! — menciono sin dejar de correr — Adiós a todos — se despido abriendo la puerta dispuesta a irse pero la voz de Laura la detuvo.

— Hija ¿No vas a desayunar? —pregunto mirándola fijamente.

—No mamá ya es muy tarde — negó —En la universidad almuerzo algo— explico para después a volver despedirse —Adios nos vemos—. Abrió la puerta y salio apresuradamente.

Al cerrar la puerta todos se quedaron atonicos solo viéndose uno a otro hasta que Jonathan decido romper el silencio.

— Otra vez se le hizo tarde — expreso dando una mordida a su pedazo de panque.

Afuera de la casa se encontraba Tommy el chófer de Samara recargado en el cofre del auto apunto de comer su delicioso almuerzo.

—Ay se ve delicioso este sandwich que me regaló mi querida Rosa — sonrió y estaba a punto de dar la primera bocado pero de repente se oyó la voz de Samara.

—Tommy sube al auto ¡corre! — indico muy agitada.

Al escucharla de inmediato asintió —Claro señorita Samara—Aguardo su sándwich rápidamente y subió al auto —¿Hacia donde vamos señorita — pregunto.

— Hacia la universidad Tommy.

Tommy asintió y arrancó el auto a toda marcha, manejo muy rápido como todo un profesional mientras que Samara verificaba si tenía todas sus cosas que necesitaba en su mochila ya que se le había olvidado acomodar su cosas el día de ayer, era totalmente muy distraída.

Después de unos minutos el auto se detuvo por motivo de un semáforo en rojo, Samara voltio a ver su reloj y se dio cuenta que faltaban 20 minutos para que las clases empezarán aún tenía tiempo de llegar, así que se relajo un poco y reviso su agenda.

Ella la revisaba detenidamente su agenda cuando inesperadamente por la ventana alguien robo su atención, era un hermosa pareja joven que caminaban tomados de la mano.

Los dos jóvenes sonreían alegremente y la vez en sus veían mutuamente era obvio que estaban más que enamorados, en su rostro se decía todo, decía sus emociones, sus sentimientos, totalmente podían describir su felicidad.

Samara los vio por un par de segundos y miles de preguntas surgieron en su mente una de ellas era <<¿Cuando me pasará los mismo a mi? >> se pregunto.

En los 19 años de su vida Samara no había tenido ni un solo novio ya que siempre se había enfocado demasiado en sus estudios y vida profesional que dejó a un lado la vida amorosa, tal vez la razón era por que había perdido la ilusión en el amor desde hace años ya que había tenido varias decepciones con antiguos chicos.

Pensaba que su destino era estar sin pareja toda su vida y cumplir solamente sus sueños pero acaso, ¿esa era felicidad?.

El semáforo cambio a verde y el automóvil siguió su camino y aquella pareja se perdido de la visita de Samara.

Después de unos minutos llegaron a la Universidad, Samara bajo del coche y le agradeció a Tommy —Gracias Tommy nos vemos al rato.

— Si señorita Samara que tenga un buen día.

Ella cerró la puerta del automóvil, camino hacia la entrada de la universidad para así entrar, después se dirigió hacia su salón que era el C1 pero de repente un chico se atravesó en su camino

— Hola Samarita benditos los ojos que te ven— saludo poniéndose enfrente de ella evitando que seguirá con su camino.

—Hola Carlos— contesto de mala gana, ese chico siempre era verdadero problema ya cuando se lo encontraba el solo le coqueteaba descaradamente — ¿Que quieres le pregunto? —pregunto sin demasiado rodeo.

— Hay hermosa tan siquiera pon una sonrisa ya que tienes un guapo chico enfrente — guiño su ojo en modo de ser atractivo.

Samara solo rodó sus ojos dando a entender que la estaba molestando.

Al no escuchar un comentario por parte de ella aquel chico decido preguntar — Bueno hermosa hoy tengo el día libre así que hoy si me aceptaras que tengamos una cita ?.

— Hay Carlos — se enfureció al simple hecho de tan solo es escuchar esa pregunta —Sigues con eso ya dije una y miles de veces que ¡No!.

— Pero ya te dije que no me rendiré hasta que tengamos una cita — insistió.

— Pues te digo que te rindas ahora no me interesas así que adios —.Dispuso a irse pero Carlos tomó su mano tratando de evitar que se fuera.

Al momento de hacer eso, Samara sacudido su mano para que la soltara y se acercó a el muy enojada.

— No me vuelvas a tocar si no quieres que te golpee la próxima vez que lo hagas.

— Hay hermosa cálmate no te pongas así—Trato de calmarla.

— ¡Ya te dije Carlos no lo vuelas hacer!— le repito una vez más muy enojada.

— Hay hermosa pero solo quiero demostrarte mi ......

Carlos no pudo de terminar de decir su frase ya que se escuchó la voz de una mujer.

— Ya oíste que la dejes en paz Carlos—.Se acercó lentamente a el.

Al ver aquella pelirroja Carlos rodó los ojos — Hay Melanie otra vez — se quejo—Siempre vienes donde no te llaman ¿verdad?.

