Login to ManoBook
icon 0
icon Recargar
rightIcon
icon Historia
rightIcon
icon Salir
rightIcon
icon Instalar APP
rightIcon
Slave Game (Libro 2)

Slave Game (Libro 2)

Tamy Machado

5.0
calificaciones
23.4K
Vistas
185
Capítulo

Kai y Lizzy inician una nueva etapa, donde se destapan secretos, caen muros y la relación se fortalece.

Capítulo 1 Me está matando.

Kai Metzler.

Cierro de un portazo y me quedo allí de pie asimilando lo que acaba de pasar, lo que acabamos de hacer, mierda esto está tornándose demasiado para mí, no puedo quedarme aquí si de verdad va a continuar con esto, pero tampoco puedo simplemente irme y no saberlo. Respiro profundo pasando mis manos por mi cabello despeinándolo. Pego la cabeza a la madera de la puerta conteniendo las ganas de entrar una vez más y llevármela de aquí.

Pero eso sería estúpido, imprudente y una completa locura con todo el mundo aquí, además no puedo obligarla a estar conmigo. Resignado, frustrado y con la ira una vez recorriendo cada parte de mi sistema hecho andar para regresar a la jodida boda. Cuando alcanzo el jardín la expresión de cabreo en Leyna es épica.

— ¿Dónde estabas?

— No es asunto tuyo…— paso junto a ella ignorándola reconociendo que fue una terrible idea haber venido con ella y además haber buscado a Lizzy.

— ¿Qué pasa? — pregunta Volker al ver mi expresión cuando me uno a ellos.

— Nada — respondo parco fijando mis ojos al frente.

En ese momento entre murmullos aparece el novio, al verlo cada poro de mi cuerpo grita que lo muela a golpes, pero ¿qué sentido tendría hacerlo? Pasa a junto a nosotros sonriendo ampliamente y por un instante le envidio, pero luego el sentimiento desaparece al recordar que Elizabeth no siente nada por él y que por alguna razón que desconozco está haciendo esta locura.

— Volker…— llamo a mi mejor amigo que se gira serio para verme — investiga que paso…— su ceño se frunce sin comprenderme y respiro profundo alejándome un poco de todos con el siguiendo mis pasos — quiero que investigues porque demonios Elizabeth está haciendo esto…— su cuerpo se tensa de inmediato y lo veo perspicaz — ¿Qué sabes? — pregunto de inmediato haciendo que respire profundo.

— No es el momento para hablar de esto…— me mira un instante y luego suspira mirando sobre mi hombro — creo que tienes cosas de las que ocuparte antes.

Me giro y encuentro a Leyna mirándome con reproche, Volker se aleja dejándonos solos y luego de unos segundos pasa junto a mí pero la detengo.

— Leyna…

— No es el momento o mi problema ¿no? — suelta dolida y suspiro atrayéndola hacia mí.

— Escucha odio que mi padre este aquí, necesitaba entender

— ¿Qué cosa, que en eso tampoco me equivoque y la mosquita muerta de la periodista trabaja también para Luther? — sus palabras son filosas y aunque odie admitirlo a veces Leyna sabe dónde darme para duela.

— Ley la verdad es que…

— Esta bien Kai, entiendo que cada vez las cosas en tu vida estén más complicadas — su voz se suaviza y me mira con dulzura, logrando que me sienta culpable por lo que acaba de pasar con Elizabeth, después de todo dormí con ella y la periodista esta por casarse no debí acercarme a ella.

>> Pero no tienes el derecho de tratarme de esa forma porque estoy aquí contigo porque aquí me quieres, porque me amas y lo demostraste anoche así que deja de ser tan cerrada conmigo y háblame…— me pide con dulzura y suspiro, rodeando su cintura y pegándola a mí para abrazarla.

— Lo siento hermosa…— susurro besando su frente.

— Solo no me hagas a un lado, estoy aquí para apoyarte ¿entiendes? — asiento y entrelazando nuestras manos camino hacia donde están los demás.

Volker me mira mal y Ajax sonríe de lado negando con la cabeza al ver nuestras manos entrelazadas. Entablamos una agradable conversación en la que poco intervengo, después de haber estado con la periodista menos puedo concentrarme en algo que no sea en lo que está por ocurrir. En ese momento una mujer elegantemente vestida se acerca a nosotros.

— buenas tardes, podrían pasar a sus puestos, ¿son invitados de James o Elizabeth? — nos pregunta con amabilidad.

— Elizabeth — responde Volker por todos y ella sonríe cálida

— bien pueden sentarse del lado derecho, las primeras sillas siguen desocupadas — comenta y asentimos mientras se aleja abordando a otros grupos.

Nos acomodamos en la segunda fila delante del altar donde el imbécil del abogado ya está esperando por Elizabeth, mi corazón late con rapidez a la expectativa de saber si seguirá con esto o no, me remuevo ansioso junto a Leyna que me observa constantemente como tratando de leer mis expresiones o mis pensamientos. Cuando me giro una vez más para ver que ocurre a nuestras espaldas, la veo en la distancia y todo en mi mundo se derrumba, la ira me invade al igual que los celos.

¿En serio va hacerlo?

La música nupcial inicia dando paso a ella y a un hombre de cabello canoso que la acompaña su expresión seria y perdida es una clara señal que no quiere hacer esto, miro a mi alrededor en busca de alguien que note lo que yo veo, mis ojos se encuentran con los ojos de mi progenitor y siento como el rencor burbujea en mi pecho, la expresión satisfecha, orgullosa y de satisfacción en su rostro son tan descaradas con la puta sonrisa que se dibuja en sus labios cuando me hace un gesto con la cabeza en dirección al inicio de las sillas.

Cuando observo una vez más en esa dirección, Elizabeth está caminando hacia nosotros, nuestras miradas se encuentran y se detiene, al hacerlo también lo hace mi corazón esperando, juro que si se detiene la saco de aquí sin importarme una mierda el resto del mundo. Permanecemos sumergidos en esa conexión que se genera desde el momento en que nos vimos pero todo se ve arruinado cuando el hombre que la acompaña —y que no tengo idea de quién es, aunque asumo que es el padre de James porque tienen cierto parecido— le habla ella parpadea y luego asiente terminando con la esperanza que había resurgido en mi pecho.

La veo andar por el camino deseando que fuera hacia mí a donde se dirige, pero la determinación que veo en su andar me dice que no cambio de opinión y que sin importarle lo que dijimos, lo que sentimos y lo que hicimos seguirá con esta ridícula idea. La ceremonia inicia y con ella las ganas de largarme de aquí y de verdad voy hacerlo pero Elizabeth gira su rostro una vez más y nuestras miradas vuelven a encontrarse.

Sus ojos se anegan de lágrimas, su rostro luce más pálido y la expresión de pánico comienza a asomar en sus facciones, de pronto una alarma se activa en mi cabeza cuando comienza a negar con la cabeza, algo no está bien y verla así me está matando, joder. En ese momento nuestras miradas se ven interrumpidas porque gira su rostro en dirección opuesta a donde estoy ubicado y entonces noto la expresión furiosa de mi padre y comprendo que hay algo que he estado perdiéndome.

Elizabeth niega en su dirección y mi padre se tensa, saca su teléfono y lo veo teclear algunas cosas en el antes de poner sus ojos en mí, yo vuelvo a mirar a la periodista que conversa en susurros con James, de pronto comienza a extenderse un murmullo entre los presentes.

— ¿Qué está haciendo? — pregunta Leyna en tono alarmado, pero la ignoro porque se exactamente que está haciendo.

— Mierda esto terminara mal…— escucho a Volker comentar junto a mí pero también lo ignoro.

Elizabeth eleva sus ojos y los posa un instante en mi antes de echar a correr y dejar al idiota de abogado de pie con la mano extendida frente a él. No pierdo mi tiempo en verlo cuando empiezo a caminar en la misma dirección que tomo Elizabeth.

— ¿Kai a dónde vas? — escucho la voz de Leyna pero no le hago caso.

Cuando hecho a correr detrás de la periodista me percato que Winter la sigue llamándola, corro un poco más deprisa y la llamo al ver que no se detiene cuando Winter lo hace.