— Si ya lo sabes qué siempre intervengo donde no me llaman — se justifico quitando sus gafas solares dejando ver unos lindos ojos verde esmeralda.

— Por qué mejor no te vas Melanie — argumento Carlos — Está asunto es entre Samara y yo.

— Ah no lo siento sabes que Samara es mi mejor amiga así que no me pienso ir hasta que la dejes en paz por qué si no lo haces te voy a golpear yo misma — alzó su bolso en modo de amenaza.

Al momento de ver su acción Carlos empezó a reírse sarcásticamente

— Por favor Melanie no me hagas reír tu golpeando no te queda por favor.

— Ahhhh por lo que veo quieres ver qué tal golpe ven acá— se acercó a el con la intención de golpearlo.

De inmediato el rostro de Carlos cambio a una forma asustada que a la vez se veía muy graciosa.

— Por favor Melanie no me golpes — corrió de ella

— Ahora si ya te arrepentiste ven acá — Lo alcanzo rápidamente y lo empezó a golpear .

Samara al verlos no sabía si enojarse o reír se veía muy gracioso la escena de Melanie corriendo hacia a Carlos.

— Melanie ya déjalo— verbalizo entre risas.

— Aún no a tenido suficiente — siguió golpeándolo.

En cambio Carlos ya no aguantaba sus golpes, quería escaparse de ella, el solamente decía.

— Melanie ya por favor ya.

Melanie se detuvo al escuchar sus suplicas, lo tomo de la barbilla para que la viera fijamente

— Espero que para la próxima dejes en paz a Samara — lo soltó y lo empujó dando a entender que ya se retirara.

Inmediatamente Carlos corrió lejos de Melanie antes de que cambiará de opinión.

— ¡Así es huye!— grito Melanie sarcásticamente, tenía una gran sonrisa que refleja su victoria.

Por otro lado Samara estaba riéndose a carcajadas no podían creer como Melanie intimidó a Carlos con su bolso, era obvio que Melanie no tenía la facha ni el carácter de ser agresiva y rebelde en cambio era una chica cool y demasiado fresa, pero tenía las agallas para intimidar.

— Hay Melanie fuiste tan rebelde con Carlos— comento tratando de controlar su risa.

— Que se lo merece por molestarte— se cruzó de brazos muy indignada.

—Pero Melanie te podrías meter en problemas por mi culpa.

— No te preocupes—La tranquilizo — Además tu eres mi mejor amiga debo defenderte— expresó para después abrazarla cariñosamente.

— Muchas gracias Melanie—agradeció con una adorable sonrisa en su rostro.

— De nada Samara — dejo de abrazarla —Ven vamos al salón si no se nos va hacer tarde.

Samara asintió y caminaron hacia su salón, después de unos momentos llegaron y se dispusieron a tomar asiento.

—Bueno Samara tengo tantos chismes que contarte — indico la pelirroja sentadose en una silla— Este fin de semana fue demasiado divertido además conocí un chico y....

—Otro chico Melanie— hablo Samara interrumpiendo a Melanie.

— ¿Y que tiene Samara?— la miro con cara de inocente.

—Ay Melanie— frunció el ceño— Siempre vienes con un chico nuevo cada semana y al final terminas desilusionando al pobre chico.

—Si ya lo se— afirmo— Pero sabes que la relaciones serias no se me dan, no me gusta que un hombre que me cuide todo el tiempo y me verifiqué donde estoy aún soy muy joven como para tener una relación estable

Al escuchar eso Samara solo rodeo los ojos y suspiro, sabía que nunca podría cambiar de opinión de su amiga.

— Hay amiga nunca te haré cambiar pero al menos tienes una vida divertida en cambio yo suelo ser un robot siempre.

— Oye Samara no digas eso tú vida debe ser mucha entretenida que la mía eres una actriz—trato de justificarla.

— Pero aveces no todo los actores tenemos vidas interesantes — menciono recargando su cabeza en su pequeña mano.

— Ánimo amiga— la consoló — Que tal si vamos a una fiesta este fin de semana.

— No lo se Melanie lo pensaré prefiero estar en mi casa — sonrió levemente y suspiro en modo de tristeza e hizo que alguien oyera sus quejidos de agonía.

—¡¡No hay motivo de estar triste mi querida Samara cuando tienes un hombre como yo a tu lado!!—grito un joven que se acercaba felizmente a ella.

Al verlo Samara de inmediato puso su expresión de desagrado por sus palabras, pero aquel chico de cabello castaño no le dio importancia y llego hasta su asiento.

— Mi querida Samara ¿Que te pasa? — pregunto preocupado —Por qué estás triste, una flor bella como tú nunca debería estar triste anda cuéntame tus problemas que yo estoy para ti.

— Stuart basta estoy bien— se quejo y trato de alejarlo—Deja de preocuparte por mi, no digas cosas que me avergüenzan no soy tu novia.

— Pero Samara eres muy importante para mi— se acercó más a ella le encantaba ver los hermosos ojos cafés de la chica— Si tú estás triste yo también lo estaré así que por favor déjame cuidarte.