— Elizabeth…— sus pasos se detienen y acelero la carrera.

La periodista se gira y justo en ese momento siento que todo en mi vida comienza a encausarse nuevamente, el magnetismo, la electricidad y toda la mierda que me hace sentir Elizabeth con solo mirarme se hace presente, mi corazón late desbocado no solo por la carrera sino por verla a ella correr en mi dirección y lanzarse sobre mí.

— Sácame de aquí Kai por favor, sácame de aquí…— me pide en un sollozo abrazándome con fuerza mientras giro con ella sintiéndome extrañamente en calma después de todos estos días de ansiedad.

Comienzo a besar su mejilla agradeciéndole a ella y a dios porque haya decidido frenar esta locura, pronto sus labios se unen a los míos y la misma desesperación, la misma necesidad que siento cada que la beso se hace lugar entre ambos y le como la boca como si llevara siglos sin hacerlo y no quizás una hora.

— Sabía que no lo harías…— murmuro y ella sonríe.

— ¿Lizzy? — Winter interrumpe el momento con voz asombrada y preocupada — ¿estás loca, que estás haciendo? — la dejo en el suelo una vez más, mirando a su mejor amiga con curiosidad, hasta donde recuerdo ella no soporta a James.

— Lo correcto…— responde la periodista, corroborando que algo sucede y que esta decisión de la boda no ha sido más que alguna especie de engaño — vamos sácame de aquí — me insiste y por el momento me centro en eso y no en pensar en que rayos paso.

— Por supuesto — respondo tomándola de la mano.

— Eh perdón, que lo interrumpa pero… — vuelve Winter haciéndome sentir impaciente por su nueva interrupción — ¿Cómo pretendes sacarla de aquí? — al escucharla preguntar eso la veo confuso sobre mi hombro.

¿Qué acaso es tonta?

— En mi auto…— respondo mirándola con desdén.

Mientras alcanzamos el camino que da al área del estacionamiento, una extraña sensación de desconfianza se apodera de mí, no por Winter o Elizabeth, sino por toda la situación, la boda, mi padre y ella mirándose.

— Ya valí mierda…— murmura Winter cuando entramos directamente al estacionamiento.

No entiendo de qué va hasta que alcanzo a ver mi auto.

— ¿Pero qué mierda? — suelto sin poder creerme lo que veo.

Mi auto está completamente hecho mierda, o al menos en su gran mayoría, tiene los vidrios partidos, las llantas están pinchadas y tiene rayones en toda la carrocería, no soy capaz de reaccionar porque justo ahora no sé qué pensar o qué coño decir, este puto auto es uno de mis favoritos. En ese momento me doy cuenta que el auto de Ajax que esta inmediatamente junto al mío está en peores condiciones que el mío y digo peores porque el ataque se la ha hecho a su Porche se ve realmente con saña.

El vidrio del parabrisas está completamente partido, el capo esta hundido en el medio como si le hubiesen dejado caer algo sumamente pesado por no hablar de la forma en que está abierta una de las llantas, joder ¿quién coño le hace esto a un Porche y a un Bugatti?

— ¿QUÉ MIERDA LE PASO A MI AUTO? — escucho gritar a Ajax y cierro los ojos esto se pondrá feo.

Winter comienza a reír al escucharlo y me giro para ver como sus ojos brillan con malicia, ¿está loca hija de puta nos jodio los autos apropósito? Ajax se gira enfurecido hacia ella y la asesina con la mirada mientras esta lo observa con una genuina expresión divertida. Esta mujer está loca.

— ¿Fuiste tú? — pregunta incrédulo y cabreado a partes iguales.

— No — responde Winter divertida — ¿te parece que tengo cara de hacer este tipo de vandalismos? — la descarada pone sus ojos en blanco sin dejar de sonreír.

Ajax da un paso en su dirección con intensión de iniciar una discusión pero Elizabeth nos interrumpe.

Seguir leyendo

Quizás también le guste

Otros libros de Tamy Machado

Ver más
Capítulo
Leer ahora
Descargar libro