Era obvio que trataba ser romántico, quería endulzar su oído con palabras llenas de amor pero esa técnica no funciona en Samara claramente no provocó ni un mínimo sentimiento en ella, solo siguió con su rostro lleno de vergüenza ya que no entendía que Stuart le estaba coqueteando.

Melanie noto la reacción de Samara por qué dio una pequeña carcajada y se dirigió a Stuart.

— Stuart no te darás por vencido hasta que Samara acepte¿Verdad?

— Si— afirmó alegremente— Samara es la mujer de mi vida, es con la que quiero estar siempre así que no me rendiré lucharé cada día hasta ella me acepte.

Stuart se encontraba enamorado de Samara desde la preparatoria así tenía la seguridad de que un día aceptaría ser su novia, tan solo imaginar Samara siendo su novia miles de pensamiento rodearon en su mente del castaño empezando a pensar en voz alta.

—Cuando ella me acepte seremos los novios más felices del mundo, después le propondré matrimonio y finalmente nos casaremos y el día de nuestra boda Samara portará un vestido blanco y yo un traje, ambos caminaremos juntos al altar, después daremos nuestro votos y en ese momento yo diré acepto y Samara también dirá .....

—Eso nunca pasará— interrumpió Samara destrozado la imaginación del pobre Stuart.

— Pero Samara —su sonrisa se desvaneció.

— Ya te dije Stuart no te ilusiones conmigo por favor.

Al oírla Stuart su rostro se llenó de tristeza pero no duró por mucho por qué de inmediato cambio su expresión.

— No Samara— negó con seguridad — no me resignare a perderte yo te amo.

— Ahhh eres tan testarudo— bufo disgustada.

— Oye Stuart — lo llamo Melanie — Que pasaría si llegará un hombre que enamorara a Samara antes de ti ¿Te resignarias a perder a Samara?.

—¡¡Melanie Brown!!— grito Samara muy enojada no le gustaba para nada que la relacionaran con cosas del amor.

—¡¡Nunca!!— se escuchó la voz de Stuart por todo el salón— No permitiré que se roben el amor de Samara eso sería un delito, por eso me esforzaré cada día para que ella me diga que si.

— Oye Stuart— le hablo una chica que estaba en la puerta del salón—Dice la profesora de finanzas que si quieres aún aprobar la materia vayas hablar con ella para un proyecto extra.

—¡¡Voy de inmediato!!—asintió pero antes de irse volteo a ver a Samara una vez más y le susurro —Así que ya lo sabes Samara no me rendiré — después salió corriendo del salón.

Solo Samara y Melanie vieron como despareció aquel chico de ojos verdes.

—Por lo que veo Stuart no tiene ninguna intención de dejarte ir ¿Verdad Samara?— argumento Melanie.

—Melanie por qué dijiste eso?.—pregunto furiosa.

— De que hablas sobre de que nunca se rendirá Stuart— se hizo la no sabía nada.

— ¡No! — negó — Sobre si un día llegará un chico y me enamorara sabes que nunca va a pasar eso.

— Oye como dice mi madre nunca digas que de esa agua no beberas, osea que nunca digas que eso no pasará por que entre más lo dices probablemente más pase.

—Ah Melanie algo que yo se es muy difícil que yo enamoré.

—Okey está bien— le dio la razón sabía que no podía ganarle a su amiga—Oye adivina qué tengo para ti—sonrió dejando ver sus dientes blancos.

—¿Para mi ?— pregunto confundida.

—Si Samara— le confirmo una vez más para después sacar de su bolso una caja envuelta en papel de regalo — ¡Sorpresa!.— se lo entrego era nada menos que un hermoso obsequio.

Al verlo Samara se sorprendido no entendía por qué razón le estaba dando un obsequio.

—Pero Melanie no es mi cumpleaños ¿Por qué me das un obsequio?.

—Que no se necesita precisamente un motivo para regalarle un pequeño obsequio a las personas que amas.

Así que Samara la tomo y lo observo por un par de segundos pensando en que podía ser, estaba dispuesta abrirlo pero Melanie la detuvo.

—No Samara no lo abras aún mejor ábrelo cuando estés en tu habitación— propuso dándole más confusión a Samara.

La chica rubia no hizo más que asentir, así que lo guardo en su mochila cuidadosamente.

En ese momento llegó la maestra e hizo que todos guardaran silencio para empezar la clase.

4 horas después....

Ya eran las 12 de la tarde al fin las clases ya había terminado, Melanie y Samara estaban en la salida de la universidad listas para irse

—¿Samara te llevo en mi carro?— pregunto la pelirroja.

—Ohh no Melanie Tommy ya debe de estar esperándome ya que tengo ir a filmar la última grabación de la película y después tengo que ir a una conferencia de un proyecto que está en marcha para los nuevos actores.

—Ya veo— asintió— Me encantaría acompañarte pero hoy tengo que entregar algunos pedidos que me encargaron.

— No te preocupes nos vemos mañana.

— Si de acuerdo adios cuídate— se despido dándole un último abrazo.

— Igualmente Dios te bendiga — se despido con su hermosa sonrisa.

Después se dirigió donde Tommy la estaba esperando para ir al set de grabación.

